Muerte en el Congreso: El trágico final del aprista Luis Felipe de las Casas Grieve

La política peruana quedó estremecida con la inesperada partida del senador en plena sesión del Parlamento.

El senador del Partido Aprista Peruano, Luis Felipe de las Casas Grieve, dejó este mundo tras haber brindado un conmovedor discurso. (Andina)

La muerte, como casi siempre, suele llegar cuando nadie la llama y en los momentos menos pensados. Y uno de los lugares que ha sido visitado por su oscura presencia es el mismo Congreso de la República. Tal como ocurrió con el senador aprista Luis Felipe de las Casas Grieve, quien perdió la vida en el mismo recinto parlamentario luego de que diera lo que muchos consideran, el mejor discurso de su vida.

Durante su vida, De las Casas se destacó por su dedicación al Partido Aprista Peruano y llegó a ocupar el cargo de Secretario del Partido, convirtiéndose en uno de los militantes más apasionados.

Su relación con Víctor Raúl Haya de la Torre era estrecha, al igual que con un joven Alan García, quien solía llamarlo cariñosamente “tío”. Este político multifacético recibía varios apelativos, pero, por encima de todo, gozaba de un profundo respeto entre sus compañeros de partido. Y esta es su vida.

Aprista de pura cepa

Busto dedicado a De las Casas, colocado en la Universidad Nacional de Ingeniería. (Carlo Brescia)

Luis Felipe de las Casas Grieve, nacido en Lima el 16 de febrero de 1916, se destacó como ingeniero economista y político peruano. Su compromiso con el Partido Aprista Peruano lo llevó a ocupar el cargo de Secretario General durante el gobierno de Manuel A. Odría.

No obstante, también enfrentó momentos de peligro, ya que Odría emitió una orden de captura, “vivo o muerto”, en su contra. Asimismo, fue designado Embajador del Perú en Venezuela durante el régimen militar de Juan Velasco Alvarado.

Desde temprana edad, De las Casas estuvo inmerso en el Partido Aprista Peruano, y su activismo lo llevó a la prisión a la temprana edad de 15 años. En 1934, fue confinado en la Prisión “El Sexto” y, al año siguiente, exiliado en Chile. A pesar de los desafíos, regresó clandestinamente a Perú en 1939, convocado por el partido. Sin embargo, fue nuevamente arrestado y encarcelado en “El Sexto”, “El Frontón” y la Prefectura de Lima, antes de ser exiliado por tercera vez a Chile.

Se hizo cargo del partido

Al lado de uno de sus amigos e ídolos en el partido aprista, Víctor Raúl Haya de la Torre. (ingenieriaeconomicauni.blogspot.com)

Su estancia en Chile fue significativa, ya que fue elegido Presidente de la Federación de Estudiantes Latinoamericanos y obtuvo su título de economista de la Universidad de Chile. Tras regresar a Perú, fue nombrado Secretario General de Organización del APRA para el período 1945-1948.

En 1945, fue elegido Diputado de la República por Lima y compartió el hemiciclo con notables políticos como Fernando Belaúnde Terry.

Su mandato concluyó en 1948 debido al golpe de Estado liderado por Manuel A. Odría. Este presidente incluso admitió haber solicitado su captura, con la consigna de “vivo o muerto”. De las Casas fue detenido y condenado a seis años de prisión efectiva por un tribunal militar. En 1955, después de una huelga de hambre, fue exiliado por tercera vez a Chile, donde aprovechó para escapar a Europa y África con fines de estudio.

En 1956, fue elegido como Secretario Nacional de Propaganda y Secretario General del Plan de Gobierno del Partido Aprista. En 1962, respaldó la candidatura presidencial de Víctor Raúl Haya de la Torre y se postuló como Senador por Lima. Al año siguiente, renunció a todos los cargos partidistas debido a su desacuerdo con la coalición parlamentaria (APRA-UNO), que impedía a Fernando Belaúnde Terry asumir la presidencia.

Durante el golpe de Estado liderado por Juan Velasco Alvarado, De las Casas fue nombrado Embajador del Perú en Venezuela, función que ejerció hasta 1974, cuando optó por dedicarse a la escritura.

En su segundo exilio en Chile, De las Casas se destacó como profesor en varias universidades. En Perú, en 1964, desempeñó un papel fundamental en la creación de la Facultad de Ingeniería Económica en la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), donde se convirtió en su primer Decano. Continuó su labor educativa en esta prestigiosa institución.

Con Víctor Raúl

Luis Felipe de las Casas Grieve con los alumnos de la primera promoción de ingenieros economistas de la UNI. (ingenieriaeconomicauni.blogspot.com)

Su relación con Víctor Raúl Haya de la Torre siempre fue cordial, y Haya lo apodó cariñosamente el “General de las Multitudes” por su capacidad para movilizar a cientos de simpatizantes durante los mítines presidenciales de Haya. De las Casas estuvo presente en el funeral de Haya de la Torre.

Con el fallecimiento de Víctor Raúl, De las Casas regresó a la vida política en 1985. Fue elegido Senador de la República por Lima durante el primer gobierno de Alan García. Durante este mandato, logró cumplir su sueño de convertirse en Senador oficialista. Sin embargo, su tiempo en el cargo fue truncado debido a su lamentable fallecimiento.

El día de su muerte

En un episodio impactante, el senador Luis Felipe de las Casas Grieve dijo adiós en el corazón mismo del Congreso de la República. (ingenieriaeconomicauni.blogspot.com)

Cuando De las Casas Grieve vivía una segunda primavera en la vida política peruana, pasó lo inesperado en 1988. Y es que ese año se debatía la aprobación de la “Ley sobre la Estatización de la Banca”.

Mientras la Cámara de Diputados, bajo la presidencia de Luis Alva Castro, aprobó la ley en tan solo dos días, la Cámara de Senadores, encabezada por Ramiro Prialé, demoró cerca de seis meses en su análisis.

Durante uno de los acalorados debates sobre su posible aprobación, De las Casas, tras una intensa discusión con uno de sus colegas, sufrió un ataque cardíaco.

El destino quiso que Luis Felipe de las Casas Grieve dejara este mundo en pleno hemiciclo del Senado el 21 de enero de 1988, a la edad de 71 años.

Su legado político y su apasionada dedicación a la causa del Partido Aprista Peruano perduran en la memoria de su seguidores. Su trágico final, en medio de la intensa política peruana, es un recordatorio de que la pasión por la política puede dejar una huella indeleble, incluso en el momento de la despedida.

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