“Son brutos”, dijo Natalia Málaga sobre la indisciplina del futbolista peruano

La indisciplina en el fútbol peruano es un problema que no tiene cese. No son pocos los jugadores que están en el ojo de la tormenta por acciones fuera de la canchas y que suelen aparecer más en programas de espectáculos que deportivos. En ese contexto, Natalia Málaga compartió su perspectiva particular como exvoleibolista y entrenadora.

La subcampeona olímpica, que conoce en carne propia lo que es el deporte de alto rendimiento, habló -entre otros tremas- sobre los futbolistas que son “ampayados” por pasarse de copas, sus salidas nocturnas o por infidelidad.

“Son brutos pues, porque deberían de cuidar su imagen. Muchos son ejemplos para chiquillos que quieren dedicarse a lo mismo. Entonces, creen que como juegan fútbol y ganan billete, pueden hacer lo que les da la gana”, señaló Natalia Málaga.

Málaga mostró comprensión con los futbolistas que pasan por este tipo de situaciones extradeportivas y les recomendó a no exponerse o, en todo caso, afrontar los ‘ampays’ con carácter. La exvolleibolista dio un peculiar consejo.

“Escóndanse, tómense sus tragos en casa, pero no salgas a ventilarte con mujeres por todos lados. Hay que ser bruto. Yo si me ventilo con un marido que no es mío, lo hago en un lugar de cuatro paredes y chau. Pero ahora con los telefonitos, las redes, las cámaras y los programas que te persiguen, entonces mejor no salgas”, aconsejó.

“Para mí no está mal. Si estás tomando un trago socialmente y no te vas a meter la ‘bomba’ en público, eso sí estaría mal, porque ya eres una imagen. Si estás en concentración, te tomas tu cerveza en tu cuarto, pero que nadie te vea y tampoco te emborraches pues. Hay códigos de responsabilidad, porque tienes que levantarte mañana temprano”, añadió.

Natalia Málaga ha sido parte de la época dorada del voleibol peruano y su éxito es indiscutible. Bajo el mando de Man Bok Park, todas las prácticas eran muy rigurosas y estrictas; sin embargo, hubieron momentos en los que ella y sus compañeras podían compartir algunos momentos sociales sin perder el compromiso por el equipo y el país.

“En el caso de nosotros, era el santo de una de las chicas (por ejemplo) y nadie decía nada. Sabíamos que teníamos que ir a la casa de Carmen Pimentel -por decirte-, que era su santo e iba a festejar. Entonces, había comida y obviamente cervecitas. Nos quedábamos hasta las 3 o 4 de la mañana, pero al día siguiente teníamos que levantarnos a las 8 y a las 8 estábamos ahí tal cual, justificando la cagad... de lo que no habíamos dormido el día anterior. Nadie podía marcar un cansancio con Man Bok Park. Esas cosas nosotras mismas nos las sobreponíamos (...) Hasta para las juergas tienes que estar bien preparada físicamente”, contó.

En esa línea, para la medallista olímpica esto no se trata de ninguna indisciplina, siempre y cuando no hayan excesos. Lo más importante, en palabras de Natalia, es cuidar la imagen de uno mismo lo máximo posible.

“No me parece que tenga algo de malo, pero en exceso sí es malo en todo sentido. Si eres una persona pública, un atleta reconocido o una persona famosa, todo el mundo te va a sacar el alma y si lo hacen, lo afrontas. Y si ya te joden mucho, sal y di ‘me da la gana pues, me gusta la chica, ¿y?’”, señaló.