El Gobierno anunció el nombre oficial para el año 2024 en el país. La medida fue oficializada en el decreto supremo N.º 129-2023-PCM, publicado en el diario El Peruano.
De esta manera, a partir de hoy, 1 de enero, los diferentes organismos estatales tendrán que utilizar en los documentos oficiales la siguiente denominación: “Año del Bicentenario, de la consolidación de nuestra Independencia, y de la conmemoración de las heroicas batallas de Junín y Ayacucho”.
Por su parte, el Ministerio de Cultura deberá traducir el nombre oficial a lenguas indígenas u originarias para que sea usado en todos los distritos, provincias y departamentos donde predominen esos idiomas.
En la norma también se indica que el proceso oficial de conmemoración del bicentenario de la independencia del Perú terminará el martes 31 de diciembre del 2024.
Como se recuerda, el 2023 fue denominado el “Año de la unidad, la paz y el desarrollo”. Así, el poder Ejecutivo se comprometió a promover un “diálogo transparente en todos los niveles de Gobierno” con el fin de “optimizar la aplicación de políticas nacionales y valores democráticos”. Esto, según el decreto, también permitiría “una cultura de paz y protección de los derechos para toda la ciudadanía”. Estas fueron las denominaciones del Perú en los últimos cinco años:
- 2022: Año del fortalecimiento de la soberanía nacional
- 2021: Año del Bicentenario del Perú: 200 años de Independencia
- 2020: Año de la Universalización de la Salud
- 2019: Año de la lucha contra la corrupción e impunidad
- 2018: Año del Diálogo y la Reconciliación Nacional
¿Qué pasó en las batallas de Junín y Ayacucho?
Si bien el 28 de julio de 1821, el general argentino José de San Martín proclamó la independencia del Perú, esta se consolidó tres años después con las batallas de Junín y Ayacucho.
En el primer enfrentamiento, ocurrido el 6 de agosto de 1824, las tropas de Simón Bolívar se enfrentaron a los realistas con espadas, sables y lanzas. En esta ocasión, los independentistas estuvieron cerca de ser derrotados; sin embargo, la participación de civiles organizados en guerrillas ocupó un papel trascendental para lograr la victoria.
De esta manera, la lucha en la pampa del Bombón consolidó la estrategia de los peruanos, quienes tenían la geografía de su lado al usar la altura a su favor.
Luego, en la batalla de Ayacucho, el 9 de diciembre del 1924, el ejército unificado libertador del Perú venció de forma definitiva al ejército Real.
Durante un instante del evento, los realistas ocuparon el cerro Condorcunca, mientras que los patriotas, comandadas por el venezolano Antonio José de Sucre, estaban en una situación de desventaja en la misma pampa.
“En tales circunstancias, la posición de los patriotas consistía en mantenerse en el terreno, la Pampa de la Quinua, con la única opción de contener la embestida de los realistas y explotar una situación favorable para decidir la contienda”, señala el general de Brigada en retiro, Juan Urbano Revilla a El Peruano.
No obstante, cuando el virrey La Serna intentó de controlar a sus hombres, fue herido y capturado por los patriotas. Ese mismo día, Canteract y Sucre firmaron la capitulación de Ayacucho, donde la nueva República del Perú reconocía la repatriación de los españoles y los gastos de la guerra.
“El corolario fue la capitulación realista, mediante la cual se puso fin al dominio español en América y por el que quedaban prisioneros de guerra los generales La Serna (herido), Canterac, Valdez, Carratalá (...),16 coroneles, 68 tenientes coroneles, 484 oficiales y 3, 200 efectivos de tropa; el resto se había dispersado”, mencionó Juan Urbano.
Las fuerzas de la corona española, por su parte, reconocían la derrota y entregaban el dominio de Cusco y Arequipa, aunque hubo focos realistas en el país hasta 1826.