Este 15 de octubre, la presidenta Dina Boluarte culmina su viaje de cuatro días a diferentes destinos de Europa en un itinerario que, más que logros, ha generado cuestionamientos y una serie de acciones provenientes del Congreso en su contra. El viaje de la mandataria a países como Alemania, Italia, y el Vaticano no solo ha despertado una serie de críticas, sino que develó la mínima capacidad del Ejecutivo para manejar crisis como la de los peruanos varados en la zona de conflicto en Israel.
Más de un millón de soles en gastos autorizado por el Congreso
El tercer viaje de la mandataria al extranjero ha sido de especial relevancia debido no solo a los gastos que han irrogado, que es pagado por todos los peruanos, sino también por la agenda que se ha desplegado para la visita de tres países de Europa, en los que no se ve mayor relevancia ni mejora para el ejecutivo. Pero toda esta gira por el viejo continente no hubiera sido posible de no ser por el mismo Congreso de la República.
El viaje, refrendado en una norma denominada “Ley de Presidencia Remota” (N° 31810) que ha sido cuestionada por contravenir el artículo 115 de la Constitución, fue aprobado en la sesión del pleno del último 5 de octubre con 59 votos a favor, 46 votos en contra y 6 abstenciones. En la disposición, se aprueba el viaje de Boluarte desde los días 11 al 15 de octubre; bajo la excusa de que la presidenta participe en la feria de un distrito alemán denominado “Día de América Latina”.
Así como la reunión con el Director General de la Organización de las naciones Unidas, en Roma, Italia; y el evento más esperado por Boluarte y criticado por el resto de peruanos, la reunión protocolar en compañía del Papa Francisco, en el Vaticano.
Desatención a la crisis de peruanos varados en Israel
En una comitiva comprendida por 14 miembros de su despacho presidencial; así como del personal proveniente del Instituto Nacional de Radio y Televisión (IRTP) y otros altos funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores; la presidenta Dina Boluarte dio inicio con el viaje e intentó seguir a rajatabla la agenda que se había planteado ante el Congreso. No contaba con que la situación en el oriente medio se agravaría y los peruanos residentes en Israel necesitarían del apoyo del Ejecutivo.
Para el miércoles 11 de octubre, la mandataria tomó el avión presidencial con rumbo a Alemania, pese a que para ese entonces ya existía un pedido urgente por parte de los peruanos radicados en Israel en el que solicitaban al gobierno de Boluarte Zegarra que los retirara de la zona de conflicto.
Desoyendo estas solicitudes durante todo su viaje, la mandataria no señaló acción alguna hasta el jueves 12, cuando, tras haber llegado al país europeo, anunció que el avión presidencial llegaría hasta oriente medio para rescatar a muchos de los compatriotas.
El Gobierno de la presidenta Boluarte ha sido uno de los últimos países en América Latina en destinar un vuelo humanitario hacia Israel, disposición que fue tomada luego de una serie de críticas hacia la presidenta y la cancillería.
El viaje de auxilio se dio finalmente el último viernes 13, seis días después de que estallara el conflicto y luego de que varios de los peruanos denunciaran una inexistente atención por parte del consulado de Perú en Israel. La situación dejó expuesta la mínima capacidad del Estado y la Cancillería en cuanto a atención de crisis humanitaria se refiere, así incluso lo confesó el embajador peruano en dicho país.
Más reuniones “fake” acreditadas por presidencia
Muy aparte de la situación de crisis que el Ejecutivo no logró manejar a tiempo, y en la que actuó solo por presión mediática; está la agenda desplegada por Boluarte en el territorio europeo. Tras saberse la agenda que la mandataria cumpliría en estos cuatro días, se reveló que el evento en el que la mandataria participaría en Alemania no era más que una simple feria empresarial, para la que ningún otro mandatario había confirmado su asistencia.
La presencia de Boluarte en dicho evento generó tal sorpresa, que la presidenta tuvo que ser recibida por el mismo alcalde de Stuttgart, ciudad en la que se desarrollaba la feria, pero su visita pasó tan inadvertida, que el burgomaestre de la ciudad alemana ni siquiera difundió por sus redes la presencia de la mandataria.
La cuenta de presidencia destacó el recibimiento recibido por Boluarte de manos del presidente federal de Alemania, Frank-Walter Steinmeier; pero lo que no detalló es que dicho cargo es meramente figurativo e institucional y quien maneja originalmente el gobierno es el Canciller Olaf Scholz.
Posteriormente, en la ciudad del Vaticano, la mandataria también había detallado que su presencia se debía a “atender una reunión con el papa Francisco”, representante de la Santa Sede del Vaticano. Y así se creyó inicialmente, cuando la cuenta de presidencia publicó una foto de Dina Boluarte al lado del supremo pontífice de la Iglesia Católica.
Nada más alejado de la realidad, cuando, tras una rápida visita a la agenda del Vaticano, se supo que dicho encuentro y conversación entre Francisco y Boluarte nunca se dio y la fotografía difundida correspondía a un simple acto protocolar en el que la desazón del papa era tangible. Las acciones realizadas por la presidenta en la Ciudad Santa únicamente correspondían a una reunión con cardenales, mas no con la cabeza de la Iglesia.
Las consecuencias del viaje millonario de Dina Boluarte
Cabe destacar también que a todas las acciones ejecutadas por la mandataria en estos países, le siguieron una serie de delegaciones de peruanos en el extranjero, que se agruparon en cada una de las localidades para realizar actos de protesta en contra de la presidenta por la muerte de más de 50 ciudadanos al interior del Perú durante el periodo de protestas de diciembre a febrero.
Ante tales actos bochornosos, el gasto que supone la movilización de la presidenta y su comitiva; los viajes como blanco de críticas producto del poco o nulo impacto que estos resultan para el país, tal y como lo ha comentado el exembajador del Perú ante la ONU, Harold Forsyth; y la mínima atención a los peruanos en Israel; un grupo de bancadas de izquierda anunció el último 12 de octubre el planteamiento de una moción de vacancia en contra de la mandataria.
Esta no es la única moción que Boluarte enfrentaría, apenas llegue al Perú. La congresista Margot Palacios, de Perú Libre, también ha señalado que se está preparando una segunda moción, la tercera de su gobierno, basada en los mismos detalles, a fin de conseguir un impulso más amplio.