César Payovich (1957, Montevideo) es un entrenador, preparador y formador que jamás ha dejado de aprender. Dedicado al estudio constante, se capacitó en Atlético de Madrid y River Plate para luego trabajar en Asia, siendo Indonesia su foco central de operaciones como estratega de divisiones menores toda vez que impulsó el fútbol a nivel local. Aunque su zona primordial siempre fue su natal Uruguay, donde promovió a Sebastián Abreu, Darío Silva, Maxi Pereira, Diego Pérez y entre otros. Por ese talante formador llegó al Perú para trabajar en la USMP, institución por la que pasó por todo tipo de circunstancias, aunque su labor resaltante fue terminar de pulir a Franco Zanelatto. Ahora alejado del Perú, mira con satisfacción el crecimiento de su dirigido y con esperanza la formación futura del balompié peruano en medio de un clima tenso por el avance de las Eliminatorias 2026.
- ¿Cómo calificaría su paso por la Universidad San Martín?
Fue un paso muy bueno. Poco más fuimos a salvar del descenso y terminamos siendo campeones del grupo yendo a la final contra Cristal. Fuimos competitivos. Hay que ser consciente: cuando uno está dirigiendo a Alianza o Universitario, uno levanta la mano y pide y le traen lo que venga; en la San Martín uno veía que era todo hecho sobre la base del esfuerzo; ojo no nos faltaba nada, quiero ser muy claro en esto. Trabajamos cómodos, teníamos todo con un grupo humano excepcional. Pero la San Martín no es Alianza. Me acuerdo que me reuní con Álvaro Barco y solicitamos jugadores. Uno fue Risso, que terminó de zaguero en Nacional (U), el otro fue Dibble, declarado el mejor en ese año. Eran jugadores por los que se tenía que hacer una inversión para traerlos y San Martín no estaba en condiciones para hacerlo. Luego el segundo torneo fue muy duro por el tema de las transferencias, el COVID-19 y la no incorporación de jugadores. Zanelatto se lesionó el tobillo, volvió y luego se resintió; era vital para nuestro juego.
- Ahora la San Martín está en Liga 2 disputando play-offs de ascenso para volver a Liga 1.
Dios quiera. Dios quiera.
- ¿Volvería a entrenar en la Liga 1?
Por supuesto. Tuve un par de conversaciones con equipos, no quiero nombrarlos. Uno era muy importante pero no llegamos a un acuerdo y luego hubo un sondeo más.
- Recientemente habló de Franco Zanelatto. Él ha sido convocado a la selección peruana. Asumo que será una alegría para usted considerando que trabajaron juntos.
Siempre. Gracias a Dios en mi carrera como entrenador tuve la suerte de trabajar con varios jugadores que después terminaron a nivel de selección y con Franco [Zanelatto] es una alegría. Hablé hace poco con él. De vez en cuando tenemos algún contacto. Ha dado un paso enorme al ir a Alianza Lima desde Universidad San Martín. Era lógico que se iba a consolidar en el equipo, porque se trata de un gran jugador, de un chico profesional y que quiere aprender. Tenía claro lo que quería en la vida. El esfuerzo y todo el trabajo que hizo le está rindiendo sus frutos y hoy nada menos que tiene una convocatoria con la selección mayor de Perú.
- ¿Qué temas conversaron?
Hablamos sobre cómo estaba y cómo se estaba sintiendo, si estaba cómodo, si estaba jugando bien en Alianza, que es un equipo grande. Le digo que trate de minimizar los errores porque los equipos grandes, muchas veces, no lo perdonan. Estaba muy contento, lo vi motivado. Después salió lo de la selección. A mí me gusta hacer muchos entrenamientos individuales con los jugadores y entrenamientos específicos con delanteros, mediocentros y defensas. Cuando hacíamos trabajos justamente con delanteros de la San Martín, se veía a Franco con unas ganas y motivación bárbara. Ahí está el resultado.
- ¿En algún momento pensó que Zanelatto sería internacional con una selección absoluta?
