Un estudio ha revelado que Loreto —la región más extensa del país— es el segundo departamento a nivel nacional que experimentó el mayor crecimiento de superficie de cultivo de hoja de coca en Perú, en 2021. Pero ese no es el único dato grave. Según el informe “Motores de deforestación en Loreto”, elaborado por la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS Perú), las acciones de sembrío estarían relacionadas con el narcotráfico.
Una actividad que ha llegado a generar 22.000 millones de dólares de manera anual solo por la comercialización de cocaína, cifra que representa el 17% del Producto Bruto Interno (PBI) nacional, superando a cualquier sector productivo del territorio nacional, de acuerdo a cifras del Ministerio de Economía (MEF).
En ese sentido, tras conocerse cruzar una serie de análisis, como parte de las funciones de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida) y el portal Geobosques del Ministerio del Ambiente (Minam), se constató que los sembríos de hoja de coca incrementaron en 4.020 hectáreas en 2021. Este número representa cerca del 20 % del área deforestada (19 mil 829 ha) durante dicho periodo.
¿Qué otras actividades amenazan los bosques?
Este tipo de comercio ilegal no es el único causante de la explotación desmedida de los bosques en Loreto, pues, la investigación realizada por el especialista técnico de la FCDS Perú, Ciro Salazar, precisa que en Loreto la deforestación también responde a la expansión agrícola y la ampliación de infraestructura vial.
Esta última está vinculada a la construcción de carreteras, entre otras obras de infraestructura, y se configura como la segunda causa de deforestación, la primera —y principal— es la expansión agropecuaria. Dichas actividades facilitan la ocupación del territorio amazónico, el avance excesivo de actividades extractivas, como la agricultura y ganadería, y las economías ilegales.
Ante ello, el representante de FCDS Perú explica que: “(...) reconocer los motores (o causas) de deforestación, permitirá identificar los instrumentos de política claves que deben ser fortalecidos para luchar contra este fenómeno”.
En esa misma línea, Salazar recuerda que actualmente, existen tres proyectos viales que, de no ser evaluados adecuadamente, facilitarían la provisión y movilidad de insumos para economías ilegales en Loreto, además de deforestación y degradación de ecosistemas. Estos son: la vía Bellavista-Mazán-Salvador-El Estrecho, la vía Napo-Putumayo y la vía Saramiriza-San Lorenzo.
También, el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) —entidad adscrita al Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri)— ha indicado que existen 715 mil hectáreas de bosques altamente degradadas en la región, que, según el estudio publicado por FCDS Perú, demandarían al Estado una inversión mayor a S/ 435 millones de soles para restaurarlos. Cabe precisar que 68 mil hectáreas pertenecen al territorio ancestral de comunidades nativas.
Los otros impactos silenciosos
En este contexto, la salud pública es otro factor en riesgo. Pues, el informe de FCDS Perú explica que por cada 1 % de deforestación se produce un aumento de 0,2 % en los casos de malaria.
Esto se debe principalmente a la ocurrencia de temperaturas más elevadas y menor circulación de agua que comúnmente se presentan en las áreas deforestadas. Por ende, se generan las condiciones propicias para los mosquitos que producen dicha enfermedad.
Por ello, Salazar alerta que: “La deforestación no solo significa menos biodiversidad, sino también menos recursos para el Estado y menos posibilidades de desarrollo para las poblaciones locales, porque la degradación afecta la provisión de agua, la calidad de suelos y otros factores que impulsan a las economías locales”.