Un estudio del Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP) ha detectado por primera vez la presencia de microplásticos en peces boquichico, una de las especies más consumida en la selva del país. Las muestras fueron recogidas del mercado Belén, en la ciudad de Iquitos, región Loreto.
De los 50 individuos analizados, se detectó 17 partículas de microplásticos en el estómago de seis ejemplares de este animal, cuyo nombre científico es Prochilodus nigricans. No se descarta que con una muestra más grande, se pueda encontrar más material. Durante las pesquisas se identificó sustancias de color azul, rojo, verde y celeste; sin embargo, el azul fue el más predominante, ya que se repitió diez veces.
Los resultados sugieren que estas zonas están siendo afectadas por una mala gestión de los residuos, además de la actividad petrolera y las hidroeléctricas. De esta manera, se afecta a los ecosistemas y, en consecuencia, la salud de las personas.
¿Cómo se originó la contaminación?
Según el IIAP, los peces habrían consumido los microplásticos de forma accidental cuando buscaban alimento. Ellos ingieren materia orgánica en descomposición en el fondeo del río.
Las bolsas de plásticos, los aparejos de pesca, las botellas y otros productos ingresan a los ríos y se degradan de forma que pueden ser devorados de forma directa o indirecta a través de la cadena alimentaria.
Se propone, además, que la predilección del azul puede surgir a partir de que la mayor parte de la contaminación de este tipo está compuesta por este color.
Antecedentes del hallazgo
La primera vez que se registró microplásticos en peces amazónicos fue en el 2019, cuando se detectó en las pirañas y otros ejemplares de agua dulce. No obstante, la preocupación por el boquichico radica en que es un animal de importancia nutricional y que ocupa los primeros lugares en los desembarques pesqueros.
Luego, en el 2020, también se halló este tipo de materiales en los peces Sábalo jetón, de nombre científico Prochilodus lineatus, qe suelen habitar la cuenca del río Tietê, al sureste de Brasil. Se cree que los sedimentos podrían ser la fuente de contaminación.
Consecuencias para las personas
El Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana establece que una gran exposición a microplásticos de poliestireno impide la eclosión en los peces y, como consecuencia, afecta las tasas de crecimiento, las preferencias alimentarias y el comportamiento.
Además, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) indica que cuando las aves, mamíferos y plantas comen estos elementos puede ocasionar asfixia y hasta alteración genética.
En cuanto a los seres humanos, los microplásticos no solo pueden invadir nuestra cadena alimentaria, sino también pueden ser inhalados del aire, ingerirlos del agua y absorberlos a través de productos para la piel. Según el PNUMA, estos han sido encontrados en diferentes órganos humanos, incluso en la placenta de recién nacidos.
Estas sustancias químicas pueden provocar graves consecuencias para la salud, especialmente para las mujeres, como la alteración genética, el desarrollo cerebral, la frecuencia respiratoria, entre otros.
En general, el estudio del IIAP deja en claro que todavía queda mucho por investigar sobre la interacción entre los microplásticos con organismos de agua y los riesgos que esto puede generar en el consumo humano.
“El impacto de las sustancias químicas peligrosas y los microplásticos en la fisiología tanto de los seres humanos como de los organismos marinos es aún incipiente y debe priorizarse y acelerarse”, confirmó Leticia Carvalho, Jefa de la Subdivisión de Aguas Marinas y Dulces de PNUMA.
En entrevista con Infobae Perú, Mariano Castro, director de la iniciativa Unidos por los Bosques de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS) Perú, sostuvo que este es uno de los problemas ambientales de contaminación de más gravedad.
“¿Qué necesidad hay de usar cañitas o sorbetes? Se puede eliminar aquellos elementos de un solo uso. También pueden ser sustituidos por un material que no sea de plástico o que tenga un contenido que pueda biodegradarse”, expresó.
Tratado internacional
En este contexto, el Perú se encuentra promoviendo un tratado internacional sobre la contaminación plástica. El país tiene, durante el 2023, la presidencia del comité de negociación. Las conversaciones continuarán en París en noviembre y luego en Ecuador el próximo año.
“Los países de América Latina, son los que están liderando el proceso de negociación. La realidad y los problemas que hay sobre la basura plástica en la región es alarmante. Esto requiere de una transición urgente e impostergable”, mencionó Mariano Castro
Por el momento, ya se ha presentado el primer borrador. El proceso podría durar aproximadamente dos años hasta que todos los países estén conformes y, finalmente, decidan ratificar el acuerdo.
En el texto se plantea que el tratado tenga uno de dos potenciales objetivos: uno que proponer poner fin totalmente a la contaminación por plástico y otro que solo busca proteger la salud humana y el medio ambiente de este problema. “Creo que ese punto debería ser lo más ambicioso posible”, afirma el vocero.
“También hay disposiciones sobre el uso de plástico reciclado y la generación de productos alternativos, de tal manera que sean más respetuosos con el ambiente y podamos impulsar la producción y consumo de productos más sostenibles. Por otro lado, hay tareas que se basan en la prevención”, aseveró.
“Esto no es inmediato, no es de corto plazo, requiere esfuerzo de la industria, del comercio, de los consumidores y de la innovación de la ciencia respecto a impulsar un cambio. Lo que se busca solo es eliminar la contaminación plástica porque, obviamente, este material resulta necesario para un conjunto de actividades económicas, sociales, etc.”, explicó.
Sobre las normas actuales en el Perú que incentivan el uso de bolsas de telas en supermercados y prohíben la fabricación y comercialización de tecnopor, Mariano Castro asegura que esto ha impulsado la creación de otras alternativas. “Se está avanzando en la concientización de la población respecto al tema. Por ejemplo, en los supermercados hay un precio por la bolsa. Creo que hay un conjunto de herramientas que se pueden usar: informativas, de Educación y tributarias”, manifestó.