Dejan granada y arreglo fúnebre en casa del alcalde de La Victoria, Rubén Cano

El burgomaestre de ese distrito teme que le pueda pasar algo a sus familiares y señala que aún no ha podido conversar con la presidenta Dina Boluarte para buscar una solución a la delincuencia e informalidad en ese distrito

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Dejan granada y arreglo fúnebre en casa del alcalde de La Victoria (Canal N)

El alcalde de La Victoria, Rubén Cano Altez, y su familia han sido amenazados de muerte por presuntas bandas criminales que operarían en ese distrito y que le piden que no se meta en sus operaciones delincuenciales. La mañana de este miércoles, en la puerta de la vivienda del burgomaestre, dejaron un arreglo floral fúnebre con el siguiente mensaje: “Déjanos trabajar o quieres que La Victoria se quede sin alcalde. La Victoria H. D. P.”.

Por el momento, se desconoce quiénes están detrás de estas amenazas, pero se sospecha de que se trataría de las organizaciones criminales que cobran cupos a los vendedores ambulantes en el emporio comercial de Gamarra, donde en los últimos días se ha presentado desalojos y enfrentamientos entre los fiscalizadores y los comerciantes

Hallan una granada

Lo más preocupante es que, según información recogida por Canal N, también fue dejada en el exterior del domicilio de Rubén Cano, una granada tipo piña la cual fue tirada por la policía. El artefacto estaba dentro de una mochila.

Rubén Cano fue víctima de amenazas - Municipalidad de La Victoria
Rubén Cano fue víctima de amenazas - Municipalidad de La Victoria

Pide reunión con Dina Boluarte

Horas después, junto al teniente alcalde de la Municipalidad Metropolitana de Lima Renzo Reggiardo, el alcalde de La Victoria, casi entre lágrimas, le pidió perdón a su familia por “exponer su integridad al hacer de La Victoria un distrito seguro”. “Gracias a los vecinos que vienen comunicando conmigo por sus fortalezas”, mencionó.

Además, agregó que desde el mes de abril viene solicitando una audiencia con la presidenta Dina Boluarte, para dialogar con y el ministro del Interior, Víctor Torres. “Es el momento de acabar con las extorsiones, el sicariato, el crimen organizado y laborar juntos en la solución integral y sostenible de la inseguridad ciudadana en La Victoria”, indicó.

En cuanto arreglo fúnebre y la granada dejada este miércoles en su vivienda, el alcalde mencionó que no es la primera vez que recibe amenazas y que ya ha pedido protección

“Yo tuve amenazas desde que asumí la alcaldía de La Victoria, cuando empezamos a recuperar los espacios públicos. El 21 de abril solicité a la subprefectura garantías personales”, dijo y añadió que sospecha que detrás de esto hechos estaría involucrados las bandas criminales que se disputan la ‘venta de espacios públicos, para el comercio informal en ese distrito.

Policías y fiscalizadores de La Victoria se agarran a golpes

Esta semana, en medio de las compras por Navidad que se realizan en Gamarra, se desató un enfrentamiento entre personal de Fiscalización de la Municipalidad de La Victoria y agentes de la Policía Nacional del Perú (PNP). De acuerdo a Canal N, todo inició al promediar la 1 de la tarde, luego de que los trabajadores ediles intervinieron a un vendedor ambulante en plena vía pública. Fueron más de 20 los fiscalizadores que se involucraron para quitarle la mercadería a un muchacho.

Luego de despojarlo de sus pertenencias, el joven quedó tirado en una vereda ubicada en el cruce del jirón Hipólito Unanue y el jirón Agustín Gamarra. La PNP se percató de la intervención por parte del personal de la Municipalidad de La Victoria. Los agentes de la Policía Nacional, que pertenecen a la Comisaría de Apolo, se acercaron al nutrido grupo de fiscalizadores para recriminarles por su actuar

Tras un cruce de palabras se generó un enfrentamiento entre miembros de ambas instituciones, lo cual causó el pánico entre clientes y vendedores que abarrotan las calles de las galerías comerciales. Como se recuerda, durante las últimas semanas, personal de la municipalidad ha venido realizando operativos para desalojar a los ambulantes del emporio comercial de Gamarra, incluso a los que sí tenían permiso para vender alimentos en el lugar.

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