Zamacueca, la danza censurada en el Perú por sus movimientos “atrevidos” y su relación con la marinera

En la actualidad, este baile se practica con libertad. Sin embargo, en las primeras décadas del siglo XIX, un escritor la criticó a través de una obra dramática. Descubre los orígenes de este arte que se nutrió de diversas culturas.

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La obra de teatro no solo criticó el baile de la zamacueca, sino que también condenó las costumbres de los peruanos. (Composición: Infobae)
La obra de teatro no solo criticó el baile de la zamacueca, sino que también condenó las costumbres de los peruanos. (Composición: Infobae)

La danza es una manifestación cultural que nos permite expresarnos libremente a través de movimientos corporales, sin temor a la crítica o el juicio de los demás. Es una celebración de nuestra identidad y patrimonio cultural. Desde una edad temprana en la vida, las personas suelen participar en bailes tradicionales o folclóricos sin necesariamente conocer la historia o el trasfondo cultural detrás de esas danzas.

En un lugar determinado, las personas bailan danzas típicas como si fuera un ritual o un rito cultural. En tanto, el público observa detenidamente los movimientos de los bailarines, quienes disfrutan y honran a su país con cada paso que dan. A medida que realizan la coreografía, rara vez piensan en cómo este arte ha evolucionado y cambiado con el tiempo.

Ahora bien, la libertad que tenemos al bailar danzas típicas no siempre ha estado presente. Durante las primeras décadas del siglo XIX, un escritor criticó la zamacueca ―estilo musical considerado precursor de la marinera― a través de una obra dramática.

El literato que criticó esta danza fue Felipe Pardo y Aliaga, quien fue el máximo representante del costumbrismo peruano en su vertiente anticriollista. La crítica a este baile se evidencia en una obra de teatro titulada “Frutos de la educación”, cuya trama generó impacto tanto en las personas de la clase alta como en los criollos peruanos.

Zamacueca, la danza censurada en el Perú por sus movimientos “atrevidos” y su relación con la marinera. (Difusión)
Zamacueca, la danza censurada en el Perú por sus movimientos “atrevidos” y su relación con la marinera. (Difusión)

Los que se sintieron afectados por la trama de la obra fueron los criollos, a quienes se les criticó por sus costumbres en un momento en que Perú había logrado su independencia de España y los liberales y conservadores estaban en constante pugna.

La obra de teatro no solo criticó el baile de la zamacueca, sino que también condenó las costumbres de los peruanos y la deficiente educación de los jóvenes de esa época. Pero, ¿de qué trata esta creación literaria?

Eduardo es un inglés adinerado que quiere casarse con una limeña llamada Pepita, quien al igual que sus padres es una mujer codiciosa. El punto de inflexión en la trama ocurre en una fiesta a la que asiste el hombre. En dicha reunión, la joven muestra sus habilidades como bailarina delante de su prometido. Mientras ejecutaba los apasionados pasos de una zamacueca, el joven acaudalado se decepciona al punto de romper su compromiso.

Esta obra teatral puso en evidencia las costumbres de los criollos y la forma en que las personas se comportaban en situaciones de la vida cotidiana. La presencia de personajes tipo, como la madre interesada, evidencia que en esa época existían mujeres con ese comportamiento. A pesar de que muchos criticaron a Felipe Pardo y Aliaga por su crítica a la zamacueca, sus obras tenían un propósito moralizador; es decir, buscaban cambiar la actitud de las personas.

Zamacueca, la danza censurada en el Perú por sus movimientos “atrevidos” y su relación con la marinera. (Difusión)
Zamacueca, la danza censurada en el Perú por sus movimientos “atrevidos” y su relación con la marinera. (Difusión)

Tras la publicación de la obra teatral, se pronunciaron críticos que estaban en desacuerdo con el escritor. Uno de ellos fue el clérigo y periodista peruano José Joaquín de Larriva, quien atacó al autor de “Frutos de la educación” por haber ofendido a los limeños. A través de columnas publicadas en el Mercurio Peruano, el defensor de las costumbres criollas arremetió contra el literato. Como era de esperarse, Pardo y Aliaga respondió a su opositor.

Los estudiosos en este tema afirman que la controversia, que surgió después de la crítica a las costumbres limeñas, afectó al dramaturgo. Lo cierto es que después de la publicación de la obra de teatro, Pardo y Alaiga solo escribió dos comedias de corte costumbrista.

Es importante mencionar que el enfrentamiento no se limitó al intercambio de insultos y palabras, los cuales se plasmaron en medios impresos. Se sabe que ambos se enzarzaron en un conflicto que involucró el uso de la fuerza. Cabe destacar que Larriva llevó la peor parte debido a su mayor edad.

Zamacueca, la danza censurada en el Perú por sus movimientos “atrevidos” y su relación con la marinera. (Difusión)
Zamacueca, la danza censurada en el Perú por sus movimientos “atrevidos” y su relación con la marinera. (Difusión)
A continuación, presentamos lo que escribió Larriva a Pardo después de que este llegara a Perú procedente de España.

