Para nadie es un secreto que el Perú cuenta con una serie de lugares y paisajes a lo largo de todo su territorio que bien podrían ser considerados como verdaderos paraísos en la tierra.
Uno de esos lugares es Tingo María, cuyo clima y diversos atractivos turísticos son la llave perfecta para su continuo desarrollo de su siempre alegre y pujante población
Ubicada en la región Huánuco, justo entre las montañas de los Andes y la selva amazónica, este lugar puede darse el lujo histórico de no haber sido conquistada nunca por los españoles cuando llegaron a estas tierras para arrasar con todo.
Sin embargo, el origen del nombre de Tingo María todavía es un enigma, pues pocas personas saben cómo surgió este nombre y cuál es el significado esconde detrás de sus dos simples palabras. Parte de su magia es compartida por PromPerú y su portal ¿Y tú que planes?
¿Por qué se llama así?
La primera pincelada en esta encrucijada histórica nos lleva al mismo origen del nombre: Tingo María, dos palabras que, juntas, evocan la idea de unión o encuentro en quechua. Y no es casualidad, porque Tingo María nació de un encuentro muy particular, uno que ocurrió entre los ríos Huallaga y Monzón en esta región.
Según le cuenta Luis Tinco, poblador de la zona y guía turístico que acompañó al equipo de Infobae Perú en su visita a este rincón del Perú, en una época donde Tingo María aún no figuraba en los mapas y la zona era un territorio virgen, una mujer de nombre María, hace muchos años, llegó a este rincón aparentemente remoto de la selva.
“María se estableció aquí para brindar alimento y alojamiento a los viajeros que se desplazaban en bote por los ríos Huallaga y Monzón, en su camino hacia Cachicota”, nos cuenta Tinco.
Pero, ¿por qué María eligió precisamente esta zona para establecer su negocio? Resulta que en ese tiempo ya existían asentamientos en Tuchis, Atocaches y San Martín. Los habitantes de estas localidades, cuando necesitaban viajar hacia la costa o la sierra, lo hacían en bote por los ríos. Muchas veces, se quedaban sin provisiones en el camino. Aquí es donde entra en escena María, quien decidió suplir esta necesidad.
Con el paso del tiempo, María se ganó el cariño de la gente debido a su amable atención y buena comida. Su negocio se convirtió en un faro de hospitalidad en medio de estos ríos navegables.
Sin embargo, la tragedia tejió su propia parte en esta historia. En cierto momento, y sin saber la razón, María apareció ahogada en las aguas cercanas a la confluencia de los ríos Huallaga y Monzón.
La tristeza y la pena abrazaron a sus seres queridos, y como resultado, muchos de ellos regresaron a San Martín, prácticamente desolados por la partida de la mujer. Pero, los viajeros que seguían pasando por esta región no podían evitar extrañar a María. Su memoria permanecía viva en sus corazones.
Hora de hacerlo oficial
Hasta que llegó 1935 y un importante acontecimiento marcó la historia de Tingo María: la construcción de la carretera central que conectaba la ciudad con Tarapoto y Pucallpa. En ese momento, Tingo María se convirtió en un centro de operaciones crucial para la construcción de esta vía.
Los trabajadores, sus familias y los comerciantes que se habían agrupado en la zona quedaron impresionados por la belleza y las posibilidades de Tingo María. Decidieron fundar una ciudad aquí, aprovechando la pequeña capilla y la escuela que ya existían. Poco tiempo después, el 15 de octubre de 1938, Tingo María fue oficialmente fundada.
Cómo eligieron el nombre
Hubo varias opciones en consideración: Rupa Rupa, Panatagua, Tulumayo, entre otros. En medio de estas opciones, el nombre “Tinco de María” emergió como un tributo a la querida María, quien había dejado una impresión imborrable en el corazón de la gente. En castellano, “Tinco” se convirtió en “Tingo”, y así, de manera concisa y significativa, nació el nombre de esta ciudad: Tingo María.
El nombre Tingo María encierra siglos de encuentros, hospitalidad y amor por la tierra que lo vio nacer. Es un testimonio de cómo las personas y los lugares están intrínsecamente entrelazados en la historia. La belleza de esta ciudad y su nombre continúan siendo un faro para los viajeros de hoy, recordándonos que detrás de cada palabra hay una historia profunda y significativa.
Las cataratas de Honolulo
De las varias joyas que Tingo María tiene para ofrecer al resto del Perú y al mundo, se encuentran las cataratas de Honolulo. Uno de los destinos que PromPerú se está esforzando por hacer conocer al resto de compatriotas para que conozcamos.
Estas se encuentran a media hora en carro desde el centro de la ciudad y luego en una corta pero muy energizante caminata de casi media hora (dependiendo el ritmo de cada uno) hasta llegar a esta belleza natural.
Estas cataratas se forman a partir de aguas subterráneas cristalinas que fluyen desde lo alto del cerro, creando múltiples cascadas y piscinas naturales a lo largo de la ruta. Hay hasta seis caídas de agua de una belleza excepcional, proporcionando un lugar ideal para nadar en sus piscinas naturales y disfrutar de tratamientos de hidroterapia en sus cascadas.
La cueva de las lechuzas
Otra de las principales atracciones que hay en Tingo María es su Parque Nacional, el mismo que se encuentra a poco más de seis kilómetros de la Plaza de Armas.
Aquí se halla la famosa Cueva de las Lechuzas, que no es más que un espectacular complejo formado por seis salas con estalactitas y estalagmitas formadas a lo largo de miles de años, creando esculturas naturales de formas caprichosas que cautivan a los visitantes.
Estas son formaciones rocosas que nacen del techo y van hacia abajo, las primeras. Las segundas hacen lo mismo, pero nacen desde el suelo y van hacia arriba.
Además, alberga una colonia significativa de guácharos, murciélagos e insectos. En la entrada de la caverna, se pueden observar loros, golondrinas y otras aves, enriqueciendo aún más la experiencia natural de este lugar impresionante para la vista de cualquier ser humano.