Por mucho tiempo la psiquiatría ha pasado por el estigma del misterio o la intriga asociado al tipo de casos que suelen atenderse en los consultorios de esta especialidad médica. En siglos pasados, el mero hecho de ejercerla parecía una locura, a decir de quienes no podían concebir la idea de que los males relacionados al pensamiento y la mente estuvieran ligados a un aspecto ajeno a la religión y el misticismo.
El Perú no fue la excepción, ya que décadas atrás los psiquiatras, conocidos también como ‘alienistas’, lidiaban con los prejuicios que recaían sobre ellos y los pocos avances que había en su campo.
Lo cierto es que hoy en día la psiquiatría no solo es una parte de la medicina que se ocupa de la mente, sino que constituye una rama importante que ayuda a atender, tratar y prevenir problemas de salud mental, y que además hace sinergia con diversas especialidades para mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Asimismo, en nuestro país existen personajes ligados a esta carrera que son referentes médicos, como es el caso de Hermilio Valdizán, quien es considerado el padre de la psiquiatría peruana. En honor a su natalicio, cada 20 de noviembre se celebra en el Perú el “Día de la Psiquiatría Peruana”, que busca homenajear su impecable trabajo y revalorar a los profesionales que se desempeñan en este campo de la salud.
Hermilio Valdizán y su aporte en la medicina
Natural de Huánuco, Hermilio Valdizán Medrano fue un médico, escritor y catedrático que nació en 1885. Con tan solo ocho años perdió a su padre y su familia emigró a Lima soportando los estragos de la pobreza y la falta de oportunidades. Estudió en el “Colegio de Lima” a cargo de Pedro Labarthe y años más tarde ejerció la docencia en el mismo plantel. Desde muy joven trabajó para apoyar en la economía de su familia y costear parte de sus estudios.
Con 17 años, ingresó a la facultad de Medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), donde se graduó con la tesis “La delincuencia en Perú”. Su interés por el área mental surgió posiblemente de la gran sensibilidad que tenía Valdizán respecto del prójimo, pero también su capacidad de análisis, pese a esto, la psiquiatría en Perú todavía no se había instituido como una práctica común.
Su talento y habilidad le valieron una beca en Europa entregada por el Estado Peruano. Allí permaneció desde 1911 hasta 1914 estudiando en la Escuela Italiana de Enfermedades Mentales y del Sistema Nervioso, en Italia, pero también en Francia y Suiza, donde realizó prácticas y se especializó en psiquiatría. En 1915, poco después del inicio de la Primera Guerra Mundial, Valdizán regresó a Perú y realizó su tesis “La alienación mental entre los primitivos peruanos”, con la cual se graduó como doctor en Medicina.
Posteriormente, creó el primer consultorio externo de enfermedades nerviosas y mentales en el Hospital Dos de Mayo y fundó la cátedra de Enfermedades Nerviosas y Mentales en la Universidad Mayor de San Marcos. Más adelante fundó también el Seminario Psicopedagógico junto al doctor Honorio Delgado. Esto tenía como fin orientar a los maestros e impulsar el movimiento de “Higiene Mental”.
Fue director del entonces Asilo Colonia Víctor Larco Herrera, donde aplicó muchos de sus conocimientos para cambiar la forma en la que se atendía a los alienados, dejando de lado métodos como las camisas de fuerza o el cepo, para usar conocimientos ligados a la ciencia, pero también brindar un trato más humano, procurando entender estas condiciones.
Valdizán también se dedicó a la labor periodística trabajando como cronista en los diarios El Tiempo y La Prensa. Como escritor, tuvo una amplia investigación en el campo de la medicina, especialmente en la historia y por supuesto, en las enfermedades mentales, siendo un importante divulgador científico y humanista.
Pasó su corta vida avocado al estudio y fiel a su labor. Sabiendo que el tiempo se acababa, investigó para completar sus obras y dejar un legado de nuevos motivos de averiguación científica. El médico falleció la noche del 25 de diciembre de 1929, con tan solo 44 años, trabajando hasta ese último día.
Valdizán se caracterizó principalmente por la empatía y el tierno carácter del que gozaba, lo que le permitió mirar más allá, poniendo atención al sufrimiento de aquellos que padecían atormentados por sus propios demonios. Nunca estuvo de acuerdo con el trato deshumanizado que recibían los ‘alienados’ por parte de las monjas encargadas de su ‘cuidado’, quienes atribuían estas condiciones a temas religiosos.
Para él era necesario entender a cada uno de los enfermos y ayudarlos a calmar su dolor psíquico. Según el relato de amigos cercanos al médico, tenía una gran bondad y era alguien entregado, que amaba sin excepción y de amplia generosidad. Un legado que continúa resonando en las generaciones actuales y que hoy se recuerda con la celebración de esta fecha en su honor.
La psiquiatría en Perú
La ‘locura’ ha existido desde siempre, en tiempos precolombinos se concebía como un asunto de carácter mágico o religioso que era atendido de la misma forma, muy ligada a la cosmovisión. Con el pasar del tiempo y ya entrado el virreinato, se tenía en cuenta este tipo de padecimientos, y a los ‘insanos’ se les percibía como personas con debilidad en el cerebro, problemas de alimentación o incluso poseídos.
Sin embargo, sí se les atendía, específicamente en los hospitales de Santa Ana y San Andrés, que tenían espacios dedicados para este tipo de males pese a la poca comprensión de estos. Más adelante aparecerían los primeros ‘alienistas’, como el mencionado Hermilio Valdizán, pero también el doctor Casimiro Ulloa, quien fuera director del primer Asilo u Hospicio de Insanos, llamado Hospital de la Misericordia. Aquí también resalta la figura de Manuel A. Muñiz.
Con el paso del tiempo se fundó el Asilo Colonia de La Magdalena, hoy Hospital Víctor Larco Herrera. Su importancia radica en la formación de los primeros psiquiatras del Perú. Más tarde se sumaría el Hospital Obrero de Lima, que contaba con un servicio de psiquiatría, brindando más opciones a quienes deseaban dedicarse a esta labor. Algunos tuvieron el privilegio de ser enseñados por el profesor Honorio Delgado en persona.
Con el paso de los años la psiquiatría ha evolucionado y hoy trabaja de forma integral con otras especialidades, siendo una rama médica indispensable que sin duda tuvo humildes inicios y un largo camino para llegar a tomar su lugar en las ciencias médicas.