Mérito, el local de comida peruano-venezolano que ocupó un destacado puesto en Latin America’s 50 Best Restaurants: propuesta gastronómica trasciende fronteras

La gastronomía peruana, una de las más destacadas en el mundo, se consolida una vez más. Entre los elegidos de la lista Latin America’s 50 Best Restaurants 2023, ocho restaurantes limeños lograron figurar en este prestigioso ranking. El pasado martes 28 de noviembre, Maido, el restaurante del reconocido chef peruano Mitsuharu Tsumura, conocido como Micha, alcanzó el codiciado primer puesto durante la gala que se desarrolló en Río de Janeiro.

Maido no fue el único restaurante peruano en recibir reconocimiento internacional. Kjolle, con su innovadora propuesta culinaria, ocupó el séptimo lugar. Esta empresa es dirigida por la chef Pía León, quien comparte la gestión con su esposo Virgilio Martínez. Como es sabido, nuestro compatriota es responsable del restaurante Central, reconocido como el Mejor del Mundo en 2023.

Kjolle, compartiendo el mismo complejo que Central, celebra la artesanía local, desde sus mesas hasta la vajilla, provenientes de pequeñas empresas peruanas. Su menú, resplandeciente y colorido, rinde homenaje a la rica despensa peruana con platos innovadores y llamativos.

En el décimo puesto se encuentra Mayta, el buque insignia del chef Jaime Pesaque, que hace gala de la autenticidad de la cocina peruana con platos como las mollejas asadas con arracacha y tumbo, cada uno presentado como una obra maestra.

Sin embargo, el restaurante que acapara la atención en esta ocasión es Mérito, clasificado en el puesto 13. ¿Qué lo hace tan especial? Es la pregunta que surge en torno a este establecimiento gastronómico que ha cautivado paladares y mentes con su propuesta única y atractiva.

El chef y comunicador Juan Luis Martínez, que unió los sabores de Venezuela y Perú en el restaurante Mérito, traza un puente entre dos cocinas con matices singulares. En un contexto marcado por la migración venezolana hacia el país, este venezolano de nacimiento logró integrar su experiencia personal en una propuesta gastronómica que refleja la identidad de ambos países.

Martínez, emergiendo en país lejos del suyo, ha fusionado ingredientes peruanos con recetas y reminiscencias de su tierra natal, generando composiciones únicas y sabrosas como la quesadilla de raíz de yuca con queso de cabra, la calabaza loche con pesca fresca del día, el tiradito de vieiras con leche de tigre de tumbo o la panceta de cerdo glaseada.

El restaurante Mérito, situado en jirón 28 de julio, 206, Barranco, Lima, es un espacio que abraza la historia y la tradición. Las paredes de adobe que tienen más de 150 años, los pisos de piedra y las mesas de madera conforman su atmósfera acogedora. Con dos plantas distintas, el primer piso ofrece una experiencia sensorial y cercana, permitiendo a los comensales adentrarse en la cocina, observar el proceso culinario y participar de cerca con los cocineros. Por otro lado, el segundo piso, con dos ambientes comunicados, brinda un espacio más convencional y confortable.

Este espacio gastronómico honra sus raíces venezolanas mediante una carta rotativa que refleja una constante innovación en sus platos, con opciones que oscilan entre los 29 y 105 soles, ofreciendo una diversidad de experiencias gastronómicas a los comensales.

Desde su debut en los fogones a los 27 años, el chef venezolano trazó un camino singular en el mundo culinario. A pesar de considerar tardío su inicio en comparación con otros colegas, su travesía gastronómica empezó con la inquebrantable convicción de seguir su verdadera pasión, desviándose de su carrera Ciencias de la Comunicación.

Fue la reacción de un amigo al probar sus creaciones lo que encendió la chispa de dedicarse profesionalmente a la cocina. Aquel instante marcó un giro radical en su vida, una certeza en su ser que lo llevó a una primera escuela culinaria en su país natal, Venezuela. Sin embargo, su deseo de aprender y crecer lo condujo a una prestigiosa institución donde perfeccionó sus habilidades culinarias.

Tras finalizar su formación, el camino del chef se tornó internacional. Las pasantías en Europa, especialmente en el restaurante Martín Berasategui, desencadenaron un amor por la cocina europea. Regresó a Venezuela para compartir sus conocimientos durante unos años antes de embarcarse hacia París en busca de más saberes. Un curso intensivo y una experiencia en un restaurante de Burdeos ampliaron sus horizontes culinarios.

