Raúl Orlandini: el multicampeón de Caminos del Inca que recibió dura sanción, convive con el riesgo de morir y sigue los pasos de su histórico padre

El automovilismo es uno de los deportes más arriesgados que existe. En cada prueba o competición, los pilotos corren por la gloria, aunque a la vez, sintiendo esa adrenalina de mantenerse concentrados a kilómetros por hora para llegar a la meta. En el Perú, hay uno que ha podido transitar por diversas categorías, pero sobre todo, dominar una de las pruebas más extremas del país como los Caminos del Inca.

Se trata de Raúl Orlandini Griswold, quien ganó cuatro veces este certamen, aunque en este año la Federación Peruana de Automovilismo Deportivo le quitó su licencia de conducir por dos años de una manera drástica. ¿La razón? Había criticado al presidente de la entidad por “inventar categorías”.

Infobae Perú tuvo acceso a una entrevista exclusiva con el ‘Mono’, quien desde su taller ubicado en el distrito de Chorrillos contó cómo se encuentra su caso y las acciones que viene realizando, además de sus inicios en el automovilismo, la herencia de su reconocido padre, Raúl Orlandini Dibós, y más.

- ¿Cómo tomas la sanción recibida por FEPAD?

Fue un tema complicado en Caminos del Inca. Veníamos haciendo una buena carrera. Estábamos en Cusco y faltaban tres días para que acabe la competencia. Sorpresivamente a las 7:50 de la noche nos llegó una sanción mágica de la Federación Peruana de Automovilismo Deportivo con la sola firma del presidente Rubén Echave. Nos dejaron sin licencia dos años y fuera de carrera.

- En una entrevista mencionaste que vienes trabajando el tema con tus abogados. ¿Hay optimismo para que puedas retomar el automovilismo a la brevedad?

Sí, por supuesto. Sabemos que la sanción fue echa directamente por el presidente de la FEPAD, lo cual no está reglamentado. Entonces, apelamos a la Comisión de Justicia de la Federación y, en paralelo, estamos acudiendo al IPD para que resuelva el caso porque es la segunda instancia que hay.

- De no proceder el reclamo para recuperar la licencia, ¿cuánto cambiaría tu vida?

Bastante. Hemos estado viendo, si me quitan la licencia como piloto, pasar a ser dirigente. Vimos la posibilidad de postular a la presidencia del Automovilismo Peruano, sus elecciones son en diciembre. Entonces, si me van a ‘apagar la luz’ como piloto, hay que pelearla como dirigente para arreglar las cosas porque estos abusos de autoridad no se pueden permitir.

- De todas maneras vas a tomar un plan B.

Sí, esto se resuelve en la parte legal/deportiva o me voy como dirigente para buscar justicia para los pilotos porque no podemos aceptar esos abusos.

- ¿Cómo se dieron tus inicios en el automovilismo?

Empecé en el automovilismo como piloto en 1996, en el kartismo con 10 años. Después hemos pasado por todas las disciplinas del automovilismo, corrí con mi papá de copiloto, después con él como copiloto mío. Cuando tenía 16 pasamos al Circuito, luego al Rally a los 18. He tenido la suerte de correr en Estados Unidos, en Europa, África, en el Medio Oriente, por todos lados.

- ¿Ese interés por el automovilismo siempre fue por tu papá? ¿En algún momento pensaste en otra cosa?

No, la verdad es que mi vida siempre ha sido los carros. Desde chiquito jugué con carros, mis Legos eran de carros, y toda mi vida ha transcurrido alrededor de ellos. De mis 38 años, he corrido los últimos 28.

- ¿Qué enseñanzas te dejó tu papá considerando que fue un piloto muy reconocido?

Mi papá siempre tuvo un lema “lo más despacio para ganar”. Que siempre cuide el auto, que vayamos con calma. Nos ha ayudado un poco en el tema.

- Empezaste en los karts, pasaste a tracción delantera, luego por Cross Country, NACAM, ¿dónde te sentiste más cómodo?

Sí, he pasado por todas las categorías. Ahora, nunca mi carrera fue profesional porque siempre tuve que trabajar desde los 20 años a raíz de que mi papá falleció. Entonces, siempre fue una carrera amateur/profesional. Nos trazamos planes de tres años buscando las experiencias deportivas más simpáticas que podíamos encontrar con los presupuestos. Corrimos el Mundial de Cross Country, NACAM en Estados Unidos, una carrera en prototipos, campeonato centroamericano de Rally, Mundial de Argentina, Caminos del Inca, etc.

