La transformación del Circuito Mágico del Agua: de ser un espacio para entrenar militares en plena guerra a convertirse en atractivo turístico

En este emblemático lugar de Lima, los miembros del “Batallón de la Reserva” entrenaban con el fin de luchar por su patria. Ellos, no dudaron en enrolarse al Ejército para batallar contra los chilenos

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Este importante parque cuenta una apasionante historia. Video: YouTube Visita Lima

Antes de que el Circuito Mágico del Agua se levantara como uno de los lugares recreativos y turísticos más importantes de la ciudad, el espacio que ocupa era conocido como el Parque de la Reserva, un lugar que se caracterizaba por sus extensas áreas verdes y representaba para muchos la tranquilidad de dar una caminata y respirar aire fresco.

Este parque, tan popular hoy en día, solía tener una imagen un poco distinta en el pasado, que se aleja del bullicio, las luces y la tecnología que le dan su encanto en la actualidad. Sin embargo, es importante resaltar que también cuenta con una particular historia que se remonta a tiempos de guerra, donde lejos de ser un recinto de calma y relajo, vio pasar por sus espacios a soldados que pronto verían los horrores y el fragor de la batalla.

El Parque de la Reserva en el pasado

Parte del terreno que más tarde ocuparía el Parque de la Reserva. Foto: Twitter Lima Antigua
Parte del terreno que más tarde ocuparía el Parque de la Reserva. Foto: Twitter Lima Antigua

La guerra con Chile, conocida también como la Guerra del Pacífico, que ocurrió entre 1879 y 1884, marcó para el Perú un episodio bastante doloroso y que mermó casi por completo la moral nacional.

Por aquel entonces, el miedo y la incertidumbre imperaban en Lima y otros puntos del país. La mayoría de soldados experimentados que habían sido enviados a combate ya habían sufrido graves derrotas en campañas al sur del país y el panorama político no era mejor. Bolivia se retiraba como aliado de la guerra y las tropas chilenas desembarcaban en Ica para iniciar la toma de la capital, causando estragos a su paso y llegando a instalar su base de operaciones en Lurín.

Eran horas oscuras, y tiempos de esa naturaleza requerían decisiones radicales. De este modo, en 1881 se organizaron batallones conformados por civiles que hasta ese momento no habían tomado las armas, pero que tenían la valentía suficiente para luchar por la defensa de Lima.

Antiguo "Batallón de la Reserva" que fue entrenado en el parque homónimo. (flickr.com santiagonostalgico)
Antiguo "Batallón de la Reserva" que fue entrenado en el parque homónimo. (flickr.com santiagonostalgico)

Este grupo de soldados que respondió al llamado de auxilio del Gobierno fue bautizado como el “Batallón de la Reserva”, y recibieron su entrenamiento militar precisamente en el terreno que más tarde ocuparía el parque homónimo. Para aquellas épocas, el parque en mención pertenecía al Parque de la Exposición junto con otros importantes espacios como el que ocupa hoy el Estadio Nacional.

El grupo estaba principalmente conformado por adultos, pero también había niños. En cuanto a sus oficios, había trabajadores de todo tipo de clases sociales y ocupaciones, desde humildes jornaleros, obreros, artesanos hasta enriquecidos comerciantes, profesores, y promesas de la vida académica, política y cultural del país.

Creación oficial

Parque de la Reserva en tiempos de antaño. (Facebook Lima la única)
Parque de la Reserva en tiempos de antaño. (Facebook Lima la única)

El sacrificio de estas vidas no fue olvidado. Las horas oscuras fueron superadas y el Perú siguió escribiendo su historia. Así, en 1929 bajo el gobierno de Augusto B. Leguía, quien se dice fue reservista durante la defensa de Lima, se inauguró finalmente el Parque de la Reserva, cuyo nombre hace honor a los valientes que cayeron defendiendo la ciudad durante la guerra.

El espacio buscaba que estas memorias no perecieran en el tiempo, pero también tenía como objetivo darle a Lima un lugar recreativo, moderno y que representara el progreso y el contacto con la naturaleza, además de los beneficios paisajísticos.

El estilo del parque, con sus diversos monumentos, responde en parte a las personas que estuvieron involucradas en su planificación y embellecimiento, como son el arquitecto Claude Sahut, el pintor José Sabogal, los escultores Daniel Vásquez Paz, Daniel Casafranca e Ismael Pozo.

Antigua fuente de soda del Parque de la Reserva. (Twitter Lima Antigua)
Antigua fuente de soda del Parque de la Reserva. (Twitter Lima Antigua)

Cada uno aportó su visión dando como resultado el estilo indigenista que se presenta en algunas esculturas o estructuras como la Casa del Inca o la fuente de los huacos, entre otros, que pertenecen al proyecto original y buscaban revalorar el pasado y raíces precolombinas; pero también incluía toques clásicos que se aprecian en los jardines de tipo inglés.

Cabe destacar que este parque también sirvió en algún momento como espacio de estudios para los alumnos de la Escuela de Agricultura, que posteriormente fueron trasladados a La Molina.
El parque representaba un momento de relajo y distracción para las familias. (Facebook Lima Antigua)
El parque representaba un momento de relajo y distracción para las familias. (Facebook Lima Antigua)

Abandono y recuperación

El paso de los años no fue grato con este hermoso pulmón verde de la ciudad que ocupa 16 hectáreas. Pese a su importancia, durante mucho tiempo permaneció como un recinto olvidado que se convirtió en el hogar de personas de mal vivir. Las hermosas esculturas y áreas pasaron a ser vandalizadas y casi destruidas, se encontraban en mal estado y habían perdido el brillo que tuvieron en antaño.

Afortunadamente, con la llegada del nuevo siglo, en el año 2003 se inició su puesta en valor y recuperación. El proyecto estuvo encabezado por la arquitecta Flor de María Valladolid. Ya en 2004, los resultados de este trabajo fueron visibles para la ciudad, que había ganado un espacio público renovado y recibió el título de Ambiente Histórico Urbano Monumental, otorgado por el Ministerio de Cultura.

El Parque de la Reserva, naturalmente, ha cambiado mucho desde su inauguración, pero no ha dejado de tener el carácter recreativo con el que fue concebido, y tampoco ha perdido su objetivo de mostrar la riqueza del Perú.

Circuito Mágico del Agua

El Parque de la Reserva, tan popular hoy en día, solía tener una imagen un poco distinta en el pasado. (Andina)
El Parque de la Reserva, tan popular hoy en día, solía tener una imagen un poco distinta en el pasado. (Andina)

El 26 de julio de 2007, luego de una importante planificación, se construyó lo que hoy conocemos como el “Parque de las Aguas”, pero que en realidad lleva por nombre oficial Circuito Mágico del Agua del Parque de la Reserva.

Para ello, el rostro de este pulmón verde cambió ligeramente y se modernizó para albergar al público y brindar un espectáculo de luces, música y agua gracias a las trece fuentes que hoy en día son las favoritas de muchos peruanos. El espacio también cuenta con un Récord Guinness al complejo de fuentes más grande del mundo en un parque público. Lo mejor de todo es que puede ser visitado por un precio accesible y cuenta con más de una atracción, como juegos, lugares para comprar souvenirs o comida, juegos mecánicos, entre otros.

El parque tiene una historia que es sin duda un recuerdo vivo del pasado. Antes, se concentraron ahí todas las sangres y clases sociales para luchar por un objetivo en común. Hoy ocurre algo similar, pero en tiempos de paz, donde ciudadanos de todo el Perú pueden seguir llegando a tener tiempos de disfrute.

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