El destino lo llevó a Madrid, donde se sumergió en la atmósfera culinaria de DirverXO. El Madrid Fusión se convirtió en el escenario de un encuentro crucial con el chef peruano Virgilio Martínez. Este encuentro abrió las puertas de una nueva oportunidad en Perú. La propuesta de prácticas en Central, junto con la posibilidad de explorar Machu Picchu, lo llevaron a tomar una decisión trascendental: dejar Europa atrás y venir a Perú.

Central se convirtió en su nuevo hogar culinario. Su ascenso como jefe de cocina marcó un suceso importante en su carrera. En este periodo, el nacimiento de su hija se convirtió en un faro emocional, alimentando su determinación y brindándole una perspectiva renovada en su arte culinario. Los aprendizajes obtenidos en el restaurante de Virgilio se entrelazaron con su día a día, consolidando su estilo único y su compromiso con la excelencia gastronómica.

Sumergido en las platillos de Central, el chef venezolano tenía claro que el seguir allí le ofrecía un abanico amplio de oportunidades. Sin embargo, a pesar de contemplar la comodidad de quedarse, sentía una llamada interna que lo instaba a emprender un camino solitario.

Era momento de aventurarse en su propio camino. Compartió su decisión con Virgilio, quien comprendió su posición y le ofreció su respaldo. Así se gestó el inicio de una nueva etapa; sus ideas, desordenadas al principio, clamaban por orden y ejecución.

El lugar ideal finalmente capturó su atención con cada rasgo y susurro de sus paredes. El tamaño también fue una consideración crucial; su primer restaurante no debía ser demasiado amplio. La experiencia de José Luis Saume, también un chef venezolano, quien lo acompañó desde el principio, aportó la tranquilidad necesaria para dedicarse a la creación.

En las raíces del chef venezolano se entrelazan dos nacionalidades, dos mundos: Venezuela y Perú. Esta dualidad es la raíz de Mérito, un restaurante que nace en tierras peruanas, pero que lleva consigo el sabor y la esencia de ambas culturas. Sin embargo, su enfoque trasciende las fronteras patrias; el verdadero corazón de esta propuesta culinaria radica en la riqueza de los productos latinoamericanos.

El objetivo no se limita a deleitar el paladar; Mérito busca cautivar emociones. La intención es que aquellos que se adentren en este universo culinario no solo disfruten de platos exquisitos y novedosos, sino que también sean movidos por un cúmulo de sensaciones. La gastronomía es más que sabores; es un vehículo para crear experiencias memorables, desatando emociones que trascienden lo puramente gustativo.

Con un horario de atención de lunes a sábado, de 12:30 del mediodía a 15:30 y de 19:00 a 22:30, Mérito invita a sumergirse en un viaje gastronómico donde las fronteras se desdibujan y las emociones se desatan. Los días domingos, el local no abre sus puertas.

Desde su apertura, Juan Luis Martínez apostó por una propuesta distinta: un menú reducido y cambiante, adaptado a las estaciones del año. En este espacio, la cocina se convierte en un espectáculo frente a los comensales, quienes disfrutan de la experiencia de ver sus platillos cocinarse en tiempo real. La cercanía con los clientes no solo es gratificante para los dueños, sino también inspiradora.

A través de sus platos, el restaurante cuenta la historia y la riqueza de la biodiversidad latinoamericana. La singularidad de Mérito radica en su capacidad para ofrecer un pedacito de Perú y Venezuela a los comensales que cruzan por su puerta, logrando que se sientan como en casa.

A partir de un control preciso del calor, logró utilizar tubérculos y raíces como base para creaciones innovadora. La carta es reducida, pero repleta de sabores auténticos que reflejan la diversidad y riqueza de la gastronomía. Platos como choclo a la brasa, cangrejo Popeye o cordero y ocas invitan a los comensales a embarcarse en un viaje culinario por toda la región.

En un evento trascendental celebrado en Río de Janeiro, Brasil, la gastronomía peruana y su exquisita representación culinaria se alzaron como protagonistas destacados. PromPerú, a través de sus redes sociales, dio a conocer este evento y cómo se insertó dentro de las festividades de los Latin America’s 50 Best Restaurants.

El escenario congregó a periodistas tanto locales como internacionales, junto a influyentes operadores turísticos, quienes tuvieron el privilegio de deleitarse con una muestra selecta de la riqueza gastronómica del Perú. Entre los platos presentados, resaltaron clásicos como el ceviche, así como la ensalada de quinua y trigo, además del apreciado flan de arándanos y quinua, cautivando con sabores tradicionales y exóticos.

El punto culminante no solo se centró en las delicias culinarias, sino también en los refinados cócteles elaborados a base de pisco, liderados por el experto mixólogo Alonso Palomino, de Lady Bee. Estas bebidas cautivaron a los presentes con su sabor único y su vínculo intrínseco con la cultura y la tradición de la bebida peruana.