Desde muy pequeño, Arturo ‘Zambo’ Cavero mostró su amor por la música criolla y afroperuana. Sus raíces siempre estuvieron presentes y se encargó de pregonarlas con gran orgullo en cada show que brindaba y cada entrevista que daba, así lo recuerda su hija Moraima Cavero, que después de 14 años de fallecido, sigue cuidando su legado y se ha dedicado a la tarea de continuar difundiendo su arte.
El 29 de noviembre, el intérprete de tantos éxitos como ‘Y se llama Perú’ y ‘Contigo Perú' cumpliría 83 años. Moraima le cuenta a Infobae que ser hija de uno de los cantantes más recordados de nuestro país es una gran responsabilidad, y que cada homenaje que le hacen a su progenitor, es para ella una muestra de que su progenitor sigue presente en muchos corazones blanquirrojos. Hecho que, sin duda, la llena de dicha, pues mientras muchos recuerdan al talentoso hombre que nos hizo emocionar con cada uno de sus temas, ella y sus hermanas evocan a aquel ser humano que dio todo por su familia y fue un cariñoso padre.
“Para mis hermanas y para mí, ver este tipo de manifestaciones en torno al legado de nuestro padre es realmente conmovedor, nos llena el corazón de alegría, de orgullo, pero sobre todo de gratitud, nuestra vida es sin duda privilegiada al poder nosotros capitalizar todo el trabajo de mi padre. Es algo que nos sostiene como grupo familiar que deja que uno pueda vivir con la ausencia de una manera mucho más amable, es una sensación difícil de describir, pero que, sin duda, yo por lo menos puedo asegurar que me llena el alma”, indicó Cavero Vásquez.
Un músico empírico y padre amoroso
Moraima recuerda a su padre no solo como una persona que amaba su carrera, sino también como un ser engreidor y entregado. Señala que creció viéndolo esforzarse y tomando con seriedad su carrera, buscando siempre nuevas oportunidades para mejorar.
“La carrera de mi padre se forjó a base de una disciplina, siempre lo vi cumplir con absolutamente todos sus compromisos laborales y a pesar de ser un músico empírico, lo vi comprar muchos discos y libros para aprender. Cuando él era joven no existía la carrera musical como una profesión, pero él buscó herramientas para que su performance, para que su entrega al público sea lo más profesional y prolija posible. Tenía mucha curiosidad por saber más, cantar le generaba mucha felicidad”, explicó.
Si bien es cierto, tenía muchas presentaciones, Moraima relata que su padre siempre estuvo presente, ya sea con una llamada o alguna sorpresa. Y pese a que el artista murió un 9 de octubre de 2009, Cavero Vásquez confiesa que aún siente su compañía, más aún en tiempos difíciles. Recuerda que al igual que muchos peruanos, la pandemia fue uno de los momentos más duros que le tocó vivir, por la incertidumbre que se sentía. Sin embargo, el escuchar a los patrulleros o al serenazgo poner los temas de su padre, en tiempos donde uno tenía que ser resiliente, la llenaba de nostalgia, pero también de mucha esperanza.
“La voz de mi padre ha sido elegida por los peruanos para que los acompañe en sus momentos de máxima alegría, de celebración. También en momentos donde es importante la resiliencia, como en épocas de pandemia. Él siempre nos acompaña, ya sea en arengas y manifiestos”, señala emocionada.
Hijas de Arturo ‘Zambo’ Cavero le dijeron “no” a la música
Es común que un hijo decida seguir los pasos de su padre, pero no es el caso de Moraima, Zorka y Elena, las adoradas hijas del fenecido Zambo Cavero. Confiesa que aunque ella y sus hermanas crecieron con mucha música y escuchando las interpretaciones de su padre, ninguna se vio tentada por esta carrera.
Moraima Cavero relata que su padre hizo muchos intentos para involucrarlas en el arte, pero, simplemente, no era lo suyo.
“No ejecuto ningún tipo de instrumento, no está dentro de mis intereses tampoco, pero sin duda he sido criada en un ambiente lleno de arte, mi madre y mi padre han sido ávidos lectores, por lo tanto, en mi casa hubo mucha música, mucha lectura, incluso a mis hermanas y a mí se nos propuso que tocáramos un instrumento desde pequeñas, pero nuestras profesiones fueron por otro lado, ninguna de nosotras está relacionada al mundo de la música, no tocamos ningún instrumento, no cantamos, no bailamos, solo disfrutamos del arte”, aclara.
Los homenajes y tributos
Moraima se ha mostrado abiertamente en contra de las imitaciones de su padre. Sin embargo, no ha dudado en aplaudir los homenajes o tributos que se puedan hacer a su nombre. Como parte líder la Asociación Zambo Cavero, se ha dado a la tarea de cuidar la trayectoria del cantante de ‘Cariño Bonito’. No es fácil, indica, pero lo hace con mucho orgullo y alegría.
“El legado que ha dejado mi papá para mí es una inmensa responsabilidad, es cuidar casi 60 años de carrera ininterrumpida y darle un norte en lógico para que esto dure y sirva de inspiración. Su trayectoria está llena de logros, llena de premios y reconocimientos en más de una instancia y en más de un país. Es sin duda una responsabilidad y tarea que asumo, inclusive para poder ofrecer todas las herramientas posibles a las personas que deciden poder producir o darle un homenaje a Arturo”, explicó Cavero Vásquez, quien viene impulsando un concierto que se realizará el 30 de noviembre en el renovado Teatro Segura de Lima, donde cantará Paloma Torres.
Recordemos que Paloma es ahijada artística del recordado Arturo ‘Zambo’ Cavero. La joven ha decidido continuar con el legado de uno de los intérpretes más importantes de la música criolla y afroperuana.
En el homenaje también estarán Milena Warthon, Emy Castro, Daniel Bazán Jr., Marco Romero y Carlos Mosquera. ‘Un legado eterno’ se llama la gala que prepara la intérprete de ‘Neo Criollo’, Paloma Torres. Las entradas para este concierto están a la venta en la plataforma de Joinnus desde 25 soles.
“Yo siempre estaré agradecida profundamente con este tipo de muestras de cariño. A mi familia y mi, nos llena de una inmensa alegría que tengan a bien seguir difundiendo el legado de Arturo a pesar de estar ausente ya 14 años”, resaltó.
En el mismo teatro habrá una sala de exposición donde el público podrá ver algunos artículos que sus hijas han guardado bajo siete llaves, como sus cajones, una libreta de anotaciones y un diploma de la OEA. También habrá lienzos que artistas plásticos han pintado en honor a él.