Pocas familias en el Perú están tan ligadas al fútbol como los Drago, pues hasta tres generaciones se vistieron de corto y tuvieron carreras destacadas como jugadores profesionales. Desde ‘Tito’ y ‘Pichirro’, pasando por ‘Titín’ y el ‘Diablo’, llegamos a los nietos Elías, Ignacio y Roberto. Este último, que heredó el nombre de su abuelo y su padre, continuó con el legado familiar obteniendo títulos como futbolista, pero después de su retiro incursionó en otro negocio que también es afín a los suyos: las comunicaciones.
Roberto ‘Rintintín’ Drago, no solo debutó en Municipal como sus ancestros, sino que también fue parte del tricampeonato de Universitario de Deportes en el 2000, pero las malas experiencias en clubes y una dura lesión lo hicieron acabar su carrera dos veces y antes de lo previsto. Nunca se desligó de la academia familiar y a la par logró hacerse un espacio en uno de los canales de televisión más conocidos del Perú. No obstante, por amor a su esposa, decidió dejar ello a un lado y partir hacía Estados Unidos, donde, tras tocar varias puertas, fue contratado por la Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Fútbol (Concacaf), entidad con la que viene trabajando hace más de dos años.
Drago Espinosa atendió, desde USA, el llamado de Infobae Perú y charlamos sobre las dos etapas en las que pisó el césped de diversos estadios, ya sea como jugador o corresponsal, así como su actual rol dentro de la principal entidad nortamericana del ‘deporte rey’.
- En una familia tan tradicional y futbolera como la tuya… ¿Era casi una imposición ser jugador?
Te diría que sí y que no en mi caso en particular. Siempre me encantó el fútbol, mi cercanía, por supuesto, fue desde muy pequeño, acompañando a mi papá a los estadios, a los equipos que entrenaba. Yo ya no llegué a verlo jugar, porque se retiró en 1983 y yo nací un año antes, después tuvo un paso en Lawn Tennis en segunda (1987), que, si tengo algunos recuerdos, pero digamos que los primeros son acompañándolo a los entrenamientos y por supuesto en la Academia. Nunca lo sentí como una imposición porque fue mi sueño y mi pasión estar cerca al fútbol, pero los antecedentes que tenía mi familia era bastante importante en algún momento y nos hacía sentir orgullosos tener tantas historias, saber que tu papá, tus tíos y abuelo fueron buenos futbolistas, pero también estaba el otro lado, que eso pesa.
- ¿Por qué volante? ¿La influencia de tu papá, tío y abuelo te hizo decantarte por esa posición?
De niño y te diría que toda mi etapa formativa en menores era superofensivo, incluso jugaba de 10 o de delantero en los torneos de inferiores. En primera, cuando debuté en ‘Muni’, jugué en esas posiciones, pero cuando llego a la ‘U’, Marcelo Trobbiani, que era asistente de Roberto Chale, me retrasa como volante de primera línea, según él, por mis características en la salida y despliegue físico. Me decía que tenía vocación ofensiva, buen pie y además mi forma de ser era muy vehemente, muy guerrera. Por eso creo que cuando llegué a la ‘U’ me sentí en una zona de confort, porque la característica de la ‘U’ era de mucha lucha. A veces disfrutaba más los partidos de práctica que los oficiales, porque nos agarraban a patadas y eso que yo era chiquillo.
- Eres el décimo jugador más joven en debutar con la camiseta de Municipal… ¿Recuerdas tu debut con la ‘academia’? ¿Quién fue tu padrino?
En algún momento pude estar entre el top 4 o 5 de los más jóvenes en debutar con Municipal. Esos datos son lindos, porque también están mi abuelo, mi tío, mi hermano, Franco Navarro. Es como para enmarcarlo. Es un detalle estadístico, que más allá de la edad, marca el perfil o la historia que tuvo mi familia con el ‘Muni’ en general. El encargado de cortarme el pelo fue Alessandro Morán. Ese momento fue muy especial para mí, aunque entonces lo tomaba como algo muy natural, me tocaba jugar y ya. Estaba muy cómodo, porque además de ‘Titín’ (mi papá), también estaba en el banco el profesor Víctor Rivera, que fue mi entrenador por muchos años en formativas y con quien hasta ahora tengo una amistad muy cercana. Fue muy bonito, pero también circunstancial, porque no fue que ‘Titín’ dijo ‘voy a poner a mi hijo para que debute’, sino que, para variar, había solo 14 jugadores habilitados en la primera fecha y no había mucha opción.
