Durante los últimos tiempos, los ladrones de celulares vienen dando un vuelco a su accionar delictivo. Ya no se trata de sustraer el equipo móvil para venderlo en Las Malvinas o en algún otro lugar de Lima al mejor postor, sino que los están usando para acceder a la información personal de su víctima. La pesadilla empieza después de ocurrido el delito.
En un reciente tuit, el actor y comediante peruano Fernando Armas informó que se convirtió en una nueva víctima del robo de celulares en el distrito de Chorrillos, al sur de la capital peruana, mientras se desplazaba a bordo de una taxi por aplicativo. Un delincuente metió medio cuerpo al vehículo y se lo arranchó.
“Me tocó a mí. Fui víctima de robo de mi equipo celular. Yo iba viajando en un taxi por Chorrillos, ingresando a la playa y un delincuente metió sus dos brazos. Chau, equipo, y se fue corriendo como un ladrón que es... ni modo, estamos en una ola delincuencial terrible. Cuidémonos más”, escribió en su cuenta oficial de Twitter.
Contrario a lo que pensó el actor, el mal rato no terminó ahí, sino que se prolongó. Horas después del robo, el ladrón empezó a contactar a sus familiares y amigos para pedirles dinero, además se apoderó de sus cuentas de TikTok, Instagram y su correo de Gmail, con el objetivo de suplantar su identidad. Lo narrado por Armas es el nuevo modus operandi de los robacelulares en Lima.
“El ‘choro’ les escribió como si fuera yo”
Juan Carlos Rodríguez, vecino del Rímac, también vivió en carne propia la pesadilla detrás del robo de su celular. Sus familiares y amigos recibieron un sentido mensaje, proveniente desde su número de WhatsApp, pidiéndoles un apoyo económico para una operación menor. Aunque en algunos de sus allegados despertó sospecha el tipo de pedido, hubo un par que accedieron transferirle el dinero.
“Un primo lejano y una compañera de trabajo yapearon 150 y 200 soles. El ‘choro’ les escribió como si fuera yo. Todo hacía indicar que había revisado la forma en la que hablaba con cada uno de mis contactos, para usar los mismos términos y jergas, y no alertarlos”, dijo Rodríguez a Infobae Perú.
El joven contó que su celular, un iPhone 11 Pro Max, le fue arrebatado el pasado viernes 6 de octubre, cuando se desplazaba por la avenida Prolongación Tacna, en el mismo distrito en el que reside. Un sujeto con capucha le arrebató el equipo de la marca Apple, se corrió velozmente y se perdió entre las calles.
Ganan más que solo vendiéndolo, advierten
Expertos consultados por este medio alertaron a la ciudadanía que ahora los ladrones ya no están satisfechos con simplemente obtener el celular, incluso ya no piensan en vender lo robado, sino que apuntan a acceder a los aplicativos, redes sociales o información personal para estafar y extorsionar. “De esta forma ganan más que solo vendiéndolo”, indicaron.
Advirtieron, además, que los delincuentes no solo tienen a disposición aplicativos como Yape o algún otro de la cuenta bancaria, también pueden acceder a lista de números de nuestros contactos y a las fotos de las galerías. “Alguna imagen o video íntimo puede servir para la extorsión”, agregaron.
A través de mensajes por Instagram y Facebook Messenger, los ladrones también buscan sorprender a amigos y familiares. Los mismos expertos refieren que los delincuentes revisan las fotos y los textos de las publicaciones para tener más detalles de la vida de la víctima y poder sacar provecho de esto.
De acuerdo a denuncias policiales, estos ladrones ya dejaron en la ruina a decenas de personas, al lograr acceder a sus cuentas bancarias y apoderarse en cuestión de segundo de sus ahorros de toda la vida.
Cabe señalar que el gobierno peruano oficiliazó recientemente la modificación del Código Penal para que se impongan medidas más severas contra los robacelulares en el país. La pena privativa de la libertad para estos ahora va hasta los 30 años. El objetivo del Ejecutivo es que se reduzca los altos índices de este tipo de delito, pero los especialistas aseguran que no tendrá un efecto importante.