En la zona surcentral de los Andes peruanos, una intensa nevada bloqueó la vía Los Libertadores, que conecta las regiones de Pisco y Ayacucho a través de la carretera Panamericana Sur, dejando inmovilizados por varias horas a más de 200 vehículos en la zona de Apacheta, en la provincia ayacuchana de Cangallo.
Como resultado, un gran número de buses con pasajeros, unidades de carga pesadas, autos y combis quedaron completamente varados hasta la madrugada del último martes.
Asimismo, se reportaron graves daños en los cultivos de las comunidades aledañas al lugar. No obstante, horas después, el tránsito se reanudó al descongelarse la nieve.
Efectos positivos y negativos de las nevadas
El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi), organismo adscrito al Ministerio del Ambiente (Minam), ha realizado estudios sobre las nevadas en los Andes del Perú con el objetivo de delinear áreas susceptibles a estos fenómenos meteorológicos.
Dicha iniciativa busca comprender la frecuencia mensual de nevadas, las regiones montañosas de vital importancia para la hidrología y medio ambiente del país.
Esto debido a que son identificadas como un factor crítico para el sistema de almacenamiento y distribución de agua, y con implicaciones directas en la economía y vida de las comunidades andinas dedicadas a la agricultura, así como producir efectos negativos en el turismo, el transporte y las infraestructuras de vivienda.
Sin embargo, al mismo tiempo, son una fuente de agua esencial para ríos y reservas naturales durante el derretimiento e influyen significativamente en el balance de energía entre la atmósfera y la superficie terrestre.
¿Con qué frecuencia se producen las nevadas en Perú?
La institución técnica científica descentralizada del Minam explica que durante el verano, de diciembre a marzo, los Andes peruanos experimentan un incremento en la cantidad de nevadas, especialmente en la zona central de la cordillera.
Esta región registra el doble de días con nevadas en comparación con el sur de los Andes, representando una variación significativa en el patrón climático de la zona.
En esa misma línea, el Senamhi precisa que, según un reciente análisis, existe un aumento progresivo en la frecuencia de nevadas a lo largo de los años, vinculando las mayores incidencias con los períodos de La Niña y las menores con los de ‘El Niño’.
Por ejemplo, en el año 2012, caracterizado por condiciones de La Niña, se registró una alta frecuencia de nevadas, en contraste con el año 2016, influenciado por El Niño, que presentó una menor ocurrencia de este fenómeno climático. Este patrón de incremento también se reflejó en el número de emergencias reportadas por el Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci).
En ese sentido, con el fin de mejorar la respuesta frente a las nevadas, la entidad especializada en el estudio del clima ha informado que continúa analizando y mapeando las zonas de riesgo en la cordillera de los Andes.
Asimismo, está facilitando a las autoridades y comunidades herramientas para una mejor planificación y gestión de los recursos hídricos y la protección de la economía y las poblaciones que podrían resultar vulnerables ante su posible ocurrencia en los próximos días.