La Navidad se constituye como una de las conmemoraciones más relevantes en el calendario peruano, fusionando la esencia familiar con la influencia comercial y religiosa. Esta festividad, conocida por sus reuniones con los seres queridos y el intercambio de regalos, adquiere una relevancia sin igual.
A pesar de que la narrativa bíblica no fija específicamente el 25 de diciembre como la fecha exacta del nacimiento de Jesús, la tradición establecida en la cultura popular sitúa esta celebración en ese día. Según la narrativa tradicional, el relato señala a Belén como el lugar de nacimiento del “Hijo de Dios”, marcado por el resplandor de una estrella.
Esta elección de fecha se entrelaza con antiguas festividades invernales y paganas, adaptadas al calendario cristiano, evidenciando así la transición de creencias durante el proceso de cristianización en Europa, según fuentes de historia eclesiástica.
La riqueza de la Navidad en Perú radica en su variedad de prácticas religiosas y costumbres locales. La influencia del catolicismo se refleja en la celebración de la Misa del Gallo y la exhibición del Nacimiento o pesebre, aspectos que se mantienen en la tradición peruana que remiten a la importancia de esta festividad.
No obstante, la Navidad no se limita únicamente a lo religioso y lo familiar, sino que también se distingue por su impacto económico. Este periodo se posiciona como uno de los más prósperos para el comercio peruano, desde la decoración hasta la gastronomía típica.
¿Cuál es el origen de esta tradición?
En tiempos de la antigua Roma, las Fiestas Saturnales son una celebración en honor a Saturno, deidad vinculada con la agricultura y las cosechas. Estos rituales paganos, realizados entre el 17 y el 23 de diciembre, coincidían con el solsticio de invierno en Europa, marcando el comienzo de un período con los días más cortos y las noches más largas del año.
Estas festividades, lejos de ser meramente ceremoniales, destacaban por sus extravagancias y costumbres que sorprendían a la sociedad. Sacrificios rituales, festines desmedidos, consumo abundante de bebidas alcohólicas y el intercambio generoso de regalos eran parte integral de esta época festiva. En este lapso, los esclavos y subordinados disfrutaban de cierta libertad temporal, mientras sus amos se sumían en los rituales festivos. Esta suspensión momentánea de la jerarquía les otorgaba la oportunidad de visitar a sus seres queridos, compartir con amigos e incluso vestir prendas de sus propietarios.
El escritor uruguayo, Luiggi Fabri, interpretó estas festividades como un anhelo arraigado en la sociedad por la libertad y la igualdad. Para él, las Saturnales representaban un “indicio de que el alma humana ha aspirado siempre a la libertad y de que entreveía el ideal (…) de una sociedad de gentes libres e iguales”.
Se declara la Navidad
Se cuenta que entre los años 320 y 353, mientras el papa Julio I dirigía el imperio romano, se planteó la idea de establecer una fecha para celebrar el nacimiento de Jesús. Esta iniciativa tenía como objetivo principal convertir a los romanos paganos al cristianismo.
Finalmente, fue el Papa Liberio, entre los años 352 y 366, quien oficializó el 25 de diciembre como la fecha de la Navidad. Esta decisión buscaba dejar de lado las festividades del solsticio de invierno, que solían comenzar cuatro días antes, el 21 de diciembre, con la intención de atraer a los pueblos paganos hacia el cristianismo.
Existen diversas teorías en torno a este cambio, especialmente debido a las festividades desenfrenadas que los romanos celebraban días antes. Los historiadores sugieren que la Iglesia cristiana buscaba fusionar estas festividades paganas con la conmemoración del nacimiento de Jesús como parte de su estrategia de expansión. La idea era que, tras los excesos, las personas cambiaran su enfoque hacia Dios y le rindieran homenaje, adoptando así las creencias y principios de la Iglesia católica.
Navidad en Perú
La preparación para la Navidad en Perú no se limita a unos pocos días, sino que inicia varias semanas antes del nacimiento de Jesús. Como es el Adviento, que comienza un mes antes de Navidad. Las tradiciones peruanas otorgan a esta festividad una identidad única, distinta de las celebraciones en otros continentes.
Muchas de las costumbres actuales tienen sus raíces en las prácticas romanas. Por ejemplo, el banquete festivo, equivalente a la cena navideña, y el intercambio de regalos, una ocasión para obsequiar a seres queridos, son parte integral de los festejos en los hogares peruanos.
La introducción de los festejos navideños en Perú data del siglo XVI con la influencia de España, que lideró la cristianización de los indígenas peruanos. El primer nacimiento en el país se implementó en la Catedral de Lima en 1536. Un anuncio en El Comercio del 23 de diciembre de 1895 promovía una fiesta navideña en el Parque de la Exposición, donde la novedad incluía la iluminación eléctrica y el árbol de Navidad.
En la actualidad, esta festividad se vive con gran entusiasmo. La colocación de nacimientos es una tradición en el país. Estos belenes varían en tamaño, desde los pequeños, que se ajustan en estantes o son del tamaño de un puño, hasta los más elaborados, que ocupan amplios espacios, tanto interiores como exteriores. Los municipios peruanos colocan los nacimientos al aire libre, como en la Plaza de Armas de Cusco.
Además de estas tradiciones propias, Perú adopta decoraciones navideñas reconocidas a nivel internacional, como las luces festivas, el árbol adornado con guirnaldas.
Un aspecto singular es el consumo de panetón, donde Perú se ubica como el país líder con mayor consumo per cápita después de Italia. El 80% de las ventas se concentra en los últimos 4 meses del año y más del 40% se adquiere con la finalidad de ser regalado. Mientras Italia, el país origen de este tradicional bollo, consume alrededor de 29 mil toneladas anuales, en Perú esta cifra se eleva a 34 mil toneladas cada año.
Navidad y Nochebuena: diferencias entre estas dos festividades
Estas dos palabras rondan en la mente de las personas en diciembre, un mes donde el espíritu navideño está muy presente. A medida que avanza el tiempo, es común escuchar frases como “Nos vemos en Navidad” o “Nos reuniremos en Nochebuena”. Independientemente de la expresión con la que te sientas identificado, es importante señalar que una sigue a la otra en el calendario festivo y que estos términos son diferentes entre sí.
Para abordar esta cuestión, recurriremos a la Real Academia Española (RAE), que define la Nochebuena como la “noche de la vigilia de Navidad”. En cuanto al término Navidad, la institución cultural española lo conceptualiza como el “tiempo comprendido entre Nochebuena y la festividad de los Reyes Magos”.