Mercurio Peruano: Lima, 15 de septiembre de 1830

Ven, Bernardito, a regar

el patrio suelo querido

con las luces que has bebido

en el Atlántico mar.

Ven, Bernardito, a abismar

al que estudió en el Perú

con lo que estudiaste tú

en el Atlántico Mar.

Ven, Bernardito, a enseñar

nuevas costumbres y usos

con tus talentos infusos

en el Atlántico mar.

Ven, Bernardo, a desterrar

añejas preocupaciones

con las que oíste lecciones

en el Atlántico mar.

En este texto, que está escrito en verso, Larriva le puso el apodo de ‘Bernardito’ a Felipe Pardo y Aliaga. Este nombre le pertenece a un personaje de “Frutos de la Educación”. Se trata de un joven que pretende a Pepita y es aceptado por la familia de esta solo porque hay intereses económicos de por medio.

La historia detrás de los movimientos “atrevidos” de la zamacueca

Los movimientos que realizan los bailarines de la zamacueca no son los mismos que se llevaban a cabo en siglos anteriores. Los expertos coinciden en que, al igual que las civilizaciones, las danzas también evolucionan. Sin embargo, la esencia del baile perdura en el tiempo. En este sentido, es pertinente indicar qué movimientos se hacía en el siglo XVII cuando la música se apoderaba de las personas.

“Bailan siempre el fandango solo dos personas, que no se tocan jamás, ni siquiera con la mano. Pero cuando se observan los desafíos que una a otra se hacen, ya retirándose, ya acercándose de nuevo; cuando se advierte cómo la mujer, justamente en el instante en que pareciera que va a ser vencida, se escurre de pronto del hombre victorioso con renovada vivacidad; cómo la persigue aquél y cómo lo persigue ella; luego cuando se comprende que en todas sus miradas, sus gestos y las posiciones que adoptan, expresan las variadísimas emociones que los inflaman por igual”, escribió J. Casanova en 1767.

En relación al fandango mencionado en el párrafo anterior, es importante destacar que esta danza era practicada en España en el siglo XVII por personas adineradas de la época. La historia nos dice que indios y africanos observaban este baile y luego lo imitaban a su manera, añadiendo ritmos y sonidos más alegres, lo que resultó en un intercambio de usos y costumbres.

Mientras este baile era practicado por personas de diferentes clases sociales, surgió el baile del tondero, inspirado en la actitud del gallo al perseguir a la hembra para aparearse, lo que escandalizó a la Iglesia española. Con el tiempo, estos bailes se fusionaron para dar paso a la zamacueca.

Zamacueca, la danza censurada en el Perú por sus movimientos “atrevidos” y su relación con la marinera. (Difusión)
Zamacueca, la danza censurada en el Perú por sus movimientos “atrevidos” y su relación con la marinera. (Difusión)

Hugo Casana Vélez, fundador y director de un grupo de danzas folklóricas de la Universidad Católica e investigador, determinó que la marinera limeña actual guarda relación con la zamacueca. En diálogo con Radio Nacional, el académico explicó esta relación entre los dos bailes.

“La zamacueca se registra formalmente en algún diario o publicación entre 1821 y 1822, por eso los investigadores sostenemos que nuestra marinera es bicentenaria. Más o menos en 1824 o 1825, el baile llegó al sur, a la Capitanía de Chile”, dijo Casana Vélez en una entrevista con el medio local.

En Chile, la zamacueca experimentó algunas variaciones, tanto en los pasos como en el nombre. Alrededor de 1870, el baile era conocido como “cueca” o “chilena”, un nombre que luego adoptaron los peruanos. Sin embargo, esta denominación fue modificado nuevamente después de la guerra con Chile, en 1879.

Así, a finales del siglo XIX, la zamacueca adoptó el nombre de marinera. Respecto al artífice de esta denominación, la historia nos dice que el intelectual Abelardo Gamarra propuso este cambio para homenajear las acciones de la Marina peruana en el conflicto bélico.

Zamacueca, la danza censurada en el Perú por sus movimientos “atrevidos” y su relación con la marinera. (Andina)
Zamacueca, la danza censurada en el Perú por sus movimientos “atrevidos” y su relación con la marinera. (Andina)

“Creímos impropio mantener en boca del pueblo y en sus momentos de expansión semejante título, y sin acuerdo de ningún Consejo de Ministros, y después de meditar en el presente título, resolvimos sustituir el nombre de chilena por el de marinera”, escribiría Abelardo Gamarra, el Tunante.

En cuanto a los movimientos “lascivos” que fueron criticados en su momento por Pardo y Aliaga, el investigador Casana Vélez señala que “la zamacueca nace fundamentalmente en el Barrio de Malambo (en el Rímac), por lo tanto se le atribuye cierta lascividad no permitida en los salones”.

Los bailes zamacueca y marinera pueden practicarse por grupos distintos en una actuación o fiesta, y los asistentes pueden no darse cuenta de que se trata de danzas que guardan relación una con la otra. Ambas manifestaciones de cultura son una demostración de la idiosincracia peruana, la cual cambia con el transcurrir del tiempo. Criticar sus coreografías en la actualidad implicaría negar nuestras raíces.

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