- Luego firmaste por el entonces bicampeón, Universitario… ¿Fue fácil dejar Muni? Cómo se da tu llegada a la ‘U’
A la ‘U’ le tengo mucho cariño y también tenía cercanía desde niño, porque mis recuerdos son haber sido mascota cuando jugaba Jaime, mi tío, esos recuerdos los tengo más cercanos porque él era más joven que mi papá. Imagínate, a fines de los 80 yo era un niño y veía jugar al ‘Puma’ Carranza y terminé jugando contra y con él, entrando en su lugar en partidos oficiales, eso fue muy bonito y especial. En los años 1997, 1998 y 1999, Sporting Cristal siempre quiso que vaya por intermedio de Jaime Noriega, del profesor Fernando Mellán. En mi categoría hubiese jugado con Erick Delgado, Julio Edson Uribe, Óscar del Portal, pero decidí seguir en la Academia Tito Drago. Se dieron las circunstancias que ‘Titín’ agarra al ‘Muni’ en el 2000 y decidimos que fuera directo al equipo de primera, porque había requerimientos de cuatro sub 20 en el plantel. Para variar, Municipal no era el mejor equipo a nivel institucional, cuando se vinieron todos los problemas tuve una conversación con el profesor Roberto Chale y aceptó que vaya a la ‘U’. Fue un cambio muy drástico. En Municipal sentía que estaba protegido, cuando voy a Universitario fue un gran paso hacia adelante a nivel profesional, porque me encuentro con jugadores de selección. Desde la forma del club, la cantidad de empleados, la presión de la barra, fue un cambio significativo.
- Allí fuiste dirigido por técnicos como Roberto Chale, Ángel Cappa, Oswaldo Piazza… ¿Qué recuerdos tienes de tu paso por la ‘U’?
Estuve con Roberto Chale, Marcelo Trobbiani, Oswaldo Piazza, Ángel Cappa y Teddy Cardama, fue una etapa muy jodida para la ‘U’, porque después del tricampeonato, 2001 y 2002 fueron años muy jodidos con esos cambios de directiva. Entró la directiva de Javier Aspauza. En cuestión de plata, de sueldos, fue muy difícil. En 2002 llegó Ángel Cappa y pedí que me presten en el Apertura porque me encontré de que habían regresado ‘Chemo’ del Solar y el ‘Chino’ Pereda, además estaban el ‘Puma’, ‘Goyo’ Bernales, Fernando del Solar, había como diez volantes, por eso pedí salir y Cappa no quiso. Me quedé y ganamos la definición contra Alianza Lima en Trujillo, pero no tuve minutos, salía de suplentes nomás. En el Clausura vuelve Piazza para su segunda etapa y tuve bastantes minutos, pero los resultados no fueron los que se esperaban, el equipo se empezó a caer. Tengo otros recuerdos. En un partido de práctica, un balón terminó en el aire, salté cabecear y sentí que me cayó un patadón en la cara. Era el ‘Puma’, que se metió una chalaca en la mitad de la cancha. Me desorbitó unos segundos, cuando caigo lo hago sobre él y me empuja. Lo miró y le reclamo, se cagó de risa y me dijo ‘sigue nomás, carajo’. Así era la intensidad y el ambiente en el club. Jugué con ‘Chemo’. Ingresé en su partido de despedida, que fue después del Apertura 2002 contra un equipo de Ecuador y entré por él, simbólicamente. Estar con él y compartir equipo, después de mirarlo como un gran referente peruano, fue espectacular.
- ¿Después de la ‘U’ en qué otros conjuntos te desempeñaste? ¿Cómo decides apartarte del fútbol como jugador y pasar a otra faceta?
Estuve en San Martín y luego pasé al Sport Boys. En 2005 se tiraron la pelota entre Franco Navarro y la directiva por el contrato, que sí seguía o no. Me arrebaté, pero luego me arrepentí. Casi nadie sabe, pero tuve una etapa en Sport Áncash, porque en 2005 regresó el asistente de Piazza que era Omar Jorge y lo manejaba ‘Pepe’ Mallqui, pero eran realidades complicadas por dinero o el lugar. Ahí decidí seguir por otros lados. Estuve trabajando, haciendo otras cosas, jugué la liga de San Borja, la Copa Perú. En 2009 tuve la opción de regresar a jugar segunda en Coopsol con ‘Petróleo’ García, coincidiendo que mi papá tomó Sport Boys y mi hermano Elías jugaba en el América de Cochahuayco, el equipo ‘B’ de la ‘U’, que dirigía Carlos Silvestri. Eventualmente, nos enfrentamos todos en segunda. En 2010, el mismo ‘Petróleo’ me quiso llevar a Cobresol, pero tenía contrato y me rompí el ligamento cruzado una semana antes de empezar el campeonato. Tuve una opción de San Marcos, también para segunda, pero no quedé bien de la rodilla y decidí parar. Me saqué el clavo de dejar el fútbol temprano jugando con Coopsol, lo disfruté, la pasé muy bien.
