Un año cumple el Gobierno de Dina Boluarte en medio de su más agitada crisis política y una recesión económica que, en lugar de mitigarse, se agrava cada vez más debido a la caída del producto bruto interno (PBI) durante tres trimestres consecutivos, la contracción del consumo privado por primera vez en 20 años, sin considerar el periodo de pandemia, y la disminución progresiva del empleo.
A lo largo del año, Alex Contreras, titular del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), ha desbordado optimismo mientras se asomaban los problemas fiscales y se deterioraban los principales indicadores económicos, cuyos signos de recuperación a la fecha no se vislumbran.
Pese a poner paños fríos en reiteradas oportunidades, la aguja de las expectativas empresariales no han reaccionado para nada bien. Todo lo contrario, se han debilitado más hacia el terreno pesimista. (Están debajo de 50 puntos cuando el promedio histórico ha sido 65).
La gestión Boluarte se ha enfrentado desde un primer momento a los embates de la naturaleza reflejado en El Niño Costero y el ciclón Yaku que golpearon a sectores clave como la agricultura y la pesca. Todo ello en medio de las tensiones políticas desatadas desde el interior del país y que conllevaron a movilizaciones masivas y paralizaciones en contra del régimen. El presidente del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), Julio Velarde, sostuvo en aquel momento que este era uno de los factores, además del clima, que ocasionaron un efecto negativo en la producción nacional.
En entrevista con Infobae Perú, Pedro Francke, extitular del Ministerio de Economía, enfatiza que el factor de la inestabilidad política y la debilidad del gobierno afecta en todo sentido, debido a que es un desincentivo a la inversión privada ante un país con bajas condiciones de gobernabilidad y de mayor inseguridad ciudadana. Entre enero y marzo del año, la inversión privada cayó un 12%, lo que se tradujo en menores inversiones mineras.
“La economía está en recesión y se ha ido profundizando. Algunos analistas esperaban un cierto repunte a fin de año, pero no parece que hubiera fuerzas importantes de recuperación”, sostiene a este medio.
En palabras del economista y exvicepresidente del Banco Central de Reserva, Luis Arias Minaya, la economía de todas maneras decrecerá este 2023, año al que lo considera perdido y con el riesgo de prolongar su desaceleración por dos periodos más. “Estamos en una recesión, la más profunda desde que se aprobó la Constitución de 1993″, enfatiza en entrevista con este medio.
Critica que el ministro Contreras haya tardado en demasía en reconocer la recesión que ya se avizoraba desde fines del primer semestre de este año. De enero a marzo el PBI se contrajo 0,4% y de abril a junio cayó 0,5%, según datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
“Frente a esa demora los programas que él planteó (Con Punche Perú y todas sus extensiones) fueron insuficientes. El ministro falla en reconocer que hay un problema fiscal, una caída de los ingresos y no reacciona frente a eso”, apunta Arias Minaya.
Las mayores caídas en la producción nacional se observan en los sectores industria no primaria (-13%) y la construcción (-11%). “Son caídas bastante fuertes en sectores que tienen un impacto sobre el empleo y que responden a la demanda interna tanto de consumo como de inversión pública y privada”, detalla Francke.
Agrega que la recesión tiene dos momentos clave. Por un lado hay un efecto fuerte de la política monetaria a cargo del BCR, debido al incremento de la tasa de interés, y que en los últimos meses ha comenzado revertirse, pero cuyos efectos demoran en producirse.
Por otro lado, desde la competencia del Ministerio de Economía y Finanzas, ha habido una incapacidad del gobierno de aplicar una política fiscal expansiva que era lo que correspondía dada la caída de la demanda. “Se han dado muchas exoneraciones y facilidades tributarias que no colaboraron con la reactivación”, refiere Francke.
Sumado a ello, indica que ha habido una incapacidad de gasto y el retraso en la ejecución de los proyectos de inversión, que ha dado lugar a que la política fiscal hasta octubre haya sido restrictiva, haya una caída del gasto corriente y de inversión a nivel del gobierno general. “Entonces no se ha logrado aplicar una política fiscal de reactivación, lo que ha contribuido a la caída del producto bruto interno”, menciona.
Por su parte, Arias Minaya señala que todo el contexto descrito lleva a tener un gobierno muy débil y en consecuencia, un ministro de Economía también débil.
“Ni el gobierno ni el ministro pueden hacer frente a los incrementos de gasto que ha aprobado el Congreso y no pueden hacer nada frente a las exoneraciones tributarias que ha planteado el Congreso. El Ejecutivo también hizo exoneraciones a restaurantes y hoteles, y ahora recientemente planteó la disminución del aporte a EsSalud para el sector agroexportador”, critica.
