El pasado viernes 29 de septiembre, una noticia remeció a toda la clase política peruana: Hernando Guerra García, primer vicepresidente del Congreso de la República falleció a los 60 años, producto de una descompensación no atendida mientras se encontraba en La Punta de Bombón, Arequipa. La pérdida del político que, tuvo su origen en la izquierda y partió en el otro extremo, fue sentida más allá de su partido, al que, de acuerdo a Miguel Torres, vocero de Fuerza Popular, ayudó a darle “identidad”.
“Era un tipazo, una persona amable, que entendía que en la política lo importante es encontrar los puntos de coincidencia sin importar que sean ideologías muy separadas. [...] En el partido hemos perdido una de las fichas principales. Él formaba parte de una comisión política que desarrolla no solamente un plan o una estrategia, sino una identidad. Habíamos avanzado bastante con Keiko [Fujimori], con Lucho [Galarreta], quien te habla, pero con él se logra terminar de aterrizar algunos conceptos importantísimos en donde el fujimorismo encuentra su razón de ser”, mencionó en diálogo con Infobae Perú.
“En la bancada era el líder nato, ¿no? ¿Quiere decir que era el único? No, está Patricia Juárez, Martha Moyano, pero era un líder particular. Su característica fundamental era hacerse del liderazgo en base al cariño, a la atención, al consejo amigable que tenía con cada uno de sus compañeros. Eso yo lo veía directamente acá en el Congreso, trabajando como jefe de asesores de la bancada, ¿no? Daba ideas de salida para algunos obstáculos que tenían que enfrentar y sobre todo le ponía una cuota de humor a todas las cosas que se hacían. A veces la vida política es muy dura, es muy sombría y ‘Nano’ era una persona que se caracterizaba por su buen humor, por siempre distender las reuniones o distender las discusiones con una broma. Y eso va a ser mucho falta, evidentemente. […] No te estoy diciendo que Arturo, como primer vicepresidente, no vaya a lograr éxito, lo va a lograr sin duda alguna, pero seguramente desde otras aristas”, agregó.
—Un día después del deceso, un hecho que involucra a una de sus compañeras en la Mesa Directiva acaparó los medios de comunicación. En pleno duelo, la congresista Rosselli Amuruz, Avanza País, acudió a una fiesta en la que hubo un fallecido. ¿Cómo lo tomaron?
Por supuesto que nosotros nos hemos sentido ofendidos por la situación, pero también sabemos que todas las personas cometen errores y que seguramente la Comisión de Ética va a hacer el camino adecuado para exigir algún tipo de sanción. Esperábamos que Avanza País tomara sus propias medidas, qué pena que no haya venido la autocorrección como un mecanismo de salida. Y eso lo decimos porque nosotros lo hemos vivido. Cuando nosotros, por ejemplo, hemos encontrado una situación que iba en contra de nuestros principios, como fue el caso de la congresista [María] Cordero, denunciamos en Ética y en la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales. Además, se abrió proceso dentro del partido y de la bancada, o sea, hemos hecho todo.
—Ante la falta de acciones adoptadas por Avanza País, ¿por qué se votó en abstención? La decisión de votar en bloque fue sumamente cuestionada y tuvo el efecto contrario al que se esperaba por parte de la agrupación de la legisladora…
Lo conversamos en la bancada y la primera reflexión que tuvimos fue lo que él nos hubiera dicho: “¿qué hacen discutiendo un tema de censura a un miembro de la mesa? En todo caso, véanlo en la Comisión de Ética, pero continuemos porque hay leyes que dar, hay leyes que avanzar”. […] [La abstención] Fue en honor a su lucha de poner el tema de la institucionalidad por encima de cualquier cosa, así él lo habría querido. El ámbar fue la alternativa que reflejaba de mejor manera nuestro sentimiento, el cual no era rechazar ni impulsar la salida de la tercera vicepresidenta del Congreso.
—¿Se adelantó la decisión que se tomó al interior de la bancada a la familia?
No, son temas que se toman de manera independiente, su familia sabe lo que significa la política. Ellos nos compartieron una reflexión muy bonita, que era lo contentos que estaban con la oportunidad que se le dio a Nano de poder desarrollarse en estos últimos años en lo que más le gustaba, que era la política.
—¿Cómo reciben el hecho de que una persona con bases de izquierda y con paso por otros partidos se haya convertido en una cara representativa del partido acusado de influenciar en la polarización política y estar en contra del transfuguismo?
Si no es la mejor, como una de las mejores lecciones aprendidas. Que un partido cierre las puertas y solamente quiera a quienes estuvieron siempre con ellos, es el peor error que puede tener. Un partido es de puertas abiertas, no es algo estático, se va moldeando con los tiempos, con las necesidades, y la gente nueva ayuda a hacer eso. Si la gente se identifica con tus principios, con tus ideales, de una manera lo suficientemente acogedora, entonces recíbela, escucha, porque puede ayudarte a seguir delineando el partido.
Esa sorpresa que a nosotros nos ha dado que una persona en tan poco tiempo se haya ganado el respeto, la admiración, el cariño de nosotros, habiendo tenido un pasado cuyo pensamiento era totalmente distinto, nos ha dado una lección, pero brutal.
El techo de Hernando Guerra García todavía era enorme. Él recién había ingresado a la política completa y absolutamente activa. Durante años la había hecho, pero accedió a esta posición como congresista, luego vocero, presidente de la Comisión de Constitución, primer vicepresidente, y yo considero que tenía un futuro muy prometedor. En lo personal lo miraba inmediatamente como un futuro alcalde de Lima. Y decía, va a ser espectacular, pienso que hubiese incluso brillado más en el Ejecutivo que en el Parlamento. Keiko, Lucho [Galarreta], quien te habla y bastantes personas decíamos que podía ser un potencial candidato a la Presidencia.