La transición laboral juvenil en América Latina enfrenta retos significativos, especialmente en Perú, donde la brecha de género alcanza el 11%. Esta cifra coloca al país en una posición intermedia, por debajo de Brasil (15%) y por encima de Uruguay (10%), en lo que respecta a la disparidad entre jóvenes hombres y mujeres que aún no han comenzado la inserción en el mundo del trabajo. Las cifras corresponden a la Fundación Ayuda en Acción (AeA) a través de un estudio en jóvenes que abarca las desventajas laborales en Latinoamérica.
El informe destaca que el acceso al empleo es de vital importancia para la autonomía y el empoderamiento de las mujeres en la región. Esto pone de relieve que el desempleo o el retraso en la incorporación al mercado laboral de las jóvenes supone un obstáculo significativo para su desarrollo personal y profesional. Este problema no solo afecta la calidad de vida de las mujeres, sino que también tiene un impacto socioeconómico más amplio, afectando el crecimiento sostenible de los países de Latinoamérica.
En el contexto de Perú, el análisis comparativo con otros países de la región evidencia la necesidad de implementar políticas focalizadas y efectivas que aborden específicamente la igualdad de género en el ámbito laboral juvenil. La magnitud de este desafío invita a los gobiernos a diseñar estrategias que permitan una inserción laboral equitativa, así como promover la educación y formación técnica acorde a las demandas del mercado.
Al profundizar en el informe, se observa que el desempleo juvenil en la región refleja una complejidad de factores que van más allá del género, incluyendo el nivel educativo, el acceso a oportunidades de capacitación y la situación económica general de cada país. No obstante, la brecha de género destaca como una barrera adicional que requiere una atención particular. Por ello, las recomendaciones sugieren el fortalecimiento de iniciativas que fomenten la igualdad de oportunidades para las jóvenes en América Latina.
Desigualdad de género en el empleo juvenil
La mitad de la población juvenil (52%) en América Latina enfrenta serias desventajas al ingresar al mercado laboral, según el estudio. Este grupo se divide en cuatro categorías distintas, las cuales incluyen países con transiciones rápidas al empleo y marcadas brechas de género como El Salvador, Guatemala y Honduras, y otras con menores diferencias entre hombres y mujeres, tales como Bolivia, Brasil, Colombia, Paraguay, Perú y Uruguay.
El acceso al empleo se destaca como un componente crítico para la autonomía de los jóvenes y el empoderamiento femenino y de los sectores de la diversidad sexual. Un dato alarmante del estudio es que el 76% de los jóvenes en América Latina que no han iniciado la transición al mundo laboral y que además tienen desventajas educativas, al no asistir a ninguna institución escolar, son mujeres. Esta cifra contrasta significativamente con el 24% de varones en la misma situación, poniendo de relieve las grandes disparidades que se mantienen entre géneros en el ámbito educativo y laboral de la región.
La investigación bajo análisis enfatiza la correlación entre la empleabilidad, el desarrollo de capacidades y oportunidades para los jóvenes y la importancia de superar la discriminación de género para avanzar hacia una sociedad más equitativa. Las conclusiones apuntan hacia la urgente necesidad de políticas inclusivas que permitan a las mujeres y a los colectivos de diversidad sexual mejores posibilidades de formación y acceso a empleos dignos.