En Perú, esta época se tiñe de alegría y expectativas, mezclando creencias y tradiciones que hacen de cada día una pequeña celebración. Las casas peruanas se llenan de magia con los calendarios de Adviento. Al abrir cada ventanita diaria, se descubre no solo un pedazo de la historia navideña, sino también sorpresas que hacen más dulce la espera.
Los domingos se visten de ritual y espiritualidad: las iglesias suelen adornar con una corona de Adviento, que consta de cuatro velas que se encienden progresivamente cada domingo de Adviento durante la misa, simbolizando la luz y la esperanza que antecede al nacimiento de Jesús. Y no pueden faltar las tradicionales ‘posadas’, un reencuentro con la historia de María y José en su viaje a Belén, representado por una comunidad unida que comparte y vibra al ritmo del Adviento. ¡La Navidad peruana nos invita a vivir con intensidad cada uno de sus días!
¿Cómo se celebra el Adviento en el Perú?
En Perú, el Adviento es una temporada de preparación espiritual que marca el inicio del año litúrgico católico y se celebra durante las cuatro semanas previas a la Navidad. Se caracteriza por ser un tiempo de reflexión y esperanza en la venida de Jesucristo.
Durante los domingos de Adviento, las familias peruanas se reúnen alrededor de la corona de Adviento, en un círculo perfecto que representa el amor que no tiene fin. Cada domingo que avanza hacia la festividad, se ilumina una vela adicional en las coronas, este proceso culmina en el cuarto domingo, cuando todas las velas están encendidas. Adicionalmente, una quinta vela —la vela de Cristo— de color blanco se reserva para encenderse en un momento particular: la Nochebuena.
La costumbre de encender las velas semanalmente durante el Adviento responde a un simbolismo de expectación y esperanza, que caracteriza este periodo de reflexión en la fe cristiana. Esta práctica, que incluye oraciones y cánticos, representa una cuenta regresiva simbólica y espiritual hacia la celebración del nacimiento de Jesús.
La práctica del encendido de velas de Adviento se suma a otras costumbres que definen la temporada como el montaje de belenes, decoración con luces y árboles de Navidad, destacando la riqueza de ritos que enriquecen estas fechas decembrinas en comunidades cristianas alrededor del mundo. La dimensión espiritual de dichas prácticas juega un papel fundamental en el fortalecimiento de la fe y la unión familiar durante el periodo de Adviento, preparando los corazones y hogares para las festividades que conmemoran la llegada del mesías según la creencia cristiana.
¿Cuántas semanas dura el Adviento?
¿Sabías que el Adviento tiene su inicio en un día lleno de significado? Este período especial comienza el primer domingo después de la fiesta de San Andrés Apóstol, que este año coincidió con el 3 de diciembre, y se extiende hasta la magia de la Nochebuena.
Desde tiempos medievales, la tradición de encender velas en una corona de Adviento ha iluminado el camino espiritual de los fieles. Cada domingo, se enciende una vela, y con ella, se aviva un aspecto diferente de la espera: la vigilancia, la esperanza, la alegría y el amor.
Es una cuenta regresiva luminosa que nos prepara para recibir con el corazón abierto el nacimiento de Jesucristo el 25 de diciembre.
No es solo una tradición que adorna nuestros hogares, sino que invita a un viaje de reflexión profunda, uniéndonos en la fe y renovando nuestro compromiso de recibir la luz y la vida que trae Jesús en Navidad.
¿Qué colores de velas se utilizan en el Adviento?
El primer destello de Adviento brilló este 3 de diciembre de 2023, iniciando la cuenta atrás para la Navidad. La corona de Adviento, con su primera vela morada ya encendida, simboliza el inicio de un período de profunda preparación espiritual de los fieles, marcando el camino hacia el nacimiento de Jesucristo.
Cada domingo, una nueva vela se suma a la iluminación espiritual. La segunda y tercera vela, del mismo color morado, se encenderán el 10 y el 17 de diciembre, respectivamente, intensificando la atmósfera de preparación y expectativa. Al llegar el Tercer Domingo de Adviento, conocido como Domingo Gaudete, se enciende la vela rosada, un símbolo luminoso de la alegría y la cercanía de la festividad.
Como culminación de esta elegante secuencia, el 24 de diciembre se ilumina la última vela morada. La corona de Adviento se llena de luz, un preludio perfecto para el momento más especial: el 25 de diciembre, cuando una vela blanca se encenderá en honor a la luz de Cristo.
Los colores y la ceremonia de las velas son una lección viva de la fe, enseñando y recordando la misión de ser luz en la oscuridad. El Adviento es un llamado a la reflexión y a la acción en la sociedad, para que, como menciona el Evangelio de Mateo, seamos “la luz del mundo”. Esta temporada es un viaje espiritual que nos invita a vivir con intensidad la llegada del amor más puro: el de Jesús en Navidad.