Con el fin de lograr un servicio accesible e inclusivo, dos carteras del Ejecutivo han unido esfuerzos para alcanzar metas en común. En este caso, la Autoridad de Transporte Urbano de Lima y Callao (ATU), organismo adscrito al Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), y el Consejo Nacional para la Integración de la Persona con Discapacidad (Conadis), perteneciente al Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), presentaron el pasado 12 de octubre la brigada “Viaje sin barreras”. Dicha iniciativa consiste en la capacitación de los trabajadores de la entidad del transporte para mejorar la atención de usuarios con discapacidad en el Metropolitano.
Para ahondar en las metas trazadas en el corto y mediano plazo, y en los procedimientos a seguir en esta serie de capacitaciones, Infobae Perú contactó a Roberto Vidaurre, director en el área de Gestión Comercial de la ATU.
“Si bien nos vimos afectados por la pandemia del Covid 19, que nos obligó a orientar nuestros esfuerzos en temas estructurales, en la ATU hemos tenido ya proyectos que velan por la adecuada integración de las personas con discapacidad al transporte. Por ejemplo, hemos capacitado a más de 250 trabajadores, tanto del Metropolitano como del transporte convencional, para que tengan las herramientas y le puedan brindar a las personas con discapacidad un trato justo. Sin embargo, este personal (brigada “Viaje sin barreras”) nos genera particular interés por sus capacidades. Ellos ya saben cómo tratar a los usuarios con discapacidad, saben comunicarse mediante lenguaje de señas. Será un avance importante para las personas con discapacidad auditiva”, mencionó el vocero.
Conformación y distribución del personal
La brigada “Viaje sin barreras” está conformada por 20 trabajadores con amplio conocimiento en el trato de personas con discapacidad auditiva. Asimismo, serán instruidas con conocimiento adicional para un mejor servicio con personas con discapacidad en general. Vidaurre indica que la ATU desplegará a este personal en sus distintas estaciones, teniendo en cuenta el registro que han realizado en meses anteriores, el cual les sirve para identificar los paraderos con mayor cantidad de personas con discapacidad.
“En la ATU contamos con un registro de las intervenciones que hemos realizado a personas con discapacidad. Así hemos logrado identificar cuáles son los puntos frecuentes con mayor cantidad de personas con discapacidad. A la fecha hemos realizado más de 300 mil atenciones, lo que da a entender que los usuarios atendidos son clientes regulares que mantienen una rutina y toman el Metropolitano varias veces por semana. Esto ha sido realizado por nuestro personal capacitado en general, por lo que la integración de esta brigada supone un beneficio incluso mayor para las personas con discapacidad” señaló al respecto.
La mejor atención es la que no se necesita
Vidaurre fue muy puntual en un tema: las personas con discapacidad buscan facilidades en la infraestructura que les permitan trasladarse por su cuenta. Si bien es lógico que para algunas cuestiones básicas, una persona, por ejemplo, con ceguera necesite de una ayuda extra, la ATU apunta a minimizar los impedimentos para la correcta movilización de las personas con discapacidad a largo plazo.
“Lima es una ciudad que no fue construida sobre las bases de la inclusión, por lo que se debe de modificar algunos aspectos de este: no todas las veredas tienen la misma altura, no todas las esquinas tienen rampas… Nosotros debemos realizar las modificaciones correspondientes a nuestro sector: el transporte público. Por ello llevamos realizando la integración paulatina del bus patrón, que es una nave que tiene distintos mecanismos para brindar facilidad a todo tipo de público. El bus “se agacha” para facilitar el ingreso, tiene rampas… Esto no es exclusivo del Metropolitano; todas las empresas del transporte convencional que trabajan bajo regulación de la ATU deben ir integrando este tipo de buses a sus flotas respectivas”, precisó.
Para el corto plazo, sin embargo, el personal capacitado es la forma ideal para tratar con personas que presentan dificultades. Por ello, Vidaurre señala que el proceso parte desde la entrada a la estación, en donde el personal se pone a disposición del usuario. “Es fundamental que se garantice el correcto traslado y consecuente salida de la estación del usuario. Muchas veces, nuestro personal capacitado acompaña a las personas con discapacidad, incluso cuadras fuera de la infraestructura del Metropolitano. Llegados a un lugar seguro y adecuado, el usuario puede continuar con su día y el personal retorna a la estación más cercana para seguir atendiendo a quien lo necesite”, remarcó. Asimismo, anunció que a fin de año espera la capacitación de mil operadores.
La sensibilidad como método pedagógico
El profesional en gestión comercial recuerda las experiencias previas de capacitación para el trato correcto con personas con discapacidad y destaca la parte sensibilizadora de estas. Para Vidaurre, parte de la capacitación debe ir enfocada en lograr que el operador de la ATU (léase conductores, personal de estación, seguridad) se identifique con el afectado.
“Hemos tenido experiencias muy emocionales pero enriquecedoras. Por ejemplo, profesionales que sufren de ceguera vendaron a los conductores del bus y les pidieron que se cambien del asiento de la fila derecha a uno de la silla izquierda. Fue impactante ver cómo, lejos de lograrlo, los conductores rompían en llanto. Es fuerte, pero hace que uno se sensibilice, que tenga empatía por quien tiene estas dificultades”, concluyó Vidaurre.
La semana pasada, en la presentación de la brigada “Viaje sin barreras”, el presidente ejecutivo de la ATU, José Aguilar, expresó su preocupación por un sistema inclusivo para todos: “La inclusión de las personas con discapacidad es un tema en el que tengo mucho interés, porque se trata de un derecho fundamental que todos debemos garantizar. Desde nuestras posibilidades para impactar en la sociedad desde el transporte público, esto no solo nos parece un acto de justicia, sino que significa para nosotros una muestra de humanidad”.
¿Cómo se distribuye la población con discapacidad en el país?
Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), más de 3 millones de peruanos sufre de alguna dificultad. Entre ellos, el 57% son mujeres, mientras que el 43% son hombres. Asimismo, más del 60% corresponde a personas mayores y el 20% a adultos jóvenes. Para el portal, casi el 50% sufre de ceguera; Vidaurre afirma tal proporción, pues menciona que la mayoría de los pasajeros con alguna discapacidad tienen dificultad en la visión.