- ¿Hay algún campeonato que te haya marcado?

El 2014 tuve una propuesta en Estados Unidos para el Nascar. Me dijeron que consiga un presupuesto y que iba a ser profesional. Con un año iba a estar rentado allá. No la tomé porque me dije ‘empezar a los 30 años desde cero, vender todo y jugármela en Estados Unidos’. No me animé a tomarla y es la única decisión en mi vida de la que me arrepiento.

- ¿Te imaginas lo que hubiera pasado?

Creo que hubiera sido positivo, no tengo dudas. El Nascar me pareció tan espectacular, el auto era divertido, la potencia era de 900 caballos, autos rápidos de verdad, caminan 320 por hora en el autódromo. También la posibilidad de que los carros son iguales, entonces es súper competitivo, ya dependía de lo que yo pudiera hacer en el auto y era uno muy cómodo.

- ¿Cuál consideras que es tu principal virtud como piloto?

Adaptarme a lo que sea. Si el auto es de tres ruedas, lo hago caminar. Es una de mis mayores fortalezas.

- ¿Qué significa el Nissan Silvia para ti? (primer auto tricampeón de Caminos del Inca) y qué diferencias le encuentras con el Mitsubishi EVO X?

¡Uy! El Silvia es historia completa. Lo tenemos ahí de toda la vida y es el auto que nunca vamos a vender. Me han ofrecido comprármelo varias veces pero es con el que mi papá ganó todo. Es el auto que más Caminos del Inca ha ganado en el Perú. De lejos no hay otro auto que se le acerque.

- ¿Qué diferencias encuentras con el Mitsubishi?

Son dos cosas totalmente distintas. Una (Nissan Silvia) es la prehistoria y este es la modernidad. El otro auto no tiene timón hidráulico, es uno de carrera de verdad de los 80′s. Motor 2,4 litros, 300 caballos, pesa 900 kilos. Este (Mitsubishi) tiene: 350 caballos, pesa 1,400 kilos, diferencial electrónico, timón hidráulico, computadora y otros carburados. Uno es el pasado y otros es el presente.

- ¿Cuál es el logro más importante de tu carrera deportiva?

(Hace una breve pausa) El Mundial de Cross Country, los Caminos del Inca, cada carrera tiene su propia historia, un cuento que se vive una vez. Quiero seguir ganando Caminos del Inca, la idea es llegar a ocho ediciones, estamos con cuatro. Esperemos que se acabe rápido la sanción para buscarlo el próximo año y no estar como dirigentes.

- ¿Existen amigos en el automovilismo? ¿Cuál es tu relación con los otros pilotos como Ramón Ferreyros, Nicolas Fuchs?

Poco, es un ambiente complicado, mucha gente que ve por sus resultados, no les interesa cómo los obtienen, solo los quieren tener. Si se cumple el reglamento o no es otra historia, ellos buscan la suya y van para adelante. Hay gente de todo tipo. Con los que mencionaste me llevo normal, recontra cordial.

- Hubo una declaración en el 2010 de Ramón Ferreyros, que se había quejado del campeonato y respondiste que el automovilismo era “para machos”.

Es que Caminos del Inca es una carrera que está atrapada en el tiempo. A Ramón, personalmente, no le gusta esa competencia, pero hay gente que sí nos gusta. Entonces, si no te gusta carrera, no pidas que la cambien, corre en otro lado. Pero no pidas que cambien la única carrera en el mundo para tú sentirte cómodo.

- ¿Qué tan costoso es ser corredor de auto?

¡Olvídate! Es un segundo trabajo para mí. Entre el auto, el equipo, buscar los auspicios, ver la parte de marketing. En el Perú, las marcas apoyan pero no siempre llegas a cubrir todo el costo. Entonces, a veces acabas en rojo, viendo cómo manejar la carrera.

- En términos generales, ¿cómo es tu planificación para una competencia?

Para que tengas una idea: ya estamos trabajando en el presupuesto de marketing del próximo año para Caminos del Inca y todavía no tenemos licencia. Estamos preparando la presentación porque las marcas cierran presupuesto ahora en diciembre, entonces si no estás adentro de su presupuesto, nos vemos en el 2025. Hay que seguirla remando desde ahorita.

- Eso es en cuanto a la logística, ¿en lo físico y mental?

