El edificio Marsano, ahora conocido como Residencial Miranda, ubicado en el corazón del distrito de Miraflores, representa un hito en la historia urbana y arquitectónica de la ciudad. Este predio, de construcción cuadrada y antigua, se alza a unos cuantos metros de la Vía Expresa, simbolizando un testigo de las transformaciones urbanas y sociales de Lima.
Originalmente concebido como uno de los hoteles más grandes de Lima, con casi 200 habitaciones, el edificio Marsano fue pensado para ser un ícono de lujo y esplendor. Sin embargo, nunca se inauguró como hotel. Hoy, alberga a 174 familias, muchas de ellas propietarias de sus departamentos.
A pesar de mantener su fachada con el paso de los años, el interior del edificio ha experimentado significativas transformaciones, adaptándose a las necesidades de sus habitantes. El edificio, que cumplió 70 años, sigue siendo un espacio densamente poblado.
El hotel que nunca fue
El Hotel Bolívar, desde su inauguración en 1924, se erigió como un emblema en el centro de Lima. Paralelamente, el patriarca de la familia Marsano, motivado por un deseo de legado, aspiraba a fundar un establecimiento hotelero caracterizado por su esplendor y lujo.
Tomás Marsano Gutiérrez, empresario minero y figura clave en la historia urbana de Lima, cuyo nombre distingue a una de las avenidas más transitadas que conecta los distritos de Surquillo y Miraflores, jugó un rol fundamental en este proyecto. Según las investigaciones del cronista Eduardo Abusada, Marsano, con una fortuna considerable, lideró la edificación de un importante inmueble en la zona, importando mobiliario directamente de Europa. Sin embargo, el proyecto logró concretar solo su primer piso, concebido como lobby del hotel. Este espacio, adornado con mármol travertino y rodeado de elegantes portales, refleja la ambición original del proyecto.
El periodista, en su rol de investigador, destaca que los terrenos de la familia Marsano, extensos en su amplitud, se desplegaban desde la avenida Arequipa hasta la avenida Paseo de la República. Esto lo corrobora un testimonio de doña Fátima, quien menciona la extensa propiedad de la familia Marsano.
“Desde la avenida Palma se ingresaba por la calle Candamo, y para continuar se debía girar en U por la calle Suarez o por la avenida Arequipa para llegar a la calle Villavicencio. Después, al parecer, la familia cedió el terreno para construir la Av. Petith Thouars, y se eliminaron los nombres Candamo y Villavicencio”, le comentó Fatima a Abusada.
Anécdotas locales indican que inicialmente se consideró este terreno para un aeropuerto, y que el edificio Marsano se concibió como un hotel para turistas. No obstante, el plan no prosperó. El aeropuerto fue construido finalmente en el Callao, por lo que el edificio Marsano cambió su enfoque hacia la venta y alquiler de departamentos.
Determinar la fecha exacta de la inauguración del edificio resulta complejo. No obstante, es evidente que su construcción fue anterior a la inauguración de la Vía Expresa, infraestructura emblemáticas que fue habilitada para los conductores en 1967 por el entonces alcalde de Lima, Luis Bedoya Reyes.
Figuras ilustres que habitaron en el edificio Marsano
Este lugar ha sido testigo de la vida y obra de diversas figuras. Desde personajes célebres hasta individuos menos conocidos, el predio se ha convertido en una locación emblemática de la ciudad de Lima.
Georgette Philippart, una mujer de origen francés, se distinguió no solo por ser la esposa del renombrado poeta peruano César Vallejo, sino también por su dedicación a preservar y promover la obra y el legado de su marido. Tras el fallecimiento del vate en 1938, la mujer se enfocó en la gestión de los derechos de sus obras y colaboró con estudiosos para la investigación y difusión de su vida y obra.
Edgardo Rivera Martínez, un destacado escritor peruano, se mudó a este edificio con sus hijos tras la trágica muerte de su primera esposa. Conocido por su novela “País de Jauja”, publicada en 1993, el literato es celebrado por su habilidad para entrelazar la realidad con la imaginación, ofreciendo una perspectiva nostálgica de la sociedad y cultura andinas.
Doris Gibson, una periodista y empresaria peruana de gran influencia, dejó un legado significativo en el periodismo de su país. Fundadora de la revista “Caretas”, Gibson es recordada no solo por su rol en el periodismo peruano, sino también por su defensa de la libertad de prensa y su contribución a la formación de una conciencia crítica en la sociedad. Su fallecimiento en 2008 marcó el fin de una era en el periodismo peruano.
¿Qué proyectos de renovación se proponen para el histórico edificio Marsano?
En su investigación para obtener el título profesional de Arquitectura, Gabriel Cabrera ha presentado una propuesta visionaria para el edificio Marsano. Su proyecto aborda tanto la revitalización de este emblemático inmueble como la transformación del entorno urbano. Cabrera propone un diseño que integra espacios públicos, áreas verdes y zonas de descanso, beneficiando tanto a residentes locales como a visitantes y trabajadores de la zona.
El proyecto de Cabrera visualiza el edificio Marsano como un núcleo revitalizador para una área urbana en declive. Se concibe como una “isla” en medio de diversas dinámicas urbanas, buscando fortalecer la identidad comunitaria y la interacción vecinal desde su arquitectura.
Además, la propuesta considera la construcción de una torre que no solo responde a los cambios del entorno, sino que también refuerza la presencia icónica del edificio Marsano. Esta torre albergaría funciones más privadas, como viviendas y un hotel, complementando así la oferta de espacios del renovado edificio. Con esta iniciativa, Cabrera busca no solo revitalizar un edificio histórico, sino también redefinir el tejido urbano de su entorno.
¿Quién fue Tomás Marsano Gutiérrez?
Tomás Marsano Gutiérrez, reconocido empresario y político peruano, jugó un papel crucial en el desarrollo de Lima, tanto en términos urbanísticos como agrícolas. Se destacó como benefactor y promotor de la urbanización en diversos sectores de la capital, dejando un legado tangible en la avenida Tomás Marsano, una de las más importantes y transitadas de la ciudad.
Como propietario de la Compañía Urbanizadora Surquillo, Marsano tuvo bajo su gestión las haciendas La Calera de La Merced, con 203 hectáreas, y Primavera, que abarca 25 hectáreas. Además, lideró la Compañía Agrícola Lima, constituida a partir de las haciendas Venegas en el Valle de Surco y la hacienda Copacabana en Puente Piedra. Su influencia se extendió también al sector minero, siendo dueño de la Compañía Minera Santa Inés de Morococha.
Uno de sus proyectos más emblemáticos fue la construcción del Hotel Residencial de Miraflores. No obstante, debido a disputas familiares, el hotel fue vendido y posteriormente transformado en la Residencial Miranda.
Los negocios que no prosperaron en el edificio Marsano
El edificio Marsano, que alberga a cientos de familias en la actualidad, es considerada una joya arquitectónica que contrasta con las carreteras grises de la Vía Expresa. En el pasado, algunas de sus instalaciones fueron destinadas para guardar productos exclusivos.
Es preciso mencionar que los productos no solo se guardan en los locales, sino que también se ofrecían al público. Según la revista Cosas, el predio contaba con tiendas que no perduraron en el tiempo. Tal es el caso de Royal Heart y Bebe Bom Bom, de Sergio Dávila y Jazmín Sarria, respectivamente. Estos negocios atendieron al público en el primer piso de la Residencial Miranda.