Todos nos hemos vuelto adeptos de Liga de Quito desde que el atacante Paolo Guerrero llegó al estadio Rodrigo Paz Delgado luego de su desafortunada aventura en Racing Club. Así somos los peruanos, automáticamente nos ponemos la camiseta del club que le abre sus puertas a los nuestros.
Ahora no solamente lucimos el escudo de LDU, sino que también celebramos su reciente éxito continental al coronarse campeón de la Copa Sudamericana 2023 con un ‘Depredador’ protagónico a lo largo del certamen, aunque su participación en la final única contra Fortaleza EC, en Punta del Este, Uruguay, estuvo a punto de quedar en la infamia por un penal fallado en la apertura de la tanda de penales que devino en la consagración ‘alba’. Afortunadamente, Alexander Domínguez, veterano arquero ecuatoriano de mil batallas que ya es ídolo ‘azucena’, le salvó la cabeza al detener tres disparos desde el punto de muerte blanco.
De la final podemos decir que fue un partido atractivo que tomó altura toda vez que los equipos se apuntaron en el score. Parecía que las cosas se ponían cuesta arriba para Liga de Quito al ubicarse abajo, pero el argentino Lisandro Azulgaray niveló las acciones con un golazo de fantasía.
La aportación de Guerrero, entretanto, estuvo lejos de lo exhibido en las semifinales. No tuvo una sola oportunidad franca de gol, hasta se podría decir que le resultó tedioso zafarse de sus oponentes. Aun así demostró algo a lo que ya no estábamos acostumbrados: excelente estado de forma. Jugó 120′ minutos (los 90′ reglamentarios más los 30′ de tiempo suplementario) sin acusar ninguna dolencia física y con la gasolina a tope. Honestamente, el ‘Depredador’ dejó atrás los riesgos de las lesiones y ahora ha regresado por todo lo alto a la palestra internacional.
Sólo con su llegada a Liga remeció al campeonato y a los rivales. Marcó la pauta para un nuevo empezar en la Sudamericana 2023. Aquel estreno goleador contra Ñublense, en el Sausalito, fue el punto de partida para lo que estaba por venir: titularidades sostenidas, soporte emocional indudable de la afición, anotaciones vitales en instancias decisivas -como el doblete en Quito contra Defensa y Justicia que lanzó a los suyos en un 50% a la final- y una nueva oportunidad en la selección peruana para un proceso eliminatorio mundialista. Todo vino de golpe. Aunque seamos honestos: la gente lo olvidó o intentó olvidarse de él. Me incluyo y redimo.
Todos discutían por su retiro cuando al ‘9′ eterno de Perú ni se le asomaba por la cabeza esa posibilidad. Quisimos apartarlo del imaginario colectivo y él respondió como suele hacer un guerrero: de pie en medio de un contexto resonante y con éxito. Se desquitó obteniendo una histórica Conmebol Sudamericana y metiéndose en la historia de LDU. Qué elegido eres, Paolo.
Para nuestro goleador histórico no era una final más, era una final clave pensando en su trascendencia y valía. A puertas de los 40 años ha vuelto a festejar poniendo la bandera del Perú en lo más alto. Así lo hizo en Alemania. Así lo hizo en Brasil. Así lo hizo en Japón. Y ahora lo hizo en Uruguay con eco en Ecuador. Paolo puso en pie a una nación entera reconectando a sus compatriotas -como en los viejos tiempos- y proclamándose como un verdadero campeón. En total, Guerrero tiene una ruma de copas y distinciones individuales que pesan en su palmarés, pero esta última tendrá un valor agregado y será inolvidable por todo lo trabajado. A disfrutar, Paolo. ¿Y nosotros? A dimensionar tu logro.