Perú es la segunda nación con más muertes prematuras atribuibles a la presencia de polución aérea (PM2.5) con 230 y 176 muertes por cada millón de habitantes, al igual que Chile. Así lo confirma un estudio elaborado el año pasado por World Air Quality Report: el ranking que permite comprobar, en tiempo real y de forma sencilla, la calidad del aire en el mundo.
Asimismo, de acuerdo con la Dirección de Control y Vigilancia (Dcovi) del Ministerio de Salud, unidad encargada de formular políticas para garantizar la salud ambiental y seguridad alimentaria, en el país la contaminación atmosférica por material particulado, que se produce por causas naturales o por la acción del hombre, a nivel nacional es tres veces superior a lo considerado como aceptable por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
De acuerdo a los especialistas, si bien la situación supone diferentes riesgos, lo que más preocupa es el nivel elevado de gases contaminantes que podrían provocar una mayor incidencia de enfermedades respiratorias, enfermedades cardíacas, cerebrales, entre otras. Por ello, consideran que el Estado debe tomar medidas urgentes.
¿Cuáles son los distritos de Lima con mayor riesgo?
Según Ambipar Environment Perú —de la multinacional brasileña dedicada al estudio de soluciones para enfrentar emergencias ambientales y la adecuada gestión de residuos— los distritos limeños con mayor vulnerabilidad son los que registran el nivel poblacional más alto.
La lista la encabeza San Juan de Lurigancho con 1 millón 128 mil habitantes; seguido de Villa María del Triunfo (398.433); Carabayllo (333.039); Cercado de Lima (268.352); y Santa Anita (196.214).
En dichas jurisdicciones, los ciudadanos se encuentran expuestos a la concentración de material particulado, mezcla de partículas sólidas y gotas líquidas que se encuentran en el aire, entre las cuales destacan el polvo, humo, hollín.
Su presencia está vinculada a enfermedades cardiorrespiratorias, cardiovasculares y respiratorias (como asma y bronquitis) además de cáncer pulmonar. También, el estudio advierte que la circulación del aire contaminado, las emisiones industriales sin control, la quema informal de residuos y otros gases tóxicos pueden favorecer al desarrollo de enfermedades cardíacas, ataques al corazón y derrames cerebrales.
En ese marco cabe recordar que Lima es la ciudad con menor calidad del aire en Latinoamérica, según un estudio de la Universidad de Chicago. Una realidad que ha provocado que la expectativa de vida de los peruanos que viven en la capital se reduzca en 4,7 años.
¿Qué se puede hacer para revertir esta realidad?
No obstante, en medio de este panorama, los estudiosos señalan que las energías renovables —aquellas que se obtienen a partir de fuentes naturales (el sol, el viento, el agua o la biomasa)— surgen como una alternativa para reducir la contaminación.
Esto debido a que al eliminar la dependencia de los combustibles fósiles, se reducen las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y otros gases invernaderos durante su operación, se contribuye a la mejora de la calidad del aire y, por ende, a la salud pública.
Por tal motivo, señalan que urge establecer una transición energética para combatir el cambio climático, de la mano con el sector público y privado, y, de esta forma, lograr un cambio conjunto. “Desde una perspectiva económica, a pesar de que la inversión inicial en tecnologías renovables puede ser alta, los costos operativos son menores y, en muchos casos, la energía producida resulta ser más barata a largo plazo”, explica Gino Roque, Subgerente de Flota de Ambipar Environment.
“Además, la industria ha demostrado ser una fuente significativa de empleo, desde la investigación y desarrollo hasta la construcción y operación de instalaciones”, agregó.