Los tiempos han cambiado y con él muchas cosas que solían ser de uso general han quedado en el olvido. En la mayoría de casos, esos cambios fueron necesarios para mejorar diversos aspectos de la vida cotidiana, agilizar procesos y hacerlos más fáciles. En otros casos, permitieron salir de algunas crisis, como las generadas por los cambios de moneda, o adaptarse a las nuevas tecnologías.
Muchas razones motivaron los cambios en procesos y productos. Luego de darse, lo que ocurrió es que las personas guardaron en su memoria o en sus cajitas o baúles esos objetos que dejaron de ser útiles porque fueron reemplazados por sus versiones modernas.
Este es el caso, por ejemplo, de la libreta electoral de tres cuerpos. Aunque hoy suena como un término extraño y para muchos desconocido, en su momento fue de gran importancia, ya que era el equivalente al Documento Nacional de Identidad (DNI) de ahora, pero con características particulares.
Historia de la libreta electoral
Corría el año 1931 y en el Perú las políticas sobre procesos electorales aún no estaban correctamente reguladas. Por esa razón, se optó por crear un organismo que se encargara de dicha tarea, dando lugar a la creación del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), mediante Decreto Ley N° 7177.
Esa norma también dispuso el voto obligatorio para varones alfabetos mayores de 21 años, estableció el Registro Electoral permanente y creó la libreta electoral, como documento de identidad y de sufragio. Con estas acciones se pretendía devolver al Perú a la senda de la democracia y tener un proceso electoral ordenado.
Este primer documento contaba solo con seis dígitos y, tal como dictaba la norma, y solo fue entregado a hombres mayores de 21 años que supieran leer y escribir.
Para el año 1946, surgió la necesidad de contar con un nuevo documento que permitiera elegir alcaldes y concejales de diferentes localidades. En tal sentido, se emitió la Libreta Electoral Municipal, esta vez para hombres y mujeres, pero también para extranjeros con residencia continuada en el país. Cabe mencionar que las mujeres solo podían votar en comicios municipales.
En 1978 la libreta electoral cambió y se estableció el modelo de tres cuerpos, que contenía ahora siete dígitos y los datos de los ciudadanos. Su uso se volvía cada vez más importante para todo tipo de trámite y lo más sorprendente es que esta versión tuvo una duración de 20 años.
Según informa el Reniec, estaba fabricada con cartulina duplex y tenía espacios para que el ciudadano pudiera anotar las fechas en las que ejercía su voto.
También se creó un Registro de Identidad para Analfabetos, que apareció en el año 1978. Seis años más tarde, en 1984, aparecería una versión más nueva de la libreta de tres cuerpos y posiblemente la más recordada.
Libreta electoral de 1984
Esta libreta compartía con su versión anterior el tipo de documento que se desplegada en tres cuerpos y contenía la información del usuario, sin embargo, esta vez ya no tenía solo siete dígitos, sino ocho, tal como ocurre hoy en día.
Este documento es uno de los más populares, ya que estuvo vigente hasta entrado el nuevo siglo y muchos recuerdan haberlo visto en algún cajón antiguo del hogar o en manos de los abuelos o incluso padres. Hoy en día algunas personas todavía conservan este documento que se caracterizaba por su color salmón.
Tenía inscrito el nombre del Jurado Nacional de Elecciones en letras en miniatura. En él se registraba la firma, huella digital y el sello del Registro de Identificación del JNE encima de la foto. Los tiempos fueron cambiando y los pequeños avances en la tecnología se hicieron notar en Perú, así, se emitió en 1996 la primera libreta electoral mecanizada.
¿Cuándo desapareció la libreta de tres cuerpos?
El año 1997 marcaría un cambio en la nueva forma de identificación en el Perú. Atrás quedaban las antiguas libretas hechas con cartulinas y escritas a mano, llenas de sellos y fáciles de deteriorarse.
Los ciudadanos ahora debían portar el Documento Nacional de Identidad (DNI). La primera versión tenía un ancho de 10 centímetros de ancho y 7 de alto, un documento bastante grande que daría paso luego a su nueva versión más pequeña con dimensiones similares a una tarjeta de crédito.
Por aquel entonces la ciudadanía debía hacer el tramite de ‘canje’ de su libreta electoral por el nuevo DNI. Eventualmente el Gobierno emitió una norma que indicaba la caducidad de la libreta electoral en 2003. Hoy en día la particular libreta es un recordatorio de la extensa historia de la identificación en Perú.