El club Samoa de La Herradura, el epicentro de la alta sociedad limeña que se convirtió en una reliquia arquitectónica

La historia de este icónico predio, desde su fundación como lugar de exclusividad y entretenimiento hasta su actual deterioro y abandono, refleja las transformaciones urbanas que han afectado a nuestra capital

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A lo largo de los años, el club Samoa ha caído en el abandono, con sus instalaciones en un estado deplorable.
A lo largo de los años, el club Samoa ha caído en el abandono, con sus instalaciones en un estado deplorable.

Lima, un destino costero que ha cautivado a generaciones de veraneantes, cuenta con playas impresionantes. Durante los meses de enero a marzo, uno de los distritos más visitados en la capital peruana es Chorrillos. Pero es en la década de los años 50, disfrutar de un día en La Herradura era sinónimo de encontrarse con la alta sociedad limeña. En este lugar se encontraba el exclusivo club Samoa, que combinado un papel fundamental en la comunidad de surfistas y en la vida de la playa.

Sin embargo, a lo largo de los años, el sitio se encuentra en el abandono total. Sus paredes ya no reflejan el brillo de antaño, las barandas y las instalaciones se encuentran en un estado deplorable.

El club Samoa, que una vez fue el epicentro de la élite limeña, ha perdido gran parte de su antiguo esplendor.

Uno de los últimos episodios de relevancia tuvo un desenlace trágico durante un concierto de salsa, que lamentablemente derivó en violentos enfrentamientos y conducido a su clausura por parte de las autoridades municipales.

Historia del club Samoa de La Herradura

En la década de los 50, este exclusivo club era el lugar de encuentro de la alta sociedad limeña y un punto de referencia para la comunidad de surfistas. Créditos: PuntoparanormaldelPerú

Fundada por Carlos Dogny Larco y un grupo de amigos que se habían distanciado del club Waikiki, la creación del club Samoa prometía convertirse en una experiencia exclusiva. En esta parte de la costa del Pacífico, se empeñaron en ofrecer las fiestas más memorables que uno pudiera imaginar. En la década de 1970, este lugar se convirtió en un imán para los surfistas y jóvenes, gracias a sus eventos en los que se presentaban destacados artistas nacionales.

El club Samoa, en su esencia, era un club privado, donde estos amigos y socios abrían sus puertas a damas de diversas partes del mundo, mujeres que encajaban en la categoría de “hermosas y de almanaque”, según su propia descripción.

El último socio del club Samoa

Ricardo Torres Tassara, el único socio desde 1966, planea revivir el Club Samoa como el "Nuevo Club Samoa" para perdurar por siglos. Créditos: Dokumen
Ricardo Torres Tassara, el único socio desde 1966, planea revivir el Club Samoa como el "Nuevo Club Samoa" para perdurar por siglos. Créditos: Dokumen

En una entrevista con La Mula en 2012, Ricardo Torres Tassara, único socio del club Samoa desde 1966, compartió su historia. Con una convicción inquebrantable, declaró: “Soy el último sobreviviente, el último socio del club Samoa”. En sus palabras, el Samoa persiste, al menos como lo que él denomina un “One Man Club”.

El término “socio” implica una asociación con otros para un propósito común, y aquí radica la sorprendente singularidad de la situación. ¿Dónde están los demás miembros? Esta cuestión parece no inquietar al octogenario quien dijo lo siguiente: “El club Samoa no ha perecido. Estoy dispuesto a revivirlo, sin excepción. Esta es una primicia: lo rebautizaré como el Nuevo Club Samoa, dotado de todos los elementos necesarios para perdurar por 500 años”.

Cómo se encuentra actualmente

Las ruinas del Club Samoa, una vez vibrante, ahora yacen desoladas y cubiertas de escombros, reflejando su decadencia a lo largo del tiempo. Créditos: capturas
Las ruinas del Club Samoa, una vez vibrante, ahora yacen desoladas y cubiertas de escombros, reflejando su decadencia a lo largo del tiempo. Créditos: capturas

Lo que fue en los años 70 el club Samoa de La Herradura, un símbolo de esparcimiento en su época dorada, yace hoy en ruinas, desolado y cubierto de escombros. Su decadencia es evidente, una triste muestra del paso del tiempo.

En una incursión del youtuber ‘Marko TK’ se aventuró a explorar los escombros del antiguo refugio de diversión, solo para descubrir un panorama desolador, donde las ruinas son las únicas ocupantes de este espacio que en otro tiempo rebosaba de vida y actividad.

Otro lugar que le dio vida a La Herradura

En la década de los 80, el Club Waikiki se convirtió en un famoso lugar de música salsa conocido como la 'Máquina del Sabor'. Facebook: Club Waikiki
En la década de los 80, el Club Waikiki se convirtió en un famoso lugar de música salsa conocido como la 'Máquina del Sabor'. Facebook: Club Waikiki

En la década de los 80, el club Waikiki renació y se transformó en un prestigioso restaurante acompañado de una piscina moderna. Sin embargo, con el tiempo, evolucionó hacia lo que posteriormente se conocería como el epicentro de la música salsa latinoamericana: ‘Máquina del Sabor’. Las mejores orquestas y cantantes competían por un espacio en este famoso escenario circular, que brindaba a los asistentes la oportunidad de disfrutar de interpretaciones sorprendentes y bailar sin parar hasta las primeras horas de la mañana.

Con su característico escenario giratorio, este lugar se convirtió en el favorito de numerosos cantantes, tanto nacionales como internacionales. Entre los destacados se encontraron nombres de renombre como Frankie Ruíz, la orquesta Saraguey, Laura Mau y su orquesta original, Marvin Santiago, enter otros.

A medida que la popularidad crecía, las celebraciones se volvieron cada vez más intensas, lo que lamentablemente desembocó en disturbios y problemas que finalmente llevaron a las autoridades municipales a clausurar definitivamente el recordado salsódromo.

Trataron de ‘revivir’ el club Waikiki

Presentación de Frankie Ruiz en la Máquina del Sabor de La Herradura | Cortesía César Loza
Presentación de Frankie Ruiz en la Máquina del Sabor de La Herradura | Cortesía César Loza

En la década del 2000, se gestó un intento por reabrir sus puertas, pero esta vez con la intención de atraer a un público más diverso. Exactamente en el 2005, el recinto volvió a abrir con un gran concierto a cargo de una conocida orquesta de salsa, sin embargo, el entusiasmo se desvaneció cuando el evento culminó en una violenta gresca. Sillas, botellas e incluso cajas de cerveza llovieron en medio del caos.

A partir de ese fatídico episodio, el club quedó sumido en el abandono. En la actualidad, su destino es lamentable: sirve como un improvisado urinario público, y en ocasiones, personas de mal vivir encuentran un refugio para pasar la noche.

Los vecinos de Chorrillos plantearon en repetidas ocasiones sus preocupaciones a la Municipalidad, instándola a tomar medidas para darle un nuevo uso a este espacio. La comunidad busca evitar que individuos de conducta cuestionable sigan merodeando por la zona, exponiéndolos a posibles ataques o robos.

El presidente de la junta de propietarios de Las Gaviotas en ese período, Juan Manuel Del Solar, reveló que “Ellos cerraban una noche y la discoteca abría al día siguiente, hasta que un día las autoridades pusieron piedras en la puerta y clausuraron el local definitivamente”.

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