Quizás esto nos sorprendió un poco a todos por lo apresurado, pero que Franco viene de un mercado peruano como la Universidad San Martín que no es Alianza Lima. Él se adaptó perfectamente. Hay que jugar con 50 o 60 mil personas todas las fechas mientras lo miran a uno. Pudo sobreponerse a eso. Pienso que su horizonte está fuera de Perú; lo van a transferir en cualquier momento. Me parece que hubo sondeos de la MLS. Franco no va a terminar en Perú. Tiene cualidad coordinativas, de velocidad, es un jugador ‘guapo’, que no tiene problemas de enfrentar la presión.
- ¿A qué liga cree que pueda llegar?
Franco tiene condiciones para ir cualquier lado por la manera de ser; es muy profesional, tiene nutricionistas, se preocupa todo el día del físico, de la alimentación, del entrenamiento y quiere aprender. Entonces esos chicos no tienen techo, dependerá de él. Hoy estamos muy globalizados, los mercados han cambiado mucho. Hoy el mercado, quizás, más importante después de la Premier o LaLiga es el de Arabia Saudita, que hace diez años atrás no estaba en el radar. Es un jugador con nivel internacional. Dios quiera pueda demostrar sus habilidades ahora en la selección y apenas pueda jugar un par de partidos, me parece que agarra el avión y se va.
- ¿Cuánto influyó en su formación al igual que el resto de jóvenes en la USMP?
Nosotros somos un equipo de trabajo, un cuerpo técnico. Aquí pasó lo mismo en Defensor Sporting con jugadores de selección aquella Uruguay de Sudáfrica donde estaban [Diego] Forlán, [Sebastián] Abreu, Maxi Pereira, [Juan] Castillo; no puedo nombrar más porque se me olvida alguno y quedo mal, pero había demasiados jugadores formados por nuestro cuerpo técnico. Siempre tuve facilidad para desarrollar jugadores, es una de mis características. Cuando trabajé en Indonesia, cuatro jugadores indonesios fueron contratados en Europa por primera vez. Cuando fuimos a Chile, cuando trabajé en Cobresal, dos jugadores fueron a la selección. Cuando estuve en Japón, Shimizu, Matsubara y Honda -no este rubio, sino otro- estuvieron en la Sub 20 y luego en la selección mayor. Entonces a través de mi carrera tuve el gusto de desarrollar jugadores, es como un agradecimiento al fútbol.
- ¿Cuáles fueron los mayores prospectos que dirigió en la San Martín?
Yo trabajé muy cómodo en Perú, soy un agradecido a la San Martín y al gerente deportivo Álvaro Barco porque cuando llego era un equipo que había peleado el descenso cinco años seguidos, o algo por el estilo, y veo un complejo de Santa Anita con campo sintético y con dos campos para entrenar con un gimnasio hermoso que no le envidia nada, por ejemplo, acá en Uruguay. Entonces dije qué lindas instalaciones. Era muy parecido a lo que hacíamos en Defensor Sporting y empezamos a trabajar mientras se desarrollaron varios juveniles. Hicimos debutar como a cinco jugadores. Llegaron al plantel jugadores de cuarta división que no participan con los superiores y nosotros le pedimos a Barco que los incluyera. Era un momento difícil para América por el COVID-19 en auge. Tuvimos una gran cantidad de jugadores infectados. El entrenador de goleros, Chicho Espinoza, la pasó feo al igual que el utilero. Hubo momentos en donde no teníamos los 22 jugadores para el entrenamiento y ahí le solicité a Barco si se podían traer jugadores de las inferiores y lo hicieron en dos o tres tandas. Ahí elegí a Delgado, Sandoval y Roque. Cuando acababan los entrenamientos, a manera de agradecimiento, nos quedábamos con Saraz y Espinoza para trabajar específicamente con los chicos de inferiores.
- ¿Cuál es su visión del fútbol peruano?
