Los incas son reconocidos por su destacada destreza en los ámbitos de la ingeniería y la construcción. Asimismo, empleaban técnicas avanzadas en la edificación, algunas de las cuales, incluso en la actualidad, resultan difíciles de replicar. Además, realizaron estructuras de notable complejidad que perduran a lo largo de los siglos, siendo un claro ejemplo de ello Machu Picchu, una impresionante obra que desafía con éxito el paso del tiempo.
Las culturas preíncas también destacaron en los ámbitos de la construcción. En Ilave, la capital de la provincia de El Collao en Puno, a orillas del lago Titicaca, se alza una monumental pared de piedra arenisca. En su centro, destaca una puerta esculpida con ocho ángulos, flanqueada por dos elevaciones que evocan columnas invertidas. Los historiadores sostienen que esta construcción es un testimonio del ingenio arquitectónico de las culturas preíncas, situada en un lugar que nos transporta al pasado, hacia un legado enigmático perdido en las alturas.
¿Cuándo fue descubierto Aramu Muru?
Según el portal ‘The Atlas on One Map’, durante una expedición en la zona de Puno, el montañista José Luis Delgado Mamani hizo un sorprendente hallazgo a principios de la década de 1990. En medio de la naturaleza, se topó con una enorme pared de roca que, de manera extraordinaria, había sido cuidadosamente alisada hasta adquirir una superficie perfectamente plana. No solo eso, sino que esta superficie estaba adornada con un pequeño nicho, un detalle que dejó perplejo al explorador.
La piedra plana que encontró mide aproximadamente 23 pies cuadrados (más de dos metros), y en ella se destaca una alcoba en forma de T, que se eleva unos 6 pies y 6 pulgadas sobre la superficie. El propósito de este espacio es un enigma, pero la explicación más plausible sugiere que se trata de un proyecto de construcción inca que nunca se completó. Los lugareños se refieren a esta intrigante estructura como la “Puerta de Hayu Marca” o la “Puerta de los Dioses”.
Las leyendas locales cuentan historias de personas que desaparecen misteriosamente por esta puerta y de visiones extrañas, como la aparición de “hombres altos acompañados de bolas brillantes de luces caminando por la puerta”.
¿Cuál es la leyenda detrás de Aramu Muru?
En el siglo XVI, durante la llegada de los conquistadores españoles al Tahuantinsuyo, una misteriosa leyenda toma forma. Según cuentan, un sacerdote inca llamado Aramu Muru, en compañía de una sacerdotisa, huyó de los invasores y llegó hasta un enigmático portal, cargando consigo el valioso “disco solar”, un tesoro de incalculable valor para los incas.
La narración relata que estos sacerdotes utilizaron el disco como si fuera una especie de llave interdimensional, que les permitió atravesar el imponente muro de piedra y desaparecer de este mundo, dejando atrás un misterio que perdura hasta nuestros tiempos.
En la actualidad, quienes visitan este lugar a menudo se sumergen en un ritual singular. Una persona se arrodilla ante el misterioso portal, con las manos extendidas, mientras otros dos individuos se ubican de pie dentro de las columnas invertidas que lo rodean.
Se dice que este ritual permite a la persona en el portal concentrar energía de las columnas. Los visitantes afirman sentir una fuerza especial, una vibración que escapa a lo común. Como parte de la ceremonia, es común dejar ofrendas a los pies de las columnas, como agua, dulces, vino e incluso hojas de coca, alimentando así la enigmática tradición.
¿Cómo llegar a Aramu Muru?
Para llegar a este atractivo turístico, se emprende una caminata de aproximadamente 30 minutos a través de un bosque. Este lugar, por sí solo, es digno de admiración debido a sus formaciones rocosas de gran tamaño, de aspecto peculiar y único. Además, ofrece a los visitantes un impresionante paisaje natural que se extiende ante sus ojos, con una abundante flora y fauna que lo hacen aún más atractivo. Para los amantes de la aventura, es un lugar ideal para la práctica del trekking, sumándole emoción a la experiencia.