Luego que el último de fin de semana ocurriera la masacre en la mina Poderosa, ubicada en la provincia de Pataz, La Libertad, donde delincuentes secuestraron y asesinaron con explosivos al menos 9 trabajadores, el avance de la minería ilegal comienza a tener más foco y genera alarmas por su creciente vinculación con los grupos armados y crimen organizado.
Una realidad que representa un desafío significativo para la seguridad nacional y el medio ambiente en diferentes áreas del Perú, como El Cenepa, en la región Amazonas, y la zona fronteriza de Perú y Colombia dividida por el paso del río Putumayo. Dichos lugares estarían controlados por facciones como el Comando Vermelho —el grupo criminal más antiguo de Brasil—, y la organización criminal brasileña Primer Comando Capital.
Este delito está marcado por una serie de etapas y participantes, con procesos en ocasiones ilícitos debido a las altas ganancias potenciales.
Por tal razón, la minería ilegal desempeña un rol estrechamente asociado a crímenes como tráfico de drogas, trabajo infantil y forzado, trata de personas, sicariato, extorsión, asesinato, usurpación de tierras y fraude fiscal, representando una grave amenaza para los ecosistemas forestales y las poblaciones.
Especialmente a las regiones de Puno, Madre de Dios, La Libertad, Piura, Arequipa, y las ciudades de Nasca, Palpa.
¿Por qué está tan extendida la minería ilegal de oro en Perú?
La plataforma Prevenir Amazonía del Proyecto Prevenir de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) explica que la extracción de oro ilegal e informal en el país se ha intensificado significativamente, impulsada por un incremento en el precio internacional del oro.
Esta situación se agrava debido a la debilidad de las instituciones del país y la falta de oportunidades laborales en las zonas de selva, causando un severo impacto ambiental y social.
En ese mismo marco, recientemente, un estudio elaborado por la Fundación para la Conservación de Desarrollo Sostenible (FCDS) dio a conocer que la minería ilegal se ha extendido en más de 20 ríos de la Amazonía peruana, que ocupa más del 60% del territorio peruano.
De acuerdo al reporte “Minería ilegal en la Amazonía peruana”, hoy, la actividad ilícita está presente en 32 distritos de cinco regiones amazónicas.
Estas son: Amazonas, San Martín, Huánuco, Madre de Dios y Loreto. Esta última región la minería ilegal azota especialmente a 14 distritos repartidos en seis provincias, que comprenden las cuencas de los ríos Nanay, Putumayo y Napo.
Por otro lado, siguiendo el informe publicado por la FCDS, el cual revela una evaluación del Registro Integral de Formalización Minera (Reinfo), a cargo del Ministerio de Energía y Minas (Minem), se concluye que el avance del proceso de formalización minera en estos departamentos es mínimo.
Pues, se muestra que solo el 13.53 % ha cumplido con presentar al menos un requisito. Solo hasta julio de 2023 se registró un total de 11 mil 023 solicitudes de formalización minera. De esta cifra, un 21.58% están activas, mientras que el 78.42% de las solicitudes se encuentran suspendidas por incumplimiento de la normativa vigente.
En esa línea, cabe resaltar que en Madre de Dios, reconocida por tener el mayor número de mineros registrados en el sistema Reinfo, se ha identificado que ninguno de los más de 9.000 mineros inscritos ha cumplido con la presentación de la acreditación de sus derechos mineros ni el permiso de uso de terreno superficial.
Acerca de este tema, en un reportaje de Mongabay Latam, Martín Arana, especialista de la Iniciativa Unidos por los Bosques de FCDS, quien estuvo a cargo del estudio, alerta que: “en términos de impacto al ambiente o severidad, la minería ilegal es la más destructiva, porque no solamente causa deforestación, sino una destrucción total de los ecosistemas”.