Lo físico también es complicado. Caminos del Inca es una carrera muy dura. Este año bajé 20 kilos, todavía me faltan 20 más. Entonces sigo avanzando con la dieta. También hago rutinas en el gimnasio. Cada año puedes dar menos ventajas en Caminos del Inca porque antes era más relajada y ahora se ha vuelto de sprint, muy rápida, y hay que ir a fondo todo el tiempo. Es por los pilotos, la exigencia, las mejoras en los autos. Antiguamente un auto no aguantaba una semana de maltrato, por lo que se rompía y había que cuidarlo. Ahora sí aguantan toda la semana de maltrato a fondo. A nivel mental no hay mucho que se pueda hacer, no hay mucho presupuesto para el psicólogo. Ayudaría bastante, pero en el auto en Caminos del Inca, es que corres contra ti mismo. Puedes estar en una etapa de tres horas y no ves a nadie. No sabes si vienes bien o mal, entonces entra tu autocontrol, saber que el ritmo es el adecuado porque te puedes ir a fondo y te comes las llantas, consumes al auto. Tienes que jugar mucho con tu cabeza para llevar al auto en buen límite y no romperlo.

- ¿Cómo haces para adaptarte a diversas geografías? Caminos del Inca pasa por diversos trechos.

Para que tengas una idea en una etapa de Caminos del Inca: Lima-Huancayo. Empiezas a 2 mil metros en Canta, cuando te das cuenta estás a 5 mil, pasaste del asfalto a la tierra, de ahí nos agarró lluvia, luego nieve, agarramos barro bajando a La Oroya. De ahí a Huancayo y lo mismo: subes, bajas, temperatura extrema. En una etapa puedes pasar tres veces por auras de 4 mil metros de altura y bajar a 1,500 metros. Y te puedes demorar 12 horas porque partes a las 6:00 am hasta las 10:00 am el primer prime, ahí enlazas una ciudad a otra, y después viene otra etapa. Es una carrera realmente demoledora para el piloto y el auto.

- ¿Cuál es el recuerdo que más te marcó y que tu vida haya corrido peligro?

Sustos siempre hay, igual que accidentes. El 2018 tuvimos un accidente muy fuerte y son cosas que pasan. Es un riesgo que aceptas cuando subes al auto y si te toca, te toca, sabes cómo es. No hay dónde quejarse, simplemente es tu decisión, te subes al auto y tienes que asumir la responsabilidad de todo.

- Justamente, ¿cómo maneja tu familia el hecho de que practiques un deporte de riesgo?

Por suerte están acostumbrados. Desde mi papá, mi mamá sabe cómo es esto. Mi enamorada Marcela también. Me conoció corriendo y sabe que no lo voy a dejar. Prefieren no saber y cuando llego les aviso por WhatsApp.

- Si me pudieras explicar en simple cómo funciona la relación entre piloto y carro. ¿Hay una conexión sensorial?

En el auto vas con el copiloto que también es una parte muy importante. El copiloto va con la hoja de ruta, tiene un libro con el reconocimiento previo de toda la ruta y pones una descripción de cada curva. Él va diciendo qué viene y con lo que escuchas, entras a la curva, así sea ciega, a la velocidad que el copiloto te dice. En cuanto al auto, tienes que sentirlo, es una extensión tuya. Los frenos se calientan y se cansan, entonces hay que cuidarlos, llevándolos al límite con cuidado. Si llevas el carro de costado, las llantas se consumen más rápido. Tiene que haber este equilibrio entre de que el auto aguante y que sea rápido.

- ¿Cuál es la diferencia entre un auto normal que uno de carrera? ¿Cuántos implementos más tiene?

Varía todo. El Mitsubishi tiene el motor de serie con un par de mejoras. Le hemos cambiado suspensión, frenos, caja, computadora. Y todos los elementos de seguridad: la jaula antivuelco, los asientos, los cinturones de seguridad de 6 puntos, hasta el tablero es distinto.

- Aparte de Caminos del Inca, ¿has pensado en otras competencias?

Caminos del Inca es la meta principal y estamos evaluando si corremos un par de fechas del Campeonato Centroamericano de Rally o un par de fechas del Mundial, algo paralelo.

- ¿Cuánto crees que ha cambiado el automovilismo desde que empezaste hasta ahora?

¡Bastante! Si te hago una comparación de Caminos del Inca del 2006 al 2023, cómo cambió la logística es brutal. El 2006 ibas con dos camionetas y un camión llevando la gasolina y los repuestos, seis mecánicos o siete y la hacías. Ahora, solamente para el auto hemos llevado un camión, cuatro camionetas, 16 mecánicos. La logística es exponencial, mucho más grande.