El caso de las tres menores de edad que fueron halladas el pasado miércoles 15 de noviembre en el parque Kennedy de Miraflores, luego que sus familiares denunciaron su desaparición el domingo 12 en El Agustino, conmocionó a la sociedad esta semana.
Pese al gran operativo que armó la Policía Nacional del Perú (PNP) para ubicarlas en un edificio miraflorino, debido a que geolocalización de los celulares de las adolescentes las situaba en ese lugar, fue un periodista de un medio local quien las encontró a unas cuantas cuadras.
A través de un hilo de la red social X, antes conocida como Twitter, Patrick Valentin, reportero de América Televisión y Canal N, narró las pericias que tuvo que sortear para dar con el paradero de las menores, así como la forma en que logró ponerlas a buen recaudo ante la desidia de las autoridades.
Cronología de hallazgo
“Hasta el miércoles en la tarde lo que se sabía era que dos hermanas de 13 y 15 años salieron con una amiga de 14 de su casa de El Agustino la noche del domingo 12 de nov. La mamá decía que habían salido a comprar. Las menores se conocieron en una escuela de baile”, comenzó a contar el hombre de prensa.
Para la noche del domingo 12, las dos hermanas eran buscadas por su familia materna. En cuanto a la amiga de ambas, era su papá policía quien hacía lo propio para dar con su paradero. Todos sus intentos fueron en vano, no obtuvieron información de sus seres queridos.
“Hasta que una llamada les devolvió la esperanza”, precisó Torres. En la madrugada del miércoles 15, la PNP alertó a todos los involucrados en la búsqueda que encontraron los celulares de las adolescentes cerca al edificio Leyla, ubicado en el cruce de la avenida José Pardo con la calle Recabarren, en Miraflores.
En el 2020, en dicho inmueble se descubrió a víctimas de trata, por lo que la Policía Nacional comenzó a teorizar que podría estar cautivas a manos de una red de Trata de Personas. Tras ingresar al edificio, recién al mediodía del 15 de noviembre, dieron cuenta que en el departamento 1201 funcionaba un spa que brindaba servicios sexuales, pero que no se halló rastro de las pequeñas.
“Ese miércoles mi primera comisión del día fue hacer seguimiento al caso. Ya nadie estaba en el lugar ni la familia ni la policía. Lo único que quedaba era llamar a la madre de las hermanas desaparecidas o ir a buscarla a El Agustino. Comenzamos a llamarla y así empezó todo”, detalló en su publicación.
A las 3:30 de la tarde, el reportero trató de comunicarse hasta en seis oportunidades con la mujer en cuestión. Al sétimo intento, una “vocecita dubitativa y temerosa” le responde. Tras explicarle el motivo de las llamadas, la persona al lado de la línea que dice que su mamá no se encontraba con ella.
“Hasta ese momento no sabía si R (la mamá) tenía otras hijas. Volví a llamar hasta 5 veces, pero apagaron el teléfono. La comisión se estaba poniendo algo extraña. Llegamos a la casa de la familia en El Agustino, pero no había rastro de ellos. No querían vernos”, continuó en su relato.
Torres narró que en el documento de la denuncia de desaparición de las menores figuraba el número de la mayor de sus hijas. Tras contrastarlo con el que estaba marcando en ese momento, se da cuenta que es el mismo que les había contestado.
“No había dudas de que quien respondió la llamada era una de las menores. Volvimos a llamar, pero nadie contestaba. Estábamos a punto de ‘bajarnos’ la comisión cuando del otro lado se escucharon cuchicheos”, indicó el reportero.
Luego de lograr que no le volvieran a colgar la llamada, el periodista, quien no recibió respuesta al consultarles por su estado de salud, trató de conseguir su ubicación. “No sabemos dónde estamos. Ayuda. (…) Hay mucha gente, hay un Wong”, dijeron las menores, según el hombre de prensa.
Pese a que primero fue a una dirección errónea, Torres no desistió y logró sacarle más información. “Acá hay un parque, dice: Miraflores se vive mejor”, le indican las adolescentes. Al llegar al parque Kennedy, peinó la zona junto a su camarógrafo hasta que logró divisar a las tres pequeñas.
“En la pileta del parque muy cerca de postes con 5 cámaras de seguridad cada uno había tres chicas. Las tres abrazadas, juntas como si fueran un mismo cuerpo”, informó a sus seguidores.
Desidia de las autoridades
En la movilidad del medio de comunicación, Patrick Torres se percató que “tenían pequeños arañones en manos y piernas”, además que una de ellas estaba vestida diferente a como salió de su casa. “Es raro, han pasado tres días y su celular sigue con batería”, pensó.
Ya en la comisaría de Miraflores, se encontró con un panorama aterrador. “Entré y busqué al comisario, no estaba. Fui al Depincri a buscar al jefe, pero tampoco estaba. Le hablé del caso al encargado de guardia, un hombre mayor de la comisaría e increíblemente me dijo ‘Ah, esas menores, ya aparecerán...’”, lamentó.
Tras comunicarse con el jefe de la División de Investigación de Trata de Personas, general PNP Carlos Malaver, llevaron a las tres adolescentes a la sede de la Dirincri, ubicada en el Cercado de Lima. “Las menores bajaron. Un policía grababa su ingreso al edificio como si se tratara de delincuentes, es el video que más tarde envío a todos los medios”, sostuvo.
“Converse con un comandante y me dijo que parecía que las menores estaban bajo efecto de alguna sustancia. Les harían exámenes toxicológicos. Esperé que me pasara videos de la intervención en el depa 1201 de Miraflores, pero solo me compartió fotos del primer piso”, tuiteó.
“¿Por qué se intervino ese salón de masajes con tanta seguridad y luego se dijo que no había explotación sexual? ¿Dónde estaban los celulares de dos de las menores? ¿Había alguna relación entre las personas cercanas a las menores y el salón de masajes?”, se interroga Torres al final de su hilo.
Taxista involucrado
El padre de la menor de 14 años contó nuevos detalles sobre la desaparición de su hija. Desde los exteriores de la sede de la Dirección de Investigación Criminal (Dirincri), ubicada en el Cercado de Lima, manifestó a Exitosa Tv que las adolescentes, el domingo por la noche, planeaban ir a una fiesta, sin embargo, sus intentos se vieron frustrados ya que el taxi que abordaron las condujo a otro destino por no tener dinero para cancelar el servicio.
“Ellas indican que han tomado un taxi, este las ha llevado al parque Kennedy. Allí ellas (las tres menores) les dicen (al taxista) que no tenían dinero, al no tener dinero, el taxista las ha abandonado en algún lugar. Ellas indican que son dos personas en el lugar que las dejó el taxista, donde las tenían en cautiverio. No se acuerdan muy bien en donde fue porque al parecer las han dopado”, dijo el padre.