Un alboroto se viven el sector turístico en las últimas horas, en el marco de la suspensión del proceso de venta digital de entradas para la ciudadela inca de Machu Picchu, previsto inicialmente para el 20 de diciembre y que tuvo que ser cancelado a última hora por el Ministerio de Cultura (Mincul).
Lo que parecía ser en un principio, un alivio para conseguir las entradas a la ciudadela inca desde la cómoda virtualidad y además conocer la oferta cultural y turística del país, quedó empañada por renuncias, cuestionamientos al sistema virtual, acusaciones de centralismo y otras polémicas.
Las razones y cuestionamientos a la venta online
La medida de suspender por un periodo la venta virtual de boletos a Machu Picchu a través de la plataforma virtual tuboleto.cultura.pe responde a las demandas del sector turístico formal, que no consideraba la plataforma en línea preparada para satisfacer todas sus necesidades en tan poco tiempo.
Los gremios turísticos de la ciudad de Ollantaytambo, a través de Carlos González, presidente de la Cámara de Comercio y Turismo, manifestaron su acuerdo con la postergación. Señalaron que enviaron documentos al Ministerio indicando la inviabilidad de la apertura de la plataforma digital, y resaltaron la necesidad de un conocimiento previo y ajustes antes de su implementación.
Aunque Gonzáles afirmó que su gremio apoya la nueva modalidad de venta virtual de entradas a Machu Picchu, diferenciando su posición de los grupos que se oponen a esta, mostró también su respaldo a la postergación de la inauguración de la web de ventas de boletas y apoyó que mientras se solucionen los problemas, la Dirección Desconcentrada de Cultura (DDC) de Cusco continúe siendo la encargada de emitir las entradas de forma tradicional.
Poco después de estos anuncios, el Mincul anunció que la DDC de Cusco entrará “en un proceso de reorganización administrativa, con la finalidad de transparentar sus procesos y brindar mejores servicios a los ciudadanos”.
La decisión de la cartera de Leslie Urteaga se habría dado en respuesta a los reclamos de los trabajadores del Sindicato de Trabajadores CAS y otros sindicatos de la DDC de Cusco, quienes en oposición a que Joinnus realice el comercio virtual de boletos, bloquearon el acceso a los técnicos para instalar el nuevo sistema de venta de entradas como forma de protesta.
Horas después, llegó la renuncia irrevocable de la arqueóloga Maritza Rosa Candia, directora de la DDC de Cusco, debido a varios desacuerdos en la administración. En su carta, expresó su rechazo a la gestión “centralista” de la ministra de Cultura y cuestionó el manejo de decisiones verticales que afectan la autonomía cultural de la región.
“Mi decisión obedece, como usted está ya bien enterada, puesto que se lo comuniqué con documento anterior, a mi total desacuerdo con su gestión altamente centralista en la conducción del Ministerio de Cultura, a las decisiones verticales y arbitrarias adoptadas desde hace ya varios meses por su despacho que han venido obstaculizado, limitando y hasta ignorando a esta Dirección Desconcentrada de Cultura Cusco, misma que, históricamente representa una instancia regional que aporta significativamente al país y específicamente a los recursos del Ministerio de Cultura”, manifestó Candia en su carta de renuncia.
La funcionaria señaló que el centralismo limita la operatividad y daña el desarrollo autónomo de la región en cultura, y destacó la falta de libertad para comunicar a la prensa los problemas de gestión y fricciones entre la administración central y local que afectan al sector cultural.
Asimismo, deslizó que el contrato y adenda con Joinnus, plataforma asignada para comercializar las entradas a Machu Picchu, se gestionaron sin consultar a la DDC de Cusco y “a puertas cerradas”. A esto se suma la conducta de altos funcionarios del Mincul, que intentaron intervenir en la DDC de Cusco sin incluir a su personal en el proceso de actualización del sistema de venta virtual de boletos.