La ciudad de Lima alberga muchos secretos fascinantes que con el tiempo van saliendo a la luz, algunos de ellos se encuentran ocultos a simple vista y se camuflan entre el tráfico y el ruido propio de una ciudad tan convulsionada. Desde ruinas misteriosas que salen a flote en excavaciones hasta casas abandonadas y olvidadas por el tiempo, la capital lo tiene todo.
Habiendo comentado ello, en Lima existe una construcción que pasa desapercibida. Se trata de un predio ubicado en el acantilado de la Costa Verde, el cual es conocido por un sector de la población como “Castillo abandonado de Chorrillos”, también se le atribuye los rótulos “Castillo de los enanos” o “Castillo de los duendes”. Esta casa está cerca al mar de Chorrillos, exactamente frente a la concurrida playa Agua Dulce.
Un castillo abandonado en Chorrillos
La casa ubicada en el distrito de Chorrillos es bastante grande, y pasa desapercibida a simple vista, ya que parte de su estructura está cubierta por el enmallado del acantilado. Sin embargo, esta construcción puede ser apreciada si se observa con detenimiento. A primera observación da la impresión de ser un predio abandonado tal como las que existen en todo Lima.
El canal de YouTube “Las aventuras del Cha” realizó un recorrido por este curioso espacio y dio a conocer cómo luce por dentro.
Llama la atención que todas las entradas se encuentran deshabilitadas y desde la cima del acantilado se puede observar una especie de camino de tierra que usarían las personas, presumiblemente de mal vivir, para ingresar por algún lugar a la edificación.
Desafortunadamente, la única entrada disponible es una especie de hueco realizado en la pared de ladrillo, posiblemente con alguna máquina especializada, ya que tiene forma perfecta de triángulo. Por este espacio se requiere ingresar agachado.
Una vez dentro, da la bienvenida a los visitantes la gran cantidad de basura y desperdicios de todo tipo que abundan en el lugar, que apenas recibe algunos rayos de sol que se filtran por los agujeros del techo. Hay desde papeles y bolsas, hasta un colchón viejo. Asimismo, gran cantidad de grafitis “decoran” todas las paredes de mayólica que alguna vez fue blanca, así como un lavadero antiguo.
También existe un pozo algo profundo y una habitación donde se ven los restos de una gran chimenea. El techo ennegrecido daría cuenta de esto.
Al seguir avanzando por el espacio se logra ver algunas habitaciones completamente tapiadas por ladrillos; sin embargo, por algunas de sus ventanas se puede observar dichos espacios. Al subir al segundo piso se constata la existencia de restos de la construcción insertadas en el acantilado y hasta dos vestigios de lo que habrían sido algunas torres que llegaban hasta la cima.
La mayor parte de lo que es posible visitar en este “castillo” abandonado está en ruinas; sin embargo, al observar desde afuera se puede ver que antiguamente se habría podido ingresar sin problemas a las instalaciones que, aparentemente, aún descansan dentro del acantilado y generan más preguntas que respuestas para los curiosos.
Al mirar con detenimiento la maleza, el youtuber encontró lo que alguna vez habría sido un pequeño canal de agua que posiblemente irrigaba la zona; también halló una llamativa canoa en uno de los techos.
Cabe mencionar que el youtuber fue acompañado por un habitante de este recinto, el cual vivía desde hace un año en la edificación. En otro momento del material audiovisual, el “explorador” precisó que el lugar abandonado habría servido como un espacio para la minería, por esto se le llama también el “Castillo de enanos”.
Sin embargo, no es la única historia que se ha tejido alrededor de esta locación. Algunos visitantes de la playa Agua Dulce aseguran que aquí solía vivir una familia de enanos que tenía ollas de oro escondidas, mientras que otros mencionan que por esa razón existen duendes que custodian el espacio. Incluso hay quienes creen que tendría un túnel subterráneo que lo conecta con La Herradura.
La verdadera historia
Afortunadamente, la historia ha permitido develar este misterio, ya que el famoso “Castillo de Chorrillos” realmente fue en la antigüedad una hermosa residencia de verano que perteneció a Luis Antonio Eguiguren y Rosa Barragán.
Fue construida en 1920 y durante sus días de gloria estuvo ubicada en el número 43 de la calle Lima, en el distrito de Chorrillos, siendo una de las casas más imponentes y hermosas del litoral debido a su estilo europeo y republicano.
Al estar apostada al borde del acantilado, se podía apreciar la bahía desde las diferentes habitaciones. Tenía un tamaño bastante grande e incluso contaba con una enorme biblioteca, jardines que adornaban la bajada hacia la playa, escaleras iluminadas y una terraza que llevaba hasta un muelle perteneciente a la familia Eguiguren - Barragán. La decoración en interiores también tenía un estilo envidiable, ya que contaba con diferentes elementos de estilo europeo.
La belleza que ostentaba esta mansión fue opacada luego de que un 24 de mayo de 1940 el suelo limeño empezara a temblar con tal violencia que muchas de las elegantes casas que se encontraban en el malecón terminaron colapsando. La familia Eguiguren - Barragán logró salir antes de que ocurriera el derrumbe que deslizó parte del inmueble hacia el fondo del acantilado.
Este terremoto de 8 grados en la escala de Richter reconfiguró el rostro de la comuna e incluso se dice que una nube de polvo cubrió la ciudad debido a los derrumbes. Luego del evento la familia se mudó hacia el centro de Lima, donde vivió hasta el año 1960.
¿Quién era Luis Antonio Eguiguren?
Natural de Piura, Luis Antonio Eguiguren nació en 1887 y fue un político, académico y estudioso peruano que se formó en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Fue también alcalde de Lima, director de algunas instituciones estatales, presidente del Congreso, de la Corte Suprema de la República y también elegido mandatario de la nación en 1936; sin embargo, estas elecciones fueron anuladas.
Dedicó más de una obra a la historia del Perú, especialmente de las rebeliones antes de 1821, año de la Independencia. Murió a los 80 años y gracias a él, cada 21 de julio es el Día del Humanista Peruano.