La evacuación de Nessma Alasttal y Wattan, su hija nacida hace seis años en Lima, fue una travesía que tardó 16 horas en medio de los bombardeos que marcan la guerra de Medio Oriente, “un milagro”, según el embajador peruano en Egipto, José Betancourt.
El diplomático contó a El Comercio que ambas han sido puestas a buen recaudo en Egipto después de ser rescatadas de Gaza, el enclave controlado por el brazo político de Hamas que colinda con Israel, cuyos ataques de represalia —por aire, mar y tierra— han dejado más de 11.180 muertos, 28.200 heridos, 3.000 desaparecidos y cerca de dos millones de desplazados.
Nessma y Wattan cruzaron el paso de Rafah hacia El Cairo, donde fueron recibidas por Betancourt y una comitiva. El proceso de rescate había empezado semanas atrás, cuando el cuerpo diplomático consiguió acelerar el proceso para autorizar su salida y evacuación al resaltar el riesgo que enfrentaba la niña.
“Fue una cosa tremenda. Finalmente, el lunes 13, junto al cónsul Giancarlo Pedraza y el funcionario de la embajada George Yacoub, nos desplazamos hasta la zona de frontera, que supone unas ocho horas de recorrido desde El Cairo. En el lugar ves a muchísimas personas de diversas nacionalidades y funcionarios de distintas embajadas que están buscando salir como sea de Gaza. Por eso lo considero un triunfo diplomático”, dijo el embajador.
En Rafah, sobre la frontera egipcia, los trámites tardaron ocho horas. “Al tratarse de una zona en riesgo solo me permitieron llegar hasta cierto punto, pero el cónsul pudo avanzar más. Lo importante es que finalmente se logró lo que buscamos durante tantos días, que era tener a la niña y a su madre aquí. Fue una gran emoción encontrarnos en persona”, continuó.
Betancourt aseguró que madre e hija volarán a Lima “en un lapso no mayor de dos días” e informó, finalmente, que en Gaza todavía queda una familia de origen peruano. Se trata de la ciudadana chimbotana Feker El Alabi, quien permanece en el enclave con su esposo, de nacionalidad palestina, y sus tres hijos.
“Es una decisión libre y voluntaria que tuvimos que aceptar. Yo hablé con ella cuando estaba camino a la zona de frontera, le insistí para evacuar porque se lo habían autorizado junto a sus hijos. Sin embargo, ella me dijo que se quedaba. No sé si cambiará de opinión en dos, cuatro o cinco días, pero si lo hace, nosotros volveremos a realizar el operativo para recibirla y atenderla”, dijo al diario.
En el mismo lugar se encuentran las religiosas arequipeñas María del Perpetuo Socorro y María del Pilar Llerena Vargas, quienes sirven en la Parroquia Sagrada Familia de Gaza, la única iglesia católica en ese territorio palestino. A inicios de noviembre, la primera de ellas sobrevivió a uno de los peores bombardeos registrados desde el inicio de la guerra.
El jefe humanitario de la ONU, Martin Griffiths, ha denunciado “la carnicería que vive en Gaza, donde se alcanzan cada día nuevos niveles de horror”.
“Los hospitales están siendo atacados, causando la muerte de bebés prematuros, y toda una población está siendo privada de sus medios básicos de supervivencia”, señaló en una declaración en Ginebra.
Griffiths también reclamó la apertura de más pasos fronterizos para que pueda entrar ayuda humanitaria y pidió que la ONU, organizaciones y entidades públicas y privadas puedan en Gaza tener acceso a combustible en suficientes cantidades para poder ofrecer servicios básicos de asistencia.
Israel, por ahora, no ha permitido que forme parte de la ayuda que entra desde el paso de Rafah, por donde salieron Nessma Alasttal y Wattan días atrás.