Después de una serie de irregularidades, el Gobierno del Perú canceló el proceso de compra de 30 blindados para el Ejército y decidió destinar los 60 millones de dólares de ese plan para financiar el proyecto de las seis fragatas de guerra que se construirán en los Servicios Industriales de la Marina (SIMA).
La decisión se tomó luego de recibir el informe de la Agencia de Compras de las Fuerzas Armadas (ACFFAA), que señaló vicios en el procedimiento de elección del modelo de blindado portatropas 8x8, que estaba siendo gestionado por la Comisión de Estudio Técnico Operacional (CETO) del Servicio de Material de Guerra del Ejército (SMGE).
Como se recuerda, en octubre último, se supo de las negociaciones del Ejército del Perú para actualizar su parque blindado con la adquisición de 30 vehículos blindados portatropas 8x8 modelo ARMA, proporcionados por la empresa Otokar de Turquía. Estos vehículos iban a reemplazar a los antiguos tanques T-55 de origen soviético, que actualmente están siendo dados de baja.
El comandante general del Ejército, el general de división David Ojeda Parra, mediante oficios al que tuvo acceso el diario La República, había informado que se eligió la propuesta de la empresa turca Otokar con su modelo ARMA por presentar la mayor puntuación en el proceso de selección, frente a otras ofertas provenientes de Serbia, Corea del Sur, República Checa, Polonia, Estados Unidos, Singapur y China.
La decisión del Ejército por elegir el modelo turco
El ARMA 8x8 de Otokar es un vehículo blindado versátil y modular, apto para varias misiones militares, incluyendo transporte de personal y combate de infantería. Posee una estructura monocasco que le permite flotar, alcanzando 9 km/h en agua. Con dimensiones de 8x3x2.45 metros, puede cargar hasta 40 toneladas, llevando diez fusiles y dos tripulantes.
Además, cuenta con un motor de 720 HP, alcanzando 100 km/h y superando obstáculos difíciles. Equipado con tecnología avanzada, ofrece alta comodidad y puede integrar desde armas ligeras hasta cañones de 120 mm, siendo una plataforma móvil de defensa eficaz.
Otokar había ofrecido los 30 vehículos ARMA a un costo de 63 millones 450 mil dólares, mientras que Yugoimport SDPR de Serbia, que se había ubicado en segundo lugar con su modelo Lazar III, propuso un presupuesto de 58 millones 100 mil dólares, marcando una diferencia de 5 millones 350 mil.
A pesar de que el tope presupuestal establecido por el Ministerio de Defensa para este proyecto era precisamente de 60 millones de dólares, el general Ojeda solicitó la adquisición del modelo ARMA por un monto que excedía esa cifra.
El plan del Ejército del Perú era renovar su parque vehicular blindado. De los 30 vehículos ARMA, 18 iban a ser asignados a la Tercera Brigada Blindada del Ejército, situado en el distrito de Samegua, provincia Mariscal Nieto, en Moquegua. Los otros 12 tenían como destino la Sexta Brigada Blindada del Ejército, con base en el distrito de lte, provincia Jorge Basadre, en Tacna. Ambas regiones se ubican en el sur del Perú, cerca a la frontera con Chile y Bolivia.
Irregularidades en la elección de blindados
Cuando el proceso de selección fue sometido a revisión por la Agencia de Compras de las Fuerzas Armadas (ACFFAA), la entidad devolvió el expediente al Ejército tras detectar numerosos fallos en el procedimiento y al constatar que la oferta elegida de la empresa turca superaba el monto permitido por el contrato.
En una carta enviada al jefe del Ejército el 20 de octubre, y publicada por La República, el jefe de la ACFFAA, vicealmirante en retiro de la Marina de Guerra del Perú, Manuel Váscones Morey, explicaba que la documentación estaba incompleta, faltaba información vital para la evaluación del blindado turco y era “inviable aceptar la propuesta que superaba el presupuesto establecido”.
Además, Váscones hizo un requerimiento al Comandante General del Ejército para que “atendiera las quejas de las empresas competidoras” que habían señalado irregularidades durante el proceso de selección, sugiriendo favoritismo hacia la oferta turca.
A pesar de ello, el general del Ejército mantuvo su posición a favor de los blindados turcos ARMA, insistiendo en la continuidad del contrato con Otokar. El jefe de la ACFFAA respondió el 8 de noviembre que la decisión del Ejército no podría llevarse a cabo sin corregir primero las observaciones y remarcó que su veredicto era definitivo dadas las deficiencias graves del proceso de licitación.
Fondos son redirigidos a la Marina
Esta serie de encuentros entre las autoridades del Ejército, llevó a la invalidez de cualquier posible contrato con Otokar. Esto quedó evidenciado en la correspondencia enviada por el vicealmirante Váscones el 16 de noviembre, donde sugería al Ejército informar al Ministerio de Defensa sobre la cancelación de la compra debido a que no se cumplió con las correcciones exigidas.
Como resultado de esta situación, el Ejército se quedó sin la esperada adquisición de vehículos blindados. Los 60 millones de dólares fueron entonces reasignados a la Marina de Guerra mediante una resolución firmada por la viceministra de Recursos para la Defensa, Ninoska Mosqueira Cornejo. Con estos fondos se busca mejorar la capacidad operacional marítima, específicamente para la contribución económica en la edificación de la Primera Unidad Naval Multirrol, valorada en 301,8 millones de dólares y que está siendo liderada por la empresa Servicios Industriales de la Marina (SIMA).