El nuevo Ministro de Relaciones Exteriores, Javier González Olaechea, deslizó este jueves que la presidenta Dina Boluarte no aguarda sostener reuniones bilaterales que remuevan su agenda, ya que su despacho, como el de cada jefe de Estado, programa las actividades oficiales con anticipación.
“Nosotros no estamos en condiciones de referirnos a las reuniones bilaterales [...], no es que uno esté a la espera de [estas]. El Perú tiene su sitial en el mundo, y a mí corresponde que se salvaguarde y se incremente. Perú no es un país que está extendiendo la mano para recibir los beneplácitos correspondientes”, señaló en una rueda de prensa después de presentarse ante el Parlamento para explicar los motivos del nuevo viaje de Boluarte a Estados Unidos.
El canciller garantizó que la entrega de mando del Foro de Cooperación Económica Asia - Pacífico (APEC) al Perú está incluida en la agenda oficial de gobernante estadounidense, Joe Biden, pero no indicó si ambos líderes mantendrán un encuentro como el que prometió su antecesora, Ana Gervasi, quien dimitió porque finalmente la cita nunca llegó.
“Tengo la seguridad, que me ha sido ofrecida por escrito, de que la transmisión de la presidencia pro tempore está confirmada en la agenda oficial del presidente de Estados Unidos”, certificó desde el Palacio Legislativo. La 30.ª edición del Foro de APEC está prevista del 11 al 17 de noviembre en San Francisco y el Congreso dio luz verde a la solicitud de Boluarte para acudir a dicha cumbre, que será su quinto viaje al exterior.
La mandataria tomará el testigo, puesto que Perú también será sede de la cumbre en 2024, que desarrollará en Lima, Cusco, Trujillo, Ucayali y Arequipa. Antes del debate y votación, González Olaechea se comprometió a elaborar un detallado informe al término del evento para exponer lo logrado.
Aunque habló sobre temas de coyuntura, no se refirió al fallido encuentro de la mandataria con Biden en su último viaje a la nación norteamericana, hace dos semanas, un suceso que provocó una crisis en Cancillería.
Los parlamentarios que votaron en contra de este nuevo viaje argumentaron que Boluarte no ha representado de forma adecuada al país, y que tiene asuntos internos que atender como la recesión económica, la inseguridad ciudadana y la emergencia climática. “La vez pasada mintió y quedamos mal internacionalmente y nacionalmente”, sostuvo el congresista Enrique Wong (Podemos Perú).
Silvana Robles (Perú Libre) expuso que Boluarte no debería viajar porque hay muchos lugares del país donde los ciudadanos no la reconocen y agregó que el Congreso deberá asumir “la vergüenza internacional” de esta nueva gira.
Otros argumentos mencionados, mayormente por parlamentarios de izquierda, fue que la mandataria ya ha viajado cuatro veces al extranjero, pero no a diversos puntos del país, especialmente en el sur, donde tiene una mayor desaprobación.
“Boluarte ha tenido un manejo muy pobre de las relaciones internacionales y exteriores. Se han cuidado mucho de las reuniones bilaterales y, por lo que se evidencia en la agenda, parece que nadie quiere reunirse con ella”, refirió a Infobae Perú el politólogo José Alejandro Godoy.
Por su parte, el exministro Juan Sheput consideró que Alberto Otárola, jefe de Gabinete, se equivocó en colocar al internacionalista en el Ministerio de Relaciones Exteriores, pues, si bien tiene credenciales académicas, no cuenta con experiencia diplomática necesaria para concretar reuniones bilaterales.
“Esa es la gran vulnerabilidad del Perú. Una vez más, el señor Otárola se equivocó al poner a un amigo en vez de un diplomático con experiencia. [...] Era momento de poner a un canciller formado en Torre Tagle”, dijo.
De momento, el viaje de Boluarte ya acumula una primera crítica del líder mexicano, Andrés Manuel López Obrador, quien informó que evitará aparecer en fotografías a lado de su homóloga. “Ojalá que no tenga yo que tomarme la foto, no lo deseo, se lo digo así con todo mi cariño, con mi buena fe”, señaló.
AMLO había cancelado su asistencia en septiembre por la presencia de Boluarte, a quien considera una presidenta “espuria” tras la destitución de Pedro Castillo, pero en octubre se rectificó ante la “insistencia”, según dijo, de la Casa Blanca.