Challapalca, la cárcel en las alturas de Perú que alberga a los líderes del Tren de Aragua: Mamut, Caracas y Armando

Challapalca, ubicado en la sierra del Perú, a casi cinco mil metros sobre el nivel del mar, se convirtió aparentemente en la prisión ideal, por sobre todos los demás centros penitenciarios a nivel nacional, para recluir a los más poderosos y temibles líderes del Tren de Aragua y de sus sanguinarias facciones criminales. Su lejanía y la posibilidad de incomunicarlos la colocó como la primera opción de las autoridades para contrarrestar a la criminalidad extranjera en el país.

Alias Caracas, cuyo nombre real es Enrique Serrano Salas, sindicado como el líder de los Hijos de Dios, una peligrosa célula delictiva de la megabanda venezolana, pasó a ser el nuevo inquilino del penal de Challapalca. Junto a él, se trasladó -el pasado miércoles 15 de noviembre- a Jonathan Bonillo Pereira, también integrante de esa facción.

En un reciente comunicado, el Instituto Nacional Penitenciario (INPE) informó que el traslado de ambos se dio por ‘su actitud’ y ‘comportamiento negativo’. Semanas atrás, un informe periodístico de Panorama reveló que, pese a estar recluido en el penal Ancón I (Piedras Gordas), Caracas dominaba las principales plazas de la prostitución en Lima.

De acuerdo a informes de inteligencia, tras la caída del temible Héctor Prieto Materano, alias Mamut, el otrora número uno del Tren de Aragua en Perú, Caracas asumió las riendas de la explotación sexual y la trata de personas en Lima. Después de meses de seguimiento cayó detenido junto a otros integrantes de los Hijos de Dios.

Mamut es otro inquilino del penal de Challapalca. También estuvo recluido en Piedras Gordas, pero seguía operando tras las rejas y enviando órdenes al exterior para que no se frene la maquinaria delictiva de la megabanda criminal venezolana. La decisión de trasladarlo al llamado ‘penal más alto del mundo’ se dio para incomunicarlo y acabar con su influencia delictiva.

La captura de Prieto Materano, ocurrida en enero de 2022 en el distrito de Los Olivos, zona norte de Lima, donde tenía mayor presencia con la explotación sexual, es considerada por la Policía peruana una de las más importantes, en el marco de la desarticulación del Tren de Aragua.

El temible Mamut es un prontuariado delincuente que se ha paseado por las cárceles de Sudamérica. Su primer ingreso a un reclusorio fue en Venezuela, su tierra natal. Dos años y seis meses fue interno del penal de Tocorón, donde conoció a Héctor ‘Niño’ Guerrero, jefe máximo del Tren de Aragua. Luego estuvo privado de su libertad en Brasil. Su llegada al Perú lo hizo 2022 de forma ilegal por una de nuestras fronteras terrestres.

José Ángel Ortega Padrón, alias Armando, es otro de los inquilinos del penal de Challapalca. Para la Policía nacional, este delincuente venezolano era el peligroso cabecilla de los Gallegos, una banda criminal que, hasta la actualidad, con sus rezagos de integrantes, opera como el brazo armado del Tren de Aragua.

Las investigaciones fiscales develaron que los Gallegos estarían implicados en más de 14 asesinatos a sangre fría, uno de ellos ocurrido en el jirón Zepita, una zona rosa del Cercado de Lima, donde se acribilló de varios disparos a dos ecuatorianas. Las víctimas de extorsión se negaron pagarle a Armando una fuerte suma de dinero semanal a cambio de ‘protección’ y por dejarlas trabajar en el meretricio.

Mamut, Caracas y Armando hoy se encuentran detrás de los muros de Challapalca. Han visto frenado su accionar delictivo y, pese a creer que aún podían seguir con sus negocios ilícitos desde prisión, su poder criminal ya no está más.