‘Macau Scam’, la actividad criminal controlada por la mafia ‘Dragón Rojo’ de Taiwán que fue instalada en Lima

El esquema de robo se originó en un puerto administrado por China y se extendió por Asia. Ante la acción de las autoridades, la mafia taiwanesa trasladó sus centros de operaciones a países como Perú, según información de la Policía

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Fuente: RPP

La mafia del ‘Dragón Rojo’ de Taiwán, una organización criminal que mantuvo secuestrados a 43 ciudadanos malasios en una residencia en La Planicie (La Molina), instaló en el Perú un esquema de robo de cuentas bancarias que se conoce como ‘Macau Scam’ (Estafa Macao).

Según un informe difundido este domingo por La República, la actividad criminal se originó en Macao, un puerto administrado por China, y se extendió a diferentes países asiáticos, especialmente en Malasia, donde las autoridades emprendieron acciones para mitigarla.

Por esa razón, las mafias, incluida la taiwanesa, trasladaron sus centros de operaciones a otros países, como el Perú. La consejera de la embajada de Malasia en Lima, Leowania Leow Sui Yin, fue quien explicó al equipo especial de la de la Dirección de Investigación de Trata de Personas y Tráfico de Inmigrantes (DITPI) que la actividad criminal es controlada exclusivamente por el ‘Dragón Rojo’, de acuerdo con el diario.

En concreto, los delincuentes utilizan las comunicaciones telefónicas para engañar a sus víctimas: les dicen que enfrentan problemas con el fisco, como supuestas deudas tributarias, y ofrecen solucionar el problema si entregan datos de sus cuentas y transfieran un monto en compensación. Una vez que reciben la información, ingresan a las cuentas y arrasan con todo el dinero.

De igual modo, pueden suplantar la identidad de funcionarios del banco donde la víctima tiene cuentas y le informa falsamente que han detectado movimientos sospechosos, y que antes de avisar a la Policía lo llamaban para tenderle ayuda siempre y cuando entreguen su clave de acceso.

Una de las ciudadanas malasias que fue rescatada detalló que los dividieron en tres grupos, cada uno de los cuales cumplía una función, de acuerdo con indicaciones precisas que escribía cada “trabajador” en un cuaderno: el primero contactaba a las víctimas y las alarmaba con falsas acusaciones; el segundo se dedicaba a “resolver” el problema a cambio de dinero; y el tercero sustraía los fondos de las cuentas bancarias.

El coronel Ricardo Espinoza, jefe de la DITPI, dijo a Latina que en la intervención encontraron apuntes en los cuales las mujeres tenían indicaciones exactas que debían decirles a los clientes, desde una deuda con un seguro, hasta un embrollo por antecedentes policiales.

Otra sobreviviente declaró que eran obligadas efectuar durante 15 horas, casi siempre en horas de la madrugada. “El trabajo era nocturno y muy intenso, duro y solo comíamos una sola vez. Estaba prohibida quedarse dormida, porque los taiwaneses siempre nos vigilaban y como castigo ese día no comías nada, solo agua”, dijo.

Todas coincidieron en señalar que fueron captadas por Facebook por un connacional malasio conocido como “Yefry”, quien les ofreció trabajar en casinos y tragamonedas en territorio nacional. William Tsai Wu, sindicado como el cabecilla de la red, negó que haya incurrido en delito.

Por su parte, el general Carlos Malaver, director contra la Trata de Personas y Tráfico Ilícito de Migrantes, refirió que las víctimas fueron trasladadas desde Ámsterdam. Primero se hospedaron en un hotel de San Isidro y posteriormente fueron trasladados a La Molina, donde finalmente fueron rescatadas.

Ensangrentadas y con signos de tortura, dos de las víctimas lograron escapar el último fin de semana de la lujosa residencia. Pidieron ayuda a los vecinos y después a la Policía. Cuando ingresaron con una autorización juicial, los agentes se toparon un escenario de horror. Colchones en el piso, hacinamiento, aislantes de ruido y 44 víctimas, 27 mujeres y 17 hombres.

Por la complejidad del caso, la fiscal superior Rocío Gala, coordinadora de las Fiscalías Especializadas en Delitos de Trata de Personas, ha deslizado que el ‘Dragón Rojo’ de Taiwán se habría extendido a otras ciudades del país.

“En realidad, no se descarta [que la organización criminal tenga ramificaciones]. Recordemos que estas formas de acción delictiva se han visto en otros países, como en México. El delito de trata es de naturaleza transnacional. Y es probable que este esquema extorsivo ya haya ingresado a nuestro país”, dijo en una entrevista difundida en RPP.

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