Los respetamos más a ustedes fuera del Perú que ustedes mismos. Aquí en Uruguay le preguntas a cualquier jugador, pero de élite como Forlán, qué pasa con Perú y tienen el máximo respeto. La técnica del jugador peruano, para nosotros, puede estar un escalón debajo pero no veinte de la técnica de un brasilero. Le vemos una similitud. Ustedes tienen jugadores muy hábiles como [Christian] Cueva y Raziel [García], por tan sólo nombrar dos rápido. Muchas veces le digo que dejen de pegarse entre ustedes, por favor. Quizás en Perú, tengo que ser muy delicado para decirlo, quizás la parte de la formación esté un poquito más abajo en lo que es Uruguay, Brasil y Argentina, en el apoyo que se les da. Aquí el campeonato de inferiores es igual que el de primera división. Todos esos chicos que ganaron el campeonato Sub 20 del Mundo, pregúntale cuántos partidos internacionales tienen arriba de las espaldas. Y créeme que tienen varios. Y a veces hablaba con el jugador peruano y nunca se había subido a un avión y se iba con la Sub 20. Esto no es una crítica, es capaz que hay que canalizar un poco más los esfuerzos, buscar algo de ‘sponsoreo’ para que los chicos de menores de Perú lleguen a la competencia necesaria.
Todo el mundo habla de Argentina y ellos juegan todos los torneos juveniles que hay en la tierra; los ves en Toulon, en Europa, en los torneos del sur de Brasil y capaz que en Perú no saben que existen. Hay un torneo en Alegrete [Brasil] donde van los mejores equipos de inferiores de Mercosur. Aquí en Uruguay, en broma, decimos que es un curso de supervivencia. Dale herramientas a los chicos para exigirles. No es fácil, esto parece Asia. Yo dirigí a la selección olímpica de Indonesia y tenía jugadores de 23 años con parámetros físicos inferiores a los Sub 20 de Indonesia que entrenaron en Uruguay. ¿Qué le puedo cambiar a un tipo de 23 años? Sólo el corte de pelo y eso. Entonces en Perú, hay que apostar un poquito más por el apoyo de inferiores. Tienen muy buenos jugadores. Ojo que ahora con ‘Chemo’ del Solar que agarró mánager de inferiores. La Federación llevó a un cuerpo técnico de excelencia: ‘Chemo’, Mendaña y Jarodich. No sé si sabes pero a Perú llegó Alfredo Jarodich, quien fue profesor mío en Defensor, pero después hizo una carrera excepcional; es un científico de un nivel intelectual muy alto. Fue el metodólogo del Atlético Madrid durante cinco años con el ‘Paca’ Ortega que trabaja con Simeone. Y ahora Alfredo está trabajando para la FPF, tiene ahí a ese monstruo. Entonces ves: Mendaña, primer nivel; Chemo, primer nivel; Alfredo, lo que aportará. Están por el buen camino. Denles apoyo, nada más.
- ¿Qué puede decir de la tendencia del reclutamiento de futbolistas con raíces nacionales en las selecciones nacionales? Perú, Chile y Ecuador se han subido a la cresta de la ola.
Si los jugadores cumplen con la reglamentación para poder integrar la selección, para mí bienvenidos. El caso de Lapadula se los ponía de ejemplo a los chicos Sub 20 de la San Martín que fueron a la selección para hacer sparring. Yo les decía: vayan y hablen con él dos minutos, siéntense en una pelota en medio de la cancha cuando acabe el entrenamiento. Los movimientos de Lapadula eran algo distinto a lo que se veía acá en América, la movilidad que tenía cuando llegó a Perú era una cosa que sorprendía. Eso capaz tiene que hacer Franco con esto de la selección.
- ¿Por qué cree entonces que hay jugadores de la vieja guardia que se resisten a este cambio?
Para mí nada es excluyente. Estoy convencido, porque lo viví en Asia y Defensor en el proceso que se formó millones de dólares en jugadores vendidos como Abreu, Pérez y Pereira. El apoyo que dio el club fue criticado por la posición del club. ‘Qué locura están haciendo en las formativas, pongan plata en el primer equipo’, decían. Hay un Dios por ahí colgado, soy muy creyente y hay un señor que nos guía arriba. Hubo un torneo Sudamericano en Mar de Plata y fueron nominados ochos jugadores de Defensor a la Sub 20 para Perú y ahí se acabaron todas las discusiones. No hay un camino en esto, nadie tiene la verdad absoluta. Ustedes tienen el material, quizás hay que reordenar la actividad de inferiores, darle apoyo, tener selecciones permanentes. Estoy hablando muy de atrevido porque tienen un excelente mánager en inferiores, tienen un excelente ‘profe’ y un excelente metodólogo. Que Perú los aproveche, sean vivos en eso.