El Ministerio de Cultura, a cargo de Leslie Urteaga, busca evitar que estalle un conflicto social en Machu Picchu Pueblo, mejor llamado Aguas Calientes. Los ciudadanos del distrito de Cusco están en desacuerdo con que se dejen de vender de forma presencial entradas a la ciudadela inca. Temen la ‘privatización’ del sistema de boletaje y advierten que expresarán su rechazo con enérgicas protestas.
El sector de Urteaga tiene en mente que la venta de boletos a Machu Picchu sea totalmente virtual, bajo el sustento que así se evitará el malestar en los turistas nacionales y extranjeros, la espera y las largas colas. El 75 % de las entradas se comercializan actualmente a través de la web, pero el 25 % restante se hace de forma física, en ventanillas habilitadas en el mismo Aguas Calientes.
La desazón de un sector del pueblo de Machu Picchu no ha pasado desapercibido para la ministra Urteaga, que ya adelantó que el jueves 26 de octubre sostendrá una reunión con representantes del Frente de Defensa de los Intereses de Machupicchu (Fredim). Según la titular, se los pondrá al tanto de su intención de garantizar una visita grata a los turistas y proteger el santuario inca.
“Estamos trabajando con Mincetur y otros sectores involucrados para mejorar el servicio y los visitantes tengan una experiencia positiva durante su visita a Machu Picchu”, sostuvo Urteaga.
“No a costa de malos ratos para el turismo”
En las últimas horas, la ministra también ha ratificado su disposición de diálogo de parte de su sector y ha reiterado que esta iniciativa de los boletos 100 % virtuales es para evitar que los turistas afronten situaciones difíciles para ingresar a Machu Picchu.
“Estamos del lado de las personas que creen que el patrimonio cultural puede ser un eje de desarrollo de los pueblos y comunidades y en ese sentido Machu Picchu es un Patrimonio de la Humanidad que debemos preservar conservar y respetar, no a costa de maltratos, de malos ratos para el turismo, porque eso revierte de manera negativa al Perú”, afirmó.
Infobae Perú conoció que las recientes palabras de la ministra no han caído del todo bien a los ciudadanos de Macchu Picchu Pueblo, quienes creen que la venta total de entradas por la web puede repercutir en la estancia de los turistas en la localidad y, por consiguiente, afectar las ventas de restaurantes, tiendas de artesanía, bodegas y otros locales comerciales.
“Su paso será fugaz, ni tiempo para ir a comprarse una gaseosa o un almuerzo ya van a tener, porque la entrada la tendrán lista en el celular, y eso puede afectar nuestra economía que se solventa en la visita de los turistas”, reprochó una vendedora del lugar.
“Quieren colapsar adrede el sistema de ventas”
David Moreno, presidente de Fredim, declaró para La República: “Hay intereses grandes, es por eso que quieren colapsar adrede el sistema de ventas acá. El supuesto maltrato al turista es un pretexto para que se dé luz verde a la privatización de todo el sistema de boletaje. Un externo privado terminará vendiendo las entradas como ocurre con otros centros arqueológicos del Perú”.
De acuerdo al representante cusqueño, ellos no se oponen a la implementación de un sistema que dinamice el flujo turístico y las ventas, así como que sea más empático y moderno, pero con la única salvedad que se haga en el mismo pueblo.
“Nosotros no estamos en desacuerdo con la modernidad, si hay un sistema que ellos piensan implementar que dinamice el flujo turístico y las ventas, así como que sea más empático y moderno, pues nadie se va oponer, pero que lo implementen en el mismo pueblo”, refirió Moreno.
Edwin Vásquez, integrante del Consejo Directivo del Colegio de Licenciados en Turismo de Cusco, ha expresado su posición a favor del paso a la virtualidad de la venta de boletos. Dijo que la medida por establecerse contribuirá a que menos turistas queden varados en la ciudad de Aguas Calientes.