En Madre de Dios, la escasez de lluvias y el descenso de los ríos preocupa cada vez más. La cuenca del río Madre de Dios, con una longitud aproximada de 1.150 km, representa el 8% del total de agua dulce en el mundo, pero podría volver a alcanzar niveles mínimos históricos en la disminución de su caudal, dejando a la vista una amenaza a la población amazónica: la falta del recurso hídrico para realizar diversas actividades económicas.
Actualmente, dicho afluente alcanza los 1.150 metros cúbicos por segundo (en adelante m3/s), cuando lo usual en esta época del año es que se mantenga en 1.500 m3/s.
Esta realidad ha generado distintos problemas en la región, entre ellos el impedimento del transporte fluvial con normalidad a más de 140 mil habitantes. Una situación que afecta directamente las vías de comunicación entre la ciudad, los centros poblados, y las comunidades nativas y rurales. Asimismo, se suma el impacto hacia las actividades productivas, como la pesca y el turismo.
Sin embargo, lo cierto es que esta realidad no es de ahora. Desde 2016, el descenso del río Madre de Dios ya llamaba la atención de sus autoridades.
Esto luego que en ese año los niveles de agua disminuyeran a 977 m3/s, y se redujeran aún más un año después, exactamente a 879 m3/s. Hoy, la misma afectación se repite en el río Tambopata, afluente que pertenece al río Amazonas, la cuenca fluvial con mayor diversidad biológica del mundo.
El director de la Autoridad Nacional del Agua (ANA) en Madre de Dios, Carlos Quispicuro Nina, conversó con Infobae Perú acerca de ese tema y advirtió que, si bien el departamento cuenta con una amplia cantidad de agua, lo cierto es que muchas veces el líquido elemento no se encuentra en estado óptimo.
“Por más que tengamos [agua] en cantidad, las aguas igual traen arrastre de minerales y sedimentos, eso hace que los servicios de agua potable incluso cuesten más en esta parte del país. Por eso, venimos trabajando el tema de sensibilización, para que la población tome conciencia que debemos cuidar nuestras fuentes de agua, desde la cabecera hasta la parte baja de la cuenca, con prácticas sencillas en coordinación con nuestras municipalidades y el Gobierno Regional”, explicó el funcionario de ANA.
De acuerdo a Quispicuro Nina, aquellas acciones se enfocan principalmente en exhortar a los ciudadanos a no botar desechos sólidos a los ríos, evitar la descarga de aguas residuales de origen doméstico a los ecosistemas, entre otras.
Sedimentos: Una reserva silenciosa de contaminantes al acecho
Durante la entrevista sostenida con Infobae Perú, el director de ANA en Madre de Dios señaló que las fuentes de contaminación del agua que generan más preocupación en la región amazónica ahora son los sedimentos y los metales asociados a ellos.
“Vemos con gran preocupación que los sedimentos están matando todo tipo de vida acuática. Por su propia naturaleza los ríos arrastran materiales hasta la parte baja de la cuenca, causando una coloración chocolate que es producto de la cantidad de sedimentos, que los últimos años se ha ido incrementando por la actividad natural de los ríos y, sobre todo, las actividades humanas que generan este tipo de residuos”, explica Quispicuro Nina.
En ese sentido, cabe resaltar que los metales pesados se pueden depositar en los sedimentos, agudizando el nivel de contaminación del agua. Por ello, la ANA realiza monitoreos con frecuencia a fin de obtener una visión completa de la situación de la calidad de los sistemas acuáticos.
Pero, también existen otras fuentes de contaminación que representan un alto riesgo para el agua de los ríos en el departamento amazónico, como la concentración de coliformes fecales. Un tipo de bacteria formada en grandes cantidades en los intestinos y excrementos de los humanos y animales.
De acuerdo a un estudio publicado en 2021, en los ríos Tambopata y Madre de Dios dicha concentración superó en 75 veces el máximo permitido por el Estándar de Calidad Ambiental del Perú (ECA), establecido por el Ministerio del Ambiente (Minam), creado para medir el estado de la calidad de todos los ecosistemas en el país.
El Niño Global, la otra amenaza contra la salud humana
Recientemente, este medio reveló que los golpes de calor en Madre de Dios han causado la muerte de un total de cinco personas en Puerto Maldonado.
Esto, luego que la capital del departamento registrara temperaturas que van desde los 32.9 °C hasta los 37.7 °C con sensaciones térmicas mayores de 40 °C. Todos los días, durante las 12 p.m. hasta las 3 p.m, llegando a incrementarse aún más en las ciudades madrediosenses de Iberia e Iñapari, incluso, en la zona de La Pampa, donde la temperatura ha superado los 45°C.
Sobre ello, Infobae Perú conversó con el ingeniero Irving Lizarraga Isla, coordinador de la oficina del Senamhi en Madre de Dios, para entender qué es lo que está pasando y a qué responden aquellas temperaturas extremas.
“En Madre de Dios, las épocas secas y escasa precipitación siempre va a ser la época de agosto, septiembre y octubre. Pero, esto no quiere decir que no llueva, sino que va a haber escasa precipitación, entonces, va a estar asociado a la escasez de nubosidad, a la radiación solar y las temperaturas van a tender a subir. Sin embargo, es cierto que también está relacionado a la influencia del Niño Global, lo que se ha visto reflejado en estos meses”, explica el representante del Senamhi.
En esa línea, de acuerdo al especialista del Senamhi en Madre de Dios, la ciudad más golpeada por las altas temperaturas continúa siendo la localidad de Iñapari, lugar donde en los últimos días se registró hasta 41.6 °C, con una sensación térmica que alcanzó los 44 °C.
“Esa es la temperatura real que se ha medido y a eso se suma la sensación de calor, que varía dependiendo de la humedad en el ambiente, y, que, por lo general, equivale a tres grados más. Es decir, si Iñapari ha llegado a los 41 °C, pues, estaría llegando realmente hasta los 44 °C. En el mes de septiembre, las temperaturas han llegado para Iñapari a 40 °C y Puerto Maldonado alrededor de los 38 °C”, añadió el especialista.
Asimismo, Lizarraga Isla agregó que otros puntos en la región amazónica que llaman la atención por los niveles de altas temperaturas registradas es la provincia de Tambopata y la ciudad de Puerto Maldonado con 38 °C y localidades como Villa Salvación, ubicada en la provincia del Manu, con 36 °C.
“El impacto que se va a dar siempre es a la salud de la persona, sobre todo, para quienes no están aclimatados. Hay que tener en cuenta esto, especialmente para aquellas personas que desean hacer turismo en la región y nunca han respirado aire caliente y tampoco han estado expuestas a una radiación solar tan fuerte”, recomendó el ingeniero.
Por último, el vocero del Senamhi recordó que para el 2050, al menos en Puerto Maldonado, se espera un escenario climático que podría bordear 37 °C, incrementando los riesgos de deshidratación en sus ciudadanos y ciudadanas.