Los peruanos inician el mes de diciembre recibiendo las consecuencias de la recesión económica como un baldazo de agua fría: cae la demanda de mano de obra y con ella, la generación de trabajo. Daniel Hermoza, quien se desempeña como director de Mypes Unidas del Perú (MUP), indicó que siete de cada diez microempresas y pequeñas empresas (mypes) no contratarán personal pese a entrar al mes de la festividad, comercialmente hablando, más importante del año: la campaña navideña.
“Lo que muestran las cifras de una encuesta que hemos realizado es justamente un desánimo, una desconfianza de que esta campaña le permita a las micro y pequeñas empresas acumular los suficientes recursos como para enfrentar el año 2024, que se pinta complicado, sobre todo en su primer semestre. El Gobierno está tomando medidas para evitar que las mypes sigan cayendo en la quiebra o en la desaparición, pero lo cierto es que las empresas que fracasan suelen terminar cayendo en la informalidad”, señaló Hermoza en RPP.
Desilusión con la campaña más importante
Según la Cámara de Comercio de Lima (CCL), la campaña navideña representa el 40 % de los ingresos anuales para las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes). Este dato es revelador, pues el 70 % de las mypes han perdido la esperanza por una campaña que en condiciones regulares significa casi la mitad del trabajo realizado durante todo el año. Dicha situación, sin embargo, resulta lógica dadas las condiciones económicas en las que está envuelta esta campaña: acorde a las cifras registradas por el Gremio de la Pequeña Empresa, los comerciantes están a la espero de “rescatar” el año y el margen de ganancia es casi inexistente.
Rodolfo Ojeda, presidente del ente, señaló a fines de noviembre que es sumamente extraño observar cómo el sector ha perdido la expectativa, pero es una respuesta lógica a la recesión técnica, el fenómeno El Niño, la desconfianza en el Gobierno, así como en otros factores que obstaculizan el desarrollo de la industria.
“Salimos de una inflación, que felizmente está decayendo, pero que ha traído como consecuencia un proceso recesivo bastante alto. Además, tras el cúmulo de crisis que vienen sufriendo los negocios desde el año 2020, las empresas no están en una buena posición crediticia, lo que les impide acceder a créditos que destinarían a la compra y preparación de la campaña navideña. En este momento existe una dramática caída del consumo, así que los empresarios han optado lógicamente por prescindir de un personal extra pues supone un riesgo en estas condiciones”, comentó el director de MUP.
Falta de financiamiento
Hermoza explicó que las mypes no acceden a préstamos crediticios debido a que no cuentan con la salud financiera para hacerlo o, en caso no estén en rojo, no cumplen con los requisitos para solicitar el crédito. De todas formas, precisó que la economía no debe moverse a través de préstamos, pero se ha llegado a una situación desmedida. Acorde a una alianza que mantiene el MUP con una entidad financiera, se estima que apenas el 16 % de mypes han podido acceder a un tipo de financiamiento bancario.
“Lamentablemente esto anuncia una pérdida de empleo y aún más, pérdida de la capacidad adquisitiva. Necesitamos que el Estado empiece a pagar las deudas de las mypes. No puede ser posible que el Estado sea el mayor deudor con las micro y pequeñas empresas. El Estado gasta 40 mil millones al año en compras de las que las mypes acceden al 40 %. La lentitud con la que cancelan el pago hace un daño inmenso al sector”, finalizó.