Afirma que la debilidad más grande de la actual gestión se observa cuando el Tribunal Constitucional (TC) aprueba una sentencia en el que se condonan intereses a grandes empresas y se debilita la acción fiscalizadora de la Sunat.
“Entonces ha sucedido una serie de medidas que han debilitado la acción del MEF. Debió empezar planteando una revisión de las exoneraciones que existen, plantear una política nacional contra la evasión tributaria que no existe y en tercer lugar fortalecer a la Administración Tributaria”, enfatizó el experto.
El último plan del Ministerio de Economía, al que el ministro Alex Contreras llamó la “bala de plata”, plantea una serie de shocks, sobre todo para reactivar la inversión privada en el Perú. El economista Armando Mendoza considera que “se ven bien en el papel”, pero los mira con mucho escepticismo.
“Se necesita mucho más. También hay que considerar la pobre capacidad de implementación. Antes ya hubo los planes Impulso Peru, Con Punche Peru 1, Con Punche Peru 2, etc. y pasaron sin pena ni gloria. ¿Qué garantiza que ahora el Plan Unidos sí funcione?”, indicó a esta redacción.
En esa línea, Arias Minaya afirma que no ve garantía en los próximos tres años con la actual gestión del ministro de Economía. “Estamos transitando en un deterioro permanente de las de las finanzas públicas”, advierte.
Según Francke, el gobierno muestra un desgaste muy grande que no ha sabido enfrentar las perforaciones de gasto que ha hecho el Parlamento.
“Me parece que el Congreso está respondiendo con exoneraciones tributarias que generan un costo fiscal grande con muy poco beneficio en términos de crecimiento y me parece que por congraciarse con el Congreso, el Poder Ejecutivo no está observando ni enfrentando esas malas medidas”, analiza.
“El ritmo de la política económica del Perú está marcado por el Poder Legislativo. Y ese ritmo es de deterioro en términos de ingresos fiscales y de política económica en general”, apunta.
Los ingresos tributarios han registrado una fuerte caída. A noviembre, hubo una contracción de 12,7%, según recientes cifras de Sunat. “Por lo tanto me parece indudable de que no se va a cumplir la meta establecida por ley y un tope de déficit fiscal de 2,4%. Creo que muy probablemente esté alrededor del 2,8%”, añade Francke.
A su turno, Luis Arias sostiene que por más que se planteen las mejores medidas de reactivación, la confianza hacia un ministro es fundamental frente a los agentes económicos. “Un ministro que no tiene credibilidad, por más que implemente la mejor política económica, no se va a dar”, refiere el también exjefe de Sunat.
Agrega que en algún momento, se van a revertir las amargas cifras del PBI, pero de momento el panorama es poco auspicioso, sobre todo porque se viene un Fenómeno de El Niño, que de agravarse, tendría serias consecuencias.
“Las recesiones no son eternas. Tarde o temprano la economía peruana va a comenzar a crecer, pero lo va a hacer de manera tímida. El crecimiento potencial de la economía se ha ido reduciendo. Según estimaciones del BCR, se habla de un crecimiento de 2,7%. El próximo año vamos a crecer bastante menos a ese nivel y estoy hablando en un Fenómeno de El Niño moderado, sino sería mucho más grave que la actual”, dijo.
Hace unos días, el MEF aprobó un decreto de urgencia que autoriza una transferencia millonaria de utilidades (S/1.000 millones) del Banco de la Nación (BN) al Tesoro Público hasta el 31 de diciembre del 2023. Esto ha sido considerado por diversos expertos, incluso por el Consejo Fiscal, como “un maquillaje” de las cifras por parte del MEF solo por el hecho de cumplir la regla fiscal.
Al ser consultado por Infobae Perú sobre el cumplimiento del techo, el ministro Alex Contreras, evidenció su molestia e hizo referencia a lo dicho por el presidente del Consejo Fiscal, Carlos Oliva, y lo sindicó de actuar políticamente. Recordemos que este último dijo que es mejor que el ministro Contreras sea transparente en decir que no se llegará a la meta por diversos, antes de implementar medidas “creativas”.
El único factor positivo que los analistas avizoran en este momento es la reducción de la inflación, cuya tasa anual se redujo a 3,64%, cerca de su rango meta para fines del 2023, algo que ni el BCR lo tenía en sus proyecciones finales. “La caída de la inflación mejora la capacidad adquisitiva de los salarios como la reducción de las tasas de interés, la cual disminuye el costo del crédito”, resalta Arias Minaya. Al menos un aliciente en este ciclo económico perdido.