- En qué momento surge la posibilidad de hacerte un camino como comunicador… ¿Tus primeros pasos fueron en Movistar Deportes?
Paralelamente a la etapa de futbolista profesional, siempre estuve muy relacionado con la producción de eventos, a gerenciar deportivamente por la Academia Tito Drago. Casi sin saberlo aprendía de marketing, de sponsors, de patrocinios, o seguridad. Mi tío el ‘Diablo’ por mucho tiempo hacía torneos de fútbol playa y yo lo ayudaba. Decidí especializarme en ese rubro de eventos deportivos. En 2018 y varios años atrás, estaba a cargo del play off escolar, que se transmitía Movistar Deportes, y en esos torneos le daba mucha información a la gente de producción y a los que iban a comentar, porque claro, si comentas partidos de colegios, no conoces a nadie. Les indicaba quienes eran los mejores jugadores, sus posiciones y equipos. Uno de los productores me dijo que debía comentar, porque sabía analizar el fútbol, tenía buen orden en mis ideas y respondí que me encantaría, pues era lo que hacía mi papá y seguía ligado a lo que me gusta y apasiona. Me invitaron a hacer una prueba para comentar el Mundial Rusia 2018 en la app de Movistar para Centroamérica y Chile y lo terminé comentando allí. A partir de ahí seguí con el canal como host, comentando partidos, hasta que en 2019, por un tema netamente familiar, nos vinimos para Estados Unidos.
- Estudiaste una carrera y un diplomado en Perú… Por qué decidiste migrar a Estados Unidos
Fue una oportunidad de mi esposa y vinimos a ver qué había. Es mejor tomarla antes de pensar en que hubiera pasado. Las cosas sucedieron por algo, en 2020 vino la pandemia y mi rubro, que era la organización de eventos, se cayó mal y fue uno de los últimos rubros en reponerse porque había aglomeración de gente. Si hubiese estado en Lima, probablemente terminaba vendiendo alfajores. En el mismo canal Movistar, la pandemia le cayó tan mal que a inicios de 2021 despidieron a más de 200 personas. Mantuve una relación con ellos como corresponsal, pero ya hace dos años nada.
- Hoy por hoy trabajas para Concacaf cubriendo torneos de clubes como MLS, o de selecciones como Copa de Oro, cómo valoras estas experiencias…
Estoy muy contento, satisfecho, hasta orgulloso de mí, porque venir aquí fue un riesgo. Se dio una oportunidad haciendo contactos, llamando, mandando correos, de acercarme a la Major League Soccer por el tema de la corresponsalía, porque le hacía entrevistas a los peruanos que estaban acá, a los entrenadores. En esas circunstancias me entrevistaron de Concacaf, no para cubrir, sino que mi labor es oficial de medios para la organización. Estoy a cargo de que se realice la conferencia de prensa, que los equipos cumplan con ellas antes y después del partido, que los periodistas cumplan con los tiempos establecidos de grabar en los entrenamientos pre-partido. Coordino directamente con los encargados de los equipos. Además, cuando hay que poner la cara para hacer la entrevista, me piden que lo haga. Estando aquí volví a hacer un diplomado de gestión deportiva con la visión americana. Ha sido bueno encontrarme con esta industria que es brutalmente fuerte.
- ¿Cuáles son tus próximas metas?
Seguir consolidándome aquí en Concacaf y MLS, porque habrá bastante movimiento en Estados Unidos en los próximos años. Acaba de pasar la Copa de Oro, la Leagues Cup, se viene la Copa de Oro femenina, la Copa América, que creo será algo grande pues las comunidades sudamericanas son grandes. En 2025 habrá Mundial de Clubes en Estados Unidos con 32 equipos y el 2026 la Copa del Mundo. Hay bastante en la mira y mi objetivo es estar metido, ser parte del rubro, ya sea en organización o si hay alguna oportunidad en los medios.
- Un mensaje de despedida…
Agradecer a Infobae Perú, porque a veces estas pequeñas muestras de interés o reconocimiento te motivan y te dan muchas más ganas de seguir. Cuando uno está lejos de su país se extraña la familia, a tu gente, pero se trabaja con muchas ganas.