Día del hincha peruano: así fue como Perú regresó a los mundiales luego de 36 años

La ausencia de casi cuatro décadas en los mundiales se volvió una carga pesada para los fanáticos. Pero un día épico, marcado por una gesta histórica, revivió la esperanza y la emoción.

El retorno al escenario ecuménico, marcado por un duelo épico, no solo fue la gesta deportiva, sino la comunión de un país en un día memorable. (ESPN)

Para nadie en el Perú es un secreto que el fútbol es uno de los deportes más populares del país. Y tal vez por eso sea que haber pasado 36 años ausentes de los mundiales se haya convertido en una carga muy pesada para muchos de los amantes del balompié.

Tanto que cuando nos tocó volver a una cita ecuménica, realizada en Rusia 2018, todavía se recuerda como una fiesta nacional. Y esta es la historia del día más importante del fútbol peruano en los últimos treinta años.

El largo y sinuoso camino a Rusia

El regreso de Perú al escenario mundialista fue más que un partido de fútbol; fue el cierre de una brecha de 36 años en la historia deportiva. (Andina)

La travesía hacia este logro histórico comenzó mucho antes, con cada partido, cada desafío superado y cada paso dado en las Clasificatorias Sudamericanas. Después de alcanzar el quinto puesto en la tabla de posiciones, la selección peruana obtuvo el derecho de participar en el repechaje mundialista. El rival en esta etapa crucial fue Nueva Zelanda, quien ganó sin mucho esfuerzo las Clasificatorias en la Confederación de Oceanía.

El duelo de ida se realizó el 11 de noviembre de 2017 en el Westpac Stadium de Wellington, culminó en un empate sin goles. Aunque Perú demostró un dominio claro en el campo, las críticas surgieron debido a la falta de contundencia frente al arco rival y algunos descuidos defensivos.

El resultado dejó la eliminatoria en un estado de incertidumbre, pero los corazones peruanos seguían latiendo con la esperanza de un regreso triunfal, ya que la serie había que cerrarla en casa.

El día la alegría

La espera, llena de ansiedad y anhelos, finalmente llegó a su clímax. Perú volvía al Mundial después de más de tres décadas, en un día que exaltó la pasión futbolística y la identidad nacional. (Andina)

La mirada, y las esperanzas de todos los futboleros peruanos, se centraron en el decisivo partido de vuelta, programado para el 15 de noviembre de 2017, en el icónico Estadio Nacional de Lima, conocido como ‘el coloso de la calle José Díaz’.

Este estadio, cargado de historia y emoción, se convirtió en el escenario de una epopeya deportiva que quedaría grabada en los anales del fútbol peruano.

Esa noche, la selección peruana, apodada cariñosamente como la ‘Blanquirroja’, salió al terreno de juego con una determinación pocas veces vista en una selección nacional.

El encuentro no solo era una oportunidad para asegurar el boleto a Rusia, sino también para redimirse de las críticas previas y demostrar que el fútbol peruano estaba listo para brillar en la escena mundial por primera vez desde la cada vez más lejana cita de España 1982.

Tras el pitazo inicial, quedó claro desde los primeros minutos que Perú estaba decidido a no dejar pasar la oportunidad de oro volver a un mundial. La última vez que estuvimos así de cerca fue para la cita de Francia 1998. Esa vez nos sacó Chile a falta de una fecha para que terminen las eliminatorias.

De vuelta al histórico partido, el equipo ‘blanquirrojo’ dominó las acciones, con la mayor tenencia del balón, desplegando un juego inteligente, paciente y corrigiendo las deficiencias señaladas en el partido de ida.

Cada avance, cada pase, resonaba con la determinación de un equipo hambriento de éxito. La llegada del grito sagrado solo era cuestión de tiempo.

Tiembla el Nacional

La tierra del fútbol vibró con intensidad el día que marcó un hito en la historia del deporte peruano. Después de décadas, la 'Blanquirroja' escribió un nuevo capítulo en los anales del balompié nacional, retornando a la escena mundial con una gesta que emocionó a todo un país. (Andina)

Solo fu un breve instante de silencio antes de que todo el Perú estalle es un solo grito de alegría. Corrían los 28 minutos del cotejo, cuando Jefferson Farfán rompió el maleficio del cero con un fuerte derechazo.

El estadio estalló en júbilo, y la ‘Foquita’, como se conoce cariñosamente a Farfán, dedicó este gol con lágrimas en sus ojos a su compañero y amigo, el delantero peruano Paolo Guerrero. Mostrando la camiseta de la selección con el número 9 y el apellido del ‘Depredador’, Farfán no solo celebraba un gol, sino también la unión y la fuerza del equipo con su compañero, que atravesaba un serio problema de doping.

La segunda mitad trajo consigo más momentos de gloria para la ‘Blanquirroja’. A los 65 minutos, el defensa central Christian Ramos aprovechó un tiro de esquina magistralmente cobrado por Christian Cueva y mandó la pelota al fondo de la portería visitante. El estadio casi se vino abajo de la emoción de un país que veía concretarse un sueño anhelado durante décadas.

A pesar de la arremetida de Nueva Zelanda en los últimos en busca de revertir la situación, los peruanos resistieron con solidez defensiva y determinación. Los 180 minutos del repechaje llegaron a su fin, y el pitido final desató una explosión de alegría en todo el país. Perú, después de 36 años, se clasificó como el equipo número 32 para la Copa Mundial de la FIFA en Rusia 2018.

Adiós a la maldición

La prensa hizo eco en sus titulares de la vuelta de Perú a los mundiales de fútbol. (Andina)

Este logro trascendental para el fútbol peruano no solo rompió una sequía de ausencia en los mundiales de fútbol, sino que también consolidó a Perú como uno de los equipos de élite de la región.

Uniendo fuerzas con las potencias sudamericanas como Brasil, Uruguay, Colombia y Argentina, la ‘Blanquirroja’ se convirtió en una embajadora del fútbol de esta parte del mundo en la escena global.

De esta manera, el 15 de noviembre de 2017 se convirtió en el epílogo de una larga espera y el prólogo de una nueva era para el fútbol peruano. Este día no solo fue la culminación de un arduo viaje hacia la clasificación mundialista, sino también la reafirmación del espíritu y la pasión que el fútbol despierta en el corazón de los peruanos.

El país celebró con júbilo esta gesta deportiva que trascendió lo deportivo. Pues fue un triunfo de la perseverancia, la dedicación y el trabajo en equipo. La ‘Blanquirroja’ no solo llevó consigo el orgullo de un país, sino también la esperanza de generaciones de fanáticos que soñaban con ver a su equipo en lo más alto.

El 15 de noviembre de 2017 no fue solo un día de fútbol; fue un capítulo imborrable en la historia del deporte peruano. Este día demostró que los sueños pueden hacerse realidad a pesar de las circunstancias adversas.