Un niño de nueve años se salvó de morir gracias al rápido accionar de los especialistas que laboran en el Hospital Nacional Cayetano Heredia (HNCH), ubicado en el distrito de San Martín de Porres. El pequeño tuvo que ser internado por las complicaciones a su salud que le causó la mordida de una araña casera.
Según reportó el Ministerio de Salud (Minsa) a través de un comunicado, el menor, de iniciales E.B.Z., “fue referido del Hospital Regional de Cañete ‘Rezola’ tras presentar un cuadro de insuficiencia renal aguda secundario” ante la mordedura del arácnido.
Al no responder a las sesiones de hemodiálisis de urgencia a la que fue sometido para combatir el veneno de la araña que estaba afectando su función renal, además de necesitar soporte ventilatorio, tratamiento antibiótico y trasfusiones, los galenos del mencionado nosocomio vieron conveniente que sea trasladado a Lima.
Ya en la capital, fue atendido por un equipo multidisciplinario de médicos, conformado por especialista en nefrología pediátrica, cardio pediatría, pediatras intensivistas, infectología pediatra, cirugía plástica, enfermeras de diálisis.
De acuerdo al director general del hospital Cayetano Heredia, Segundo Acho Mego, la vida del pequeño, quien estuvo 10 días internado en el Servicio de Cuidados Intensivos Pediátrico, se logró salvar gracias al trabajo en conjunto de todos los profesionales de la institución.
“Con mucho esfuerzo tratamos de brindar una atención efectiva, con la capacidad instalada de equipos que tenemos. Nuestro hospital, a pesar de sus limitaciones, enfrenta muchos retos de los que sale airoso gracias a la capacidad resolutiva de su equipo profesional, conformado por médicos, enfermeras y técnicos”, refirió el director.
En tanto, el nefrólogo de la unidad pediátrica del HNCH, Reyner Loza, atribuyó este éxito médico a que el hospital en cuestión se encuentra correctamente equipado para responder ante cualquier urgencia o emergencia.
En particular, subrayó que, desde hace 20 años, el Cayetano Heredia cuenta con una Unidad de Diálisis Pediátrica, en donde se pudo atender la necesidad del menor con loxocelismo y salvarle la vida proporcionando hemodiálisis diarias durante un periodo de 45 días.
“Esta emergencia es ocasionada por el loxosceles (tipo de araña cacera) que al morder inocula su veneno, el cual produce destrucción de los músculos en la zona afectada, ocasionando necrosis y producción de una sustancia llamada mioglobina que tapona el riñón”, explicó el especialista tas indicar que cada minuto era valioso para evitar el fallecimiento del niño.
El pequeño E. B. Z. ingresó al nosocomio el pasado 27 de agosto. Al complicarse su estado de salud, tuvo que ser internado en la UCI Pediátrica, de donde salió fuera de peligro el 6 de setiembre, para luego ser internado en Hospitalización. Fue dado de alta hace pocos días.
¿Qué araña le picó?
Reyner Loza explicó que la araña que picó al niño de 9 años fue una Loxosceles laeta, conocida popularmente como araña violinista o araña del rincón. Esta clase de arácnido se encuentra en varios hogares de Latinoamérica.
El veneno de estas arañas tiene un componente que es la esfingomielinasa D, el cual genera una serie de daños al organismo. “Hay casos mortales que felizmente es la minoría, mientras que el 85% solo produce daño a nivel de la piel. Un 15 a 20% genera daños a nivel sistémico: lesiones necróticas extensas, destruye glóbulos rojos, taponamiento renal, generando hasta la muerte del paciente por insuficiencia renal aguda”, dijo Leonel Martínez Cevallos, jefe del servicio de Infectología del Hospital Nacional Arzobispo Loayza, a la Agencia Andina.
Tras su mordedura transcurren aproximadamente entre 4 a 6 horas antes que sea visible alguna lesión en la piel. Esta es muy característica y recibe el nombre de “placa liveloide”, teniendo tres condiciones: necrosis en el centro (piel negra), isquemia alrededor (piel pálida) e inflamación periférica (piel enrojecida)
“Un síntoma inmediato es el dolor tipo hincada y quemazón en la zona, haciéndose difícil de tolerar, por lo que si el afectado es un niño lo más probable es que no solo se queje de dolor sino que también llore”, especificó Martínez.