El 16 de octubre se conmemoró el Día Nacional de la Persona con Discapacidad, una fecha que no hizo más que evidenciar la lamentable realidad que atraviesa esta población en el Perú, la cual consiste del 10,3% (3 millones 209 mil 261 personas) del total en el territorio. Así también lo corroboró la reciente encuesta publicada por el proyecto Género y Discapacidad al afirmar que solo una de cada 10 mujeres con discapacidad física, quienes simbolizan el 56,7%, ha podido utilizar el transporte público.
Los motivos serían “la falta de sensibilidad de los transportistas y de fiscalización de parte de las autoridades”. Todo este panorama motivó la creación de la campaña Ponte en mi lugar, en la que el colectivo de mujeres con discapacidad física y visual ofrecen sus testimonios por la discriminación a la que se enfrentan cada día.
Sabina Mata Velásquez, integrante de Género y Discapacidad, precisó para Andina que su principal pedido es que “las autoridades ayuden a capacitar a estos choferes en el tema de la empatía”. “La gran mayoría son insensibles y no hay un respeto, somos usuarias en sillas de ruedas no porque lo hemos querido. (...) Hay que promover la sensibilización de los transportistas porque todos tenemos los mismos derechos de estudiar, de salir, de hacer turismo”, precisó.
El Metropolitano no cumple con respetar espacios
“Yo tengo discapacidad física a causa de una artrosis severa, cuando tenía bastón utilizaba el transporte público, pero —ahora que uso silla de ruedas— es imposible. Cuando tengo que desplazarme debo tomar un taxi, que supera los 70 soles desde mi casa hasta el hospital para mis chequeos”, narró Carmen Cutipa, integrante de la Fraternidad Cristiana de Personas Enfermas y con Discapacidad (Frater), en un comunicado.
Esta es la realidad de las mujeres con discapacidad motora que intentan siquiera acceder a estos servicios para movilizarse. La mayoría revela que los transportistas no se detienen cuando las ven o, si lo hacen, las apuran para subir. Dicha situación provoca que se golpeen mientras intentan entrar a las unidades.
Por su parte, Mata detalló que solo hay dos servicios que apenas en algunos carros cuentan con acceso para ellas. “En el Tren de Lima hay algunos espacios. En cambio, en el Metropolitano al inicio sí hubo, pero ahora el aforo del público en horarios específicos no deja que la persona con silla de ruedas pueda ocupar ese espacio”, refirió.
Fuera de estos dos, no hay más transporte que pueda movilizarlas. En el caso de los corredores, solo son algunas las unidades que lo permiten, pero son mínimas y no circulan con frecuencia.
La fiscalización es el primer paso
Maritza Quispe, vocera del proyecto Género y Discapacidad en Puno, exigió que las autoridades y las empresas de transporte capaciten a sus choferes y demás trabajadores respecto a la importancia de ser respetuosos hacia esta población.
El colectivo de mujeres también exhortó a que se promueva la adquisición o adaptación de vehículos accesibles, como autobuses y micros con espacios designados para sillas de ruedas, rampas de acceso y sistemas de seguridad.
Choferes no respetan carné del Conadis
La Ley Nº 30412 señala que “las personas con discapacidad severa pueden hacer uso del pase libre en servicios del Metro de Lima, Metropolitano, corredores complementarios (para Lima), buses y combis (para Lima y regiones)”. Para ello solo se debe presentar el carné del Consejo Nacional para la Integración de la Persona con Discapacidad (Conadis); no obstante, muchos ciudadanos denuncian que esto no se cumple.
“He tenido que pelear muchas veces porque se respeten mis derechos y, cuando he podido subir a un micro, impulsándome con mis brazos para luego pasarme a un asiento, han pretendido cobrarme por el espacio de mi silla que iba plegada. Es injusto”, rechazó Quispe.