Por más que algunos todavía siguen refiriéndose a la capital del Perú como ‘Lima, la horrible’, lo cierto es que nuestra ciudad es una de las de bellas del continente debido a que todavía mantiene buena parte de su arquitectura colonial y a nuevos edificios que con el paso de los años fueron dándole la forma que ostenta en estos días la principal, puerta de entrada de nuestro país para los extranjeros.
Entre esos detalles que esconde Lima, a pesar de estar a vista de todos, son los monumentos y las plazas que adorna la ciudad, pero que muy pocos son los que conocen el origen de cómo fueron construidas y la historia que escondes debajo del cemento que les da forma.
Una de esas es la famosa Plaza Bolognesi, dedicada a uno de los máximos héroes de la Guerra del Pacifico y, más específicamente, de la Batalla de Arica. La misma que guarda más de un secreto y controversia que vamos a descubrir.
Ubicación
La muy conocida plaza Bolognesi se encuentra en la intersección de las avenidas Brasil, Arica, Alfonso Ugarte, Guzmán Blanco y 9 de Diciembre, así como el jirón Paraguay. Ubicada entre el Cercado de Lima y el distrito de Breña, esta rotonda es mucho más que un punto de referencia en el mapa de la capital peruana.
La plaza fue bautizada con el nombre del ilustre coronel Francisco Bolognesi, un héroe nacional que desempeñó un papel crucial en la Batalla de Arica durante la guerra con Chile.
Este es el espacio en el que se realiza exclusivamente la ceremonia de izamiento de la bandera, que tiene lugar cada 7 de junio en conmemoración del Día de la Bandera del Perú. La importancia de la plaza Bolognesi radica en su homenaje a la historia y la valentía de aquellos que lucharon por la nación.
Historia de la construcción
La historia de la plaza Bolognesi se remonta a principios del siglo XX. La primera piedra se colocó el 29 de julio de 1902, pero la construcción del monumento llevó dos años y se completó a principios de 1905.
La inauguración, programada originalmente para el 4 de noviembre, el cumpleaños de Bolognesi, se pospuso hasta el 6 de noviembre debido a la impaciencia del público.
A la ceremonia asistió el argentino Roque Sáenz Peña, uno de los sobrevivientes de la Batalla de Arica y un general del ejército peruano. La ceremonia fue presidida por el entonces presidente José Pardo, quien desveló la estatua de Bolognesi en medio de los vítores de la multitud.
Este día histórico también marcó el primer juramento de fidelidad a la bandera por parte de los conscriptos, una tradición que se ha mantenido desde entonces y se celebra cada 7 de junio, aniversario de la Batalla de Arica.
Cambios en el diseño
El diseño de la plaza Bolognesi se caracteriza por sus manzanas de corte radial que rodean el espacio central. Aunque en sus primeros días presentaba un conjunto armonioso de edificios de estilo republicano, hoy en día muchos de ellos han sufrido un deterioro significativo.
En lugar de los edificios originales, predominan los locales de agrupaciones políticas menores. A pesar de estos cambios, la plaza sigue siendo un punto de referencia en la vida de la ciudad.
En el centro de la plaza, se alza un obelisco coronado por una escultura que representa al héroe coronel Francisco Bolognesi en una actitud triunfante. En una mano sostiene la bandera del Perú y en la otra empuña un revólver.
Esta escultura en bronce es una obra del renombrado escultor peruano Artemio Ocaña, quien la creó utilizando toneladas de casquillos de proyectiles de artillería. Aunque esta escultura reemplazó al monumento original en 1954, no estuvo exenta de controversia.
La controversia de la escultura
La escultura original, creada por el escultor español Agustín Querol, representaba al coronel Bolognesi aferrándose a una asta de bandera, con la cabeza inclinada como si estuviera a punto de caer en batalla.
Esta representación provocó críticas desde el principio. Uno de los críticos más destacados fue Manuel González Prada, quien consideraba que la escultura no hacía justicia al heroísmo de Bolognesi.
sSin embargo, a pesar de las críticas, la escultura de Querol no se cambió durante mucho tiempo, hasta que finalmente, en 1954, durante el gobierno de Manuel A. Odría, se tomó la decisión de reemplazarla.
La tarea recayó en el escultor Artemio Ocaña, quien creó una nueva escultura. Este cambio tampoco estuvo libre de polémica, ya que muchos consideraban que la antigua obra de Querol era una hermosa pieza de arte que se retiraba arbitrariamente.
Uno de los críticos más notables de este cambio fue el escritor y periodista Mario Vargas Llosa, quien describió la nueva escultura como un “grotesco monigote”.
La plaza en estos días
Hoy en día, la plaza Bolognesi es un lugar de encuentro en Lima. Además de ser un punto de referencia histórico, la plaza es un escenario importante para expresiones de arte y actividades políticas.
En medio del bullicio de la ciudad, este rincón histórico sigue rindiendo homenaje a la valentía y el sacrificio del coronel Bolognesi y de todos los héroes que lucharon por el Perú.
Tras conocer su historia, queda claro que la plaza Bolognesi es mucho más que una simple rotonda de tráfico. Es un recordatorio constante de la importancia de honrar nuestra historia y de la valentía que forjó la nación peruana.