Leche ENCI: el recuerdo de la crisis de la inflación, que quedó en la memoria de miles de peruanos que hacían largas colas para conseguirla

La crisis económica que marcó el Perú en el siglo pasado dejó una huella imborrable en la memoria colectiva, pero también productos emblemáticos que son sinónimo del fantasma de la inflación que aterrorizó al país

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La leche ENCI fue el producto estrella que suplió por algún tiempo la demanda del producto lácteo entre la empobrecida población peruana. (Facebook saludconlupa.com / Twitter @KarlaCalle)
La leche ENCI fue el producto estrella que suplió por algún tiempo la demanda del producto lácteo entre la empobrecida población peruana. (Facebook saludconlupa.com / Twitter @KarlaCalle)

Hablar de la crisis económica del Perú durante el siglo pasado es remontarse a años en los que los peruanos miraban al futuro con la poca esperanza que el Gobierno y la situación les podían ofrecer.

Sin embargo, entre las largas colas para conseguir productos de primera necesidad, una deuda externa impagable, constantes paquetazos y un aire de incertidumbre que no tenía cuándo acabar, nacieron emblemáticos productos que hoy en día son recordados como sinónimo de tiempos difíciles.

Entre ellos podemos encontrar al famoso pan popular, pero también a la célebre leche ENCI, producto estrella que suplió por algún tiempo la demanda del producto lácteo entre la empobrecida población peruana, especialmente en los sectores populares donde la historia era mucho más dramática.

La crisis y la recordada leche ENCI

Para hablar del producto, pero también de la crisis, es necesario remontarse a los primeros años del Gobierno de un joven Alan García en 1985. Perteneciente al APRA, el mandatario llegó hasta la casa de Pizarro con solo 36 años y una facilidad de palabra que cautivaba a las masas, además de un discurso antiimperialista y medidas que impulsaron la economía en un primer momento, pero de corte populista. Los peruanos no podían estar más felices, todo parecía marchar bien y nadie avistaba que pronto el panorama cambiaría radicalmente.

El tiempo pasó y todas las medidas que en un inicio resultaron maravillosas, pronto empezaron a dar problemas debido a la falta de fondos para sostenerlas, asimismo, la deuda externa se hacía cada vez más impagable para el Estado que se encontraba contra las cuerdas.

El Perú ya no era elegible para préstamos por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI). La banca había sido estatizada para controlar el tipo de cambio y muchas entidades dejaban el país. El inti se devaluaba y los alimentos empezaban a escasear.

Largas colas para adquirir productos de primera necesidad. (vozactual.com)
Largas colas para adquirir productos de primera necesidad. (vozactual.com)
Para finales del gobierno de García los problemas en Perú se agravaron hasta tocar fondo. La crisis ya no era solo económica, sino también social, institucional y hasta política. La violencia del terrorismo ya asomaba la cabeza y la inflación crecía de forma casi descontrolada.

Es en este contexto cuando se hicieron muy populares productos como la leche ENCI. Su nombre se lo debe a la Empresa Nacional de Comercialización que se encargaba de la producción y venta.

Pronto se puso a disposición de la población esta nueva leche en polvo dirigida principalmente a los sectores populares. Cabe mencionar que en el Perú el consumo de leche en polvo fue bastante tardío ya que el mercado estaba dominado principalmente por la leche evaporada y fresca de marcas reconocidas como Gloria, Carnation o la gigante Ideal. Dichas empresas se vieron obligadas a elevar sus costos de producción, y con el paso del tiempo terminaron costando precios impagables para la mayoría de peruanos.

El primer acercamiento de ENCI con el pueblo lo tuvo gracias a sus precios que estaban muy por debajo de los que ofrecía la competencia. Al ser una marca estatal, ENCI tenía un subsidio bastante alto por parte del Gobierno que se hacía a través del Banco Central de Reserva, ejecutando una competencia a todas luces desleal. Aunque las otras marcas también entraron a competir en el rubro, la realidad es que la leche estatal ganó grandes índices de participación de mercado.

Aunque al inicio muchos rechazaron el producto, tuvo mucha participación de mercado y un sabor agradable. (Arkiv Peru)
Aunque al inicio muchos rechazaron el producto, tuvo mucha participación de mercado y un sabor agradable. (Arkiv Peru)

Pero, ¿cómo era esta leche y cómo la percibían las personas en aquel entonces? En un inicio, la ciudadanía mostró cierto rechazo contra el producto. Según un informe de Alfonso Gastañaduy, Profesor Auxiliar de ESAN, llamado ¡Qué buena leche!, los ciudadanos aseguraban que el producto era químico e incluso tenía talco entre sus ingredientes. Asimismo, el sabor no se caracterizaba por ser agradable o natural. Sin embargo, como ocurre con muchos productos, el paso del tiempo logró posicionarla. Su envase era inconfundible, ya que asemejaba el material parecido al papel en el que se venden actualmente productos como la harina, pero con una amigable vaquita de logotipo, algo bastante sencillo pero inolvidable.

Pese a esto, comprarla podía llegar a ser todo un calvario, ya que por esas épocas todos los productos de primera necesidad no solo cambiaban de precio drásticamente casi de la noche a la mañana, sino que para conseguirlos se debía hacer largas colas desde muy temprano. Asimismo, estos bienes estaban racionados y solo se vendía cierta cantidad. Si se quería conseguir un poco más, era conveniente llevar a más personas a hacer la cola.

Junto a esta leche se solía también consumir el famoso pan popular, que consistía en una masa delgada de poco peso y un sabor poco agradable que acompañaba a muchas familias durante la crisis. Junto con la leche, representaron el desayuno de miles de personas durante mucho tiempo. La leche de tarro, como es conocida, dejó de ser un producto básico para convertirse en un lujo que solo personas adineradas podían darse todavía.

Vale mencionar que su sabor no era precisamente malo, ya que muchos recuerdan haberla bebido sin problemas, pero también usado como postre, una suerte de polvo comestible un poco dulce que tenía algo que lo hacía diferente. Algunos se las ingeniaban para comerla con alguna fruta o usarla como insumo para postres, budines, y cualquier otro acompañamiento que el bolsillo alcanzara a concebir. Si se tenía algo de cocoa en casa podía darle otro sabor, desafortunadamente no todos podían costearla. Endulzar con azúcar era otra misión casi imposible, por eso la chancaca pasó a ser una buena idea cuando de aportar sabor se trataba.

El pan popular de la época era un buen complemento para la leche ENCI en la mesa de los peruanos. (Tvrobles)
El pan popular de la época era un buen complemento para la leche ENCI en la mesa de los peruanos. (Tvrobles)
Lo cierto es que todas estas características hicieron de la leche ENCI un alimento que hoy en día es bastante recordado. Hablar de ella es sinónimo de crisis, de largas colas y momentos que aunque han sido superados, viven en la memoria de un gran sector de la población.

Desaparición

El producto estrella de la crisis económica no ha llegado a nuestros días, y la verdadera pregunta es por qué. La respuesta se encuentra en las nuevas políticas que se aplicaron con el pasar del tiempo, gracias a ello, otras marcas lograron lanzarse o relanzarse con su propia leche entera en polvo, ejerciendo un amplia presión en ENCI debido a la competencia.

Incluso, según el informe de Alfonso Gastañaduy, Profesor Auxiliar de ESAN, se crearon nuevos productos como la leche entera en polvo instantánea. La empresa no pudo hacer frente a esta ola comercial y finalmente terminó desapareciendo, dejando atrás el fantasma de la inflación y la crisis, para dar paso a tiempos convulsionados, pero de mediana recuperación.

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