
Si bien la Navidad es una fiesta que tiene raíces católicas, en la que se celebra el nacimiento del niño Jesús, esta suele adoptar ciertas costumbres o tradiciones según del lugar en la que esta fiesta se celebre.
Esto pasa en cada rincón del mudo y en especial en el Perú, en el que cada recoveco ha encontrado su propia manera de esperar y celebrar la Navidad, haciendo que cada visitante que se encuentre cerca viva una experiencia totalmente nueva.
La luz de la Navidad Negra del sur

En la región Ica, específicamente en El Carmen y Chincha, la Navidad toma un matiz especial con la celebración de la Navidad Negra. Esta tradición, con raíces que se remontan a la época colonial, rinde homenaje al Niño Negro con bailes y danzas de origen africano.
Las noches se llenan de magia con la ‘cofradía’, un grupo de bailarines que dedica toda la velada a adorar al Niño, culminando con la apasionante Bajada de Reyes.
Fiestas por el norte y Lima

En la capital de Lambayeque, Chiclayo, el 25 de diciembre es testigo de desfiles de niños disfrazados de ángeles, entonando villancicos, mientras la ciudad se impregna del delicioso aroma de las empanadas de viento, bocadillos inflados rellenos de carne molida, pasas y huevo picado, que son el deleite de locales y visitantes. Tras la cena, el chocolate espeso da inicio a un animado baile que perdura hasta la madrugada.
Por su parte, en Lima, los días previos a la Navidad son una explosión de celebraciones y verbenas en los parques de la ciudad. Coros de niños y adultos entonan villancicos, mientras el comercio se intensifica con tiendas adornadas con muérdago y árboles navideños que iluminan la urbe.
La Sierra baila con altura

En esta parte del Perú, la Navidad se caracteriza por el sonido de arpas, violines y quenas, y por la decoración de pesebres de paja y figuras de arcilla en casas y calles.
En las otras regiones de Abancay, Andahuaylas y San Jerónimo, en Apurímac, la ‘Danza de los Negrillos’ llena de alegría los hogares durante toda la semana.
En Huancavelica se destacan las Galas, Layqas o Tucsup, una danza que se ejecuta entre el 22 y el 27 de diciembre, mostrando habilidades de ilusionismo y conectando con las tradiciones andinas.
En Junín, el Convento Santa Rosa de Ocopa y la Iglesia Matriz de Sicaya se destacan por construir nacimientos detallados y artísticos, visitados en Nochebuena por grupos de orquestas que danzan danzas costumbristas.
Tradiciones amazónicas

En varios lugares de la zona más caliente del Perú, nuestra selva, es común a muchas jovencitas ataviadas con trajes típicos al llegar el mes de diciembre. Ellas llevan un Niño Jesús mientras bailan y cantan al ritmo de villancicos. Cada semana, estas Pastoras visitan una iglesia diferente, y la competencia entre ellas por la mejor bienvenida es feroz.
Por su parte, en la zona de Moyobamba (San Martín) y otras regiones, es una costumbre muy popular que los nacimientos sean adornados con frutas locales, dándole así un toque más local. Además de disfrutar de masato y degustar paiche y yucas, preparar bizcochos para los niños es una tradición arraigada. El 25 de diciembre, los pequeños se disfrazan de pastores y recorren las casas visitando los nacimientos y pesebres del pueblo.
Como se puede observar, la Navidad en Perú es mucho más que una celebración; es un viaje a través de la diversidad cultural que nos define como país. Cada región aporta su propia magia y encanto, haciendo de la Navidad peruana una experiencia inolvidable para quienes tienen la fortuna de vivirla.
Takanakuy
La palabra quechua “Takanakuy” encierra una práctica ancestral que data de la época colonial en América Latina. Compuesta por los términos “Taka” y “nakuy”, que significan golpear con los puños y hacerse mutuamente algo, respectivamente, esta costumbre encuentra sus orígenes en enfrentamientos organizados por conquistadores españoles el día de Navidad. Lo que inicialmente eran peleas entre vasallos, adoptó elementos de la Huaylía, una manifestación cultural mestiza de música y danza que representaba el espíritu combativo de los pueblos indígenas.
A pesar de la independencia y el fin del dominio colonial, esta tradición persistió y se arraigó en provincias como Chumbivilcas, Antabamba, Huancavelica y Arequipa en Perú. Cada 25 de diciembre, esta tradición reúne a jóvenes y adultos que buscan resolver disputas personales o familiares acumuladas a lo largo del año mediante enfrentamientos físicos. Los motivos de estas peleas son variados, desde agravios al honor hasta conflictos por propiedades o deudas.
El propósito central es zanjar las controversias de manera definitiva, concediendo la razón al ganador al término del combate. A menudo, estos enfrentamientos concluyen con un gesto inesperado: un abrazo entre los contrincantes, reflejando la intención de reconciliación y cierre del conflicto, similar a lo que sucede en el boxeo o las artes marciales.
La tradicional Misa del Gallo
En la noche del 24 de diciembre, familias de Perú y varias regiones de Latinoamérica se congregan en iglesias para conmemorar el nacimiento de Jesús a través de la Misa de Gallo. Este servicio religioso, el cual repasa el evangelio y las lecturas bíblicas, es un evento profundamente emblemático para los fieles. Durante la celebración, es habitual que los participantes porten figuras del Niño Jesús para situarlas en los nacimientos o pesebres situados en puntos centrales de los templos.

El momento en que estas representaciones son ubicadas en el pesebre se considera un acto cargado de simbolismo y grandeza espiritual para los creyentes. Aunque la Misa de Gallo se conoce con diferentes nombres en algunos países, su esencia de unidad y reflexión es una constante universal. Esta ceremonia, más allá de ser una liturgia, es una expresión de fe que resalta las raíces cristianas y subraya la importancia de la familia dentro de estas culturas.
El nacimiento más grande de Tacna
Una de las tradiciones que se extiende en casi todo el Perú durante el mes de diciembre, es el nacimiento navideño, el cual le da un toque religioso a estas fechas festivas. En ese sentido, es importante mencionar que existen pesebres de distintos tamaños, pero uno destaca entre todos en la región Tacna.
Este nacimiento ha llamado la atención de los lugareños y turistas debido a que es el pesebre más grande de esta región. Este arte fue creado con 7.000 figuras, las cuales están distribuidas en diferentes escenarios como la costa, sierra y selva del Perú.
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