La Policía Nacional del Perú (PNP) ha identificado, por primera vez, la ruta completa que utilizan los traficantes de personas para que ciudadanos afganos crucen el país, en su camino hacia Estados Unidos.
Esto fue posible gracias a la detención de Rahid, un hombre oriundo de Afganistán que fue retenido en Madre de Dios junto a su familia. “Definitivamente, el tráfico de migrantes es una actividad criminal transnacional”, dijo a Panorama el coronel Ricardo Espinoza, jefe de la División de Tráfico Ilícito de Migrantes de la PNP.
“Se estima que un ciudadano asiático para llegar a los Estados Unidos tiene que gastar USD 30 mil. Las organizaciones criminales tienen paquetes de 20 (personas). Es decir, ellos tienen ingresos diarios de (aproximadamente) USD500 mil”, explicó.
Uno de los trayectos que se ofrecen parte desde Brasil y tienen como objetivo llegar a Costa Rica. Este viaje puede costar hasta USD 2.200, teniendo en cuenta las paradas en diferentes países:
- De Río Branco (Brasil) a Tumbes (Perú): USD 650
- De Tumbes (Perú) a Tulcán (Ecuador): USD 170
- De Tulcán (Ecuador) a Necoclí (Colombia): USD 280
- De Necoclí (Colombia) a Panamá, en la ruta de Caledonia, que puede durar 8 horas: USD 1.100
La ruta de los traficantes
Rahid, según la Policía, llegó desde Iñapari, en Madre de Dios, luego de cruzar la frontera por la ciudad de Assis, en Brasil. En esta región peruana fue donde las autoridades detuvieron a la familia asiática y la llevaron a una comisaría.
En los celulares incautados, se pudo conocer algunos de los mensajes de WhatsApp que se mandaban entre los traficantes y las personas que contratan el servicio. “Te estamos esperando aquí. Entonces, ¿qué puedes hacer para volver al hotel? (...). Debes cooperar plenamente con nosotros”, dice una de las víctimas.
Luego de ser liberados, Rahid y sus parientes viajaron a Lima. Sin embargo, en la capital deciden dividirse para ir a Tumbes: un grupo viajó en avión y otro por bus. Al respecto, el coronel Ricardo Espinoza indicó que en el Perú “se puede adquirir un pasaje de vuelo siendo migrante irregular”.
Una vez en Tumbes, una movilidad recoge a los afganos para trasladarlos por Ecuador y Colombia. En este punto, Rahid le pide a Jesmer, sindicado como el líder de la banda criminal, que no les cobren por llevar a su hijo de 18 meses de nacido.
“Por favor, danos un pequeño descuento porque somos familia”, solicita. Por su parte, el cabecilla le contesta: “El niño de 18 no paga, pero los niños mayores sí pagan los pasajes”.
En Colombia, se dirigen hacia la localidad de Necocli. Esta ciudad es conocida por ser parte de una ruta donde miles de personas intentan cruzar al golfo de Darién por medio de lanchas, en un trayecto que puede llegar a durar dos horas.
Cuando arriban a Panamá, se enfrentan a otro tipo de inconvenientes, ya que deben atravesar un peligroso bosque donde algunos migrantes fallecen por la presencia de dengue, malaria, grupos delictivos y temperaturas de hasta 35 grados.
Los delincuentes no mencionan qué tan peligrosa es esta parte del camino cuando realizan el contrato. “Estaremos en la selva con un buen acompañamiento de nuestros guías, durante un día y medio, hasta llegar al sitio donde están las lanchas en el río. Hasta aquí los acompañaremos. Ya están afuera de la selva, no necesitan de nuestra ayuda”, advierten los llamados ‘coyotes’ por WhtasApp.
“Estas lanchas los llevarán a Membrillo, donde está el campamento de Migración. Una vez les hayan atendido y revisado sus documentos, los enviarán en estas mismas lanchas al tercer y último campamento, el de la ONU”, dice la banda.
En efecto, el objetivo de la travesía es llegar a las instalaciones de la Organización de las Naciones Unidas, antes de continuar hacia Estados Unidos.