Luego de un paciente y exhaustivo seguimiento, agentes de la Policía Nacional del Perú (PNP) lograron desarticular a los Marginales del este, una peligrosa facción criminal del Tren de Aragua, dedicada a la trata de personas y el proxenetismo en la zona rosa de Santa Anita.
Se informó que tres de sus integrantes fueron intervenidos en la cuadra 33 de la avenida Nicolás Ayllón. Según información policial, los detenidos serían Enrique Soto García, alias Malaco; Luis Enrique Zavala Macedo, alias Tini, y César John Toledo Pérez, alias Pantera. Ese último de nacionalidad venezolana y los otros dos de origen peruano.
Las autoridades indicaron que jovencitas venezolanas y peruanas eran obligadas a pagar un cupo de 150 soles diarios por trabajar en este punto del distrito. Los proxenetas colocaban afiches en paredes y postes y repartían volantes para atraer a más clientes.
“Esta banda criminal se dedicaba al delito contra la libertad sexual, proxenetismo, delito contra el patrimonio, extorsión y la trata de personas”, dijo el coronel PNP Walter Ramos Gómez, jefe de la División Policial Este 2.
Los sujetos en mención fueron detenidos al interior de un local nocturno que funcionaba como prostíbulo, ubicado en la cuadra 33 de la avenida Nicolás Ayllón. Dentro encontraron a un total de siete mujeres que eran explotadas sexualmente. Tres de nacionalidad venezolana y cuatro peruanas, quienes brindaban sus servicios a cambio de dinero a los hombres que ingresaban al establecimiento.
De la mano con los Gallegos
El coronel Ramos Gómez explicó que la banda delincuencial los Marginales del Este trabajarían de la mano con los Gallegos, otra peligrosa facción del Tren de Aragua.
“Hace unos meses atrás se asesinó a una persona que fungía de policía y cobraba al margen de la ley. Se ha llegado a intervenir a esta banda, que sería parte de los conocidos como Gallegos, que es un brazo del Tren de Aragua”, afirmó el alto mando.
En otro momento, recordó que existe un férreo enfrentamiento por el control de la explotación sexual dentro de ese distrito. “Hemos visto ultimamente que hay una pugna de poder, así que estimamos que sería una facción de los Gallegos. Con los peruanos, ya ellos han ampliado su territorio y tienen casi todo el dominio”, agregó.
Se pudo conocer que las trabajadoras sexuales podía llegar a cobrar entre 150 a 250 soles por una hora de servicio. Las meretrices más cotizadas son las de menor edad. La Policía tiene la certeza, basada en sus investigaciones, que dentro del grupo de mujeres víctimas hay adolescentes de 16 y 17 años.
A estas últimas, por la gran cantidad de clientes que pueden llegar a tener en un día, les cobrabran una cuota mayor. La trabajadora sexual que desobedecía o se negaba a pagar estos abusivos montos terminaba herida de gravedad o, en el peor de los casos, era asesinada de varios disparos.
Se apoyan en el terror
De acuerdo a la Policía peruana, estos delincuentes venezolanos y peruanos operaban apoyándose en el miedo que infundían. A ellas no les quedaba más opción que ceder gran parte de sus ganancias para que nos les pasara nada.
Numerosas jóvenes, quienes en su mayoría cayeron con engaños en manos del Tren de Aragua, han intentado dejar esa vida y escapar, pero estos despediados sujetos tienen información de primera mano de sus familiares y amenazan directamente a estos o a ellas con desaparecerles a sus hijos, su madre o hermanos.
Las mujeres que huyen de las garras de estas mafias del sexo no tienen escapatoria y terminan regresando a trabajar ofreciendo sus servicios. Quieren pasar la página, pero estos fascinerosos no se lo permiten, pues les significaría pérdidas de decenas de